Re: Veleros que aguantan el mal tiempo y los que nunca lo haran
este es un relato en otro hilo y son las cosas que el stix no puede medir,por supuesto son mas habituales que quedarse boca abajo.esto ocurrio con 15-20 nudos que no es poco y si ocurre con el doble...
La mañana llegò con 15 a 20 nudos de viendo del noreste y tenìamos la sensaciòn de que volàvamos hacia Santa Lucìa, no bajaba de los 7 nudos. Por otro lado las olas eran algo màs pequeñas que los dìas anteriores, lo que hacìa que la navegaciòn fuese màs còmoda y segura. Todo iba estupendamente hasta que de repente el barco perdiò el rumbo y nos encontramos atravezados a la ola sin poder enderezar nuestro rumbo oeste; en un primer momento pensamos que teníamos demasiada vela mayor fuera y por ello la enrrollamos, pero tampoco conseguìamos recuperar nuestro rumbo. Quitamos la gènova y pusimos motor; la sangre se nos congelò cuando comprobamos que el timón no respondìa, giràsemos la rueda a babor o estribor el barco seguía dando vueltas sobre sí mismo. Fueron momentos en los que se nos pasò por la cabeza todo tipo de ideas: llamar a la Organizaciòn de la ARC dando nuestra posiciòn, preparar el timòn de fortuna (es un timòn de emergencia muy rustico y tremèndamente duro en su manejo), comprobar si habìamos perdido la pala del timòn (es la parte del timòn que està sumergida en el agua y que resulta màs dificil de sustituir), prepar algùn tipo de apaño que nos ayudase a dirigir el barco, en fin, muchas ideas para tratar de solucionar la grave situaciòn. Pasados los primeros momentos nos dirigimos a la popa, al mecanismo que une el sistema hidràulico del timòn con la mecha del mismo (que es la parte inmediatamente anterior a la pala que està en el agua), ¡¡ALEGRÌA!, parecìa ser que el tornillo y espàrrago que une ambas partes se habìa desenroscado, sòlo habìa que volver a encajarlos en su sitio y apretarlos correctamente. La situaciòn parecìa controlada, por lo menos no habíamos perdido la pala. Nos encontràbamos en medio de olas de 2 a 3 metros, con vientos de 15 a 20 nudos, muchisimo movimiento, y a medida que intentàbamos enroscar el tornillo nos dimos cuenta que donde tenìa que enroscar, habìa perdido la rosca, el roce previo a haberse soltado habìa hecho que se pasase la misma. La situaciòn no era sencilla, pero con muchìsima pericia y tiempo fuimos enroscando el tornillo en el alumnio el cual cedio ante el acero del primero. Tras no menos de dos horas de trabajo habìamos recuperado el rumbo. Timòn y piloto automàtica volvìan a hacer su trabajo correctamente; hemos decidido revisarlo cada cuatro o cinco horas.
|