Hasta Los Co...de Bricolaje

[churri]

Si, no me he equivocado, lo pongo aquí porque son reflexiones que tienen que ver con barcos pero que son parte de la vida. Porque no son dudas técnicas ni quiero respuestas de mecánicos o expertos. Lo que quiero es compartir esto con amigos, escucharos como siempre con la libertad de que mis errores son míos.
Como todos sabéis soy el feliz propietario de un PUMA 24, un clásico del bricolaje náutico.
Desde septiembre de 2009 que una avería en el motor lo puso en estado inactivo se han sucedido distintas averías que en resumen han supuesto un gasto de unos 7000€, no adjunto detalle que no quiero ser engorroso.
Por fin llega el día, sábado 5 de febrero.
Salimos por la bocana algo nerviosos, pongo proa al viento y dejo el motor con avante poca para izar la mayor y desenrollar la genova. Nos mantiene el nuevo piloto, admiramos como pintan nuevas las velas, que cómodas las escotas, que acertados los cambios y mejoras en la maniobra. La nueva jarcia parece bien trimada, el casco limpio, ni una gota en la sentina, todo parece perfecto.
Bien, paro el motor y vamos a navegar. Cazo velas, dejo caer la proa y abro el rumbo para salir hacía la bahía con viento de popa. El barco asume su rumbo con prisas tira con fuerza dispuesto a tragar millas, pero… vibra, tiembla.
¿Qué ocurre?. ¿La jarcia?. ¿Las velas?. NO, el motor, estando completamente parado salta en su cuna como un caballo desbocado.
Ya…ya. ¿Hélice libre o bloqueada?. Antigua discusión. Yo lo tengo claro, libre del todo y así debería estar, pero no lo está. También sé las respuestas, revisar la inversora, sustituir aceite, comprobar tensión del morse, en fin volver a meter mi cada vez más inmensa humanidad en aquella conejera donde no me caben los hombros y mucho menos el culo.
Para terminar el día cuando tiro del testigo del fondeo me quedo con la estacha en la mano. Cambiar cabos y a bucear, otra más Santo Tomás.
Mi reflexión sobrevenida es:
- Me he gastado en un año 7000€.
- Tendré que seguir gastando, al menos otros 500€ para rematar.
- No dispongo de tiempo para el bricolaje, el poco que tengo me gustaría usarlo navegando.
- No tengo dinero para un barco nuevo.
- Comprar uno de segunda mano buenecito, aunque tuviera el dinero, sería empezar de nuevo.
- Ya me he gastado en el barco el dinero que tenía, ya no tengo más.
- Y aún así no consigo que esté operativo.
Me planteo:
- Venderlo por algo más de lo que me he gastado o por lo que me den que da igual.
- Dedicarme al punto de cruz, al macramé o a la colombicultura que deben ser apasionantes.
- Seguir gastando de aquí a la eternidad que es mas o menos cuando me toque la primitiva.

En fin queridos/as, ya sé que esto es una reflexión absurda pero quería exponerla.
Se trata en definitiva que estoy aburrido y que me pregunto muchas veces si será verdad que tener barco es de ricos.
Un brindis por el bricolaje.