Trás meses de singladuras, abordajes, calmas chichas, un ciclón trópical, varias trombas marinas y muuuchas recaladas al socaire,



compartiendo barriles de ron añejo, por fin ....ya soy
pirata. Después de conocer infectos tugurios, aquí me quedo en esta taberna cosmopolita y bullanguera donde abundan los cofrades dispuestos a tender una mano al marino necesitado de conocimientos y hasta de ánimo, eso si con los gaznates siempre bien húmedos

.
Gracias por compartir momentos, que han sido muy buenos


