Así es, amigo Prometeo. Yo, el sabor a puerto de verdad, andar con las estachas de amarre ajustando según el estado de la marea, el ambientillo, la gente auténtica de mar... las he encontrado en los puertos pesqueros, principalmente y no en los pantalanes (estoy generalizando). Si vas con humildad y pidiendo permiso para una cosa u otra, te reciben con los brazos abiertos. Incluso, te ayudarán en lo que puedan. Además, son muy receptivos por saber de donde vienes, a donde vas... y se entablan buenas conversaciones, generalmente con la mar como tema. Ahora bien, si les miras por encima del hombro y exiges esto y lo otro, te enfrentarás a gente orgullosa de su profesión y de su puerto. Entonces, para ellos serás un intruso y es cuando te pueden gastas mil y una pu.adas.

Por los puertos pesqueros.