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| VHF: Canal 77 |    | ![]() |
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#1
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Bueno queridos cófrades, ya en tierra firme y con mas calma os comento que prácticamente no he parado. Primero he vuelto al sitio del accidente acompañado por mi hermana -digo acompañado pq es todo lo que hizo jaja- y resultó un viaje maravilloso, buen viento de popa los dos dias que tardamos en llegar al canal de ingreso al parque. El primer día viajamos un poco mas lento de lo que teniamos previsto y nos fondeamos en un horrendo fondeadero de lanchones repleto de balsas Paraguayas ruidosas y molestas, una noche bastante mala en la que apenas pude dormir por las constantes embarcaciones pesadas que pasaban buscando un hueco y desplazaban toneladas de agua. La segunda noche en cambio nos fondeamos en la entrada de un riachuelo, que para nuestra sorpresa resultó ser la entrada al Parque nacional de Santa Fé, hermosisimo paisaje y noche muy tranquila que nos ayudó a relajarnos y descansar de los dos ajetreados días. Ingreso al parque nacional Islas de Santa Fé: ![]() La tercer mañana de viaje nos levantamos bien temprano, con intención de llegar al mediodia al parque Pre-Delta y comer un buen asadito Argento en los parrilleros que allí se prestan. Pero el ingreso a dicho parque nos obligó a modificar los planes. Son unas 4 o 5 millas maravillosas, con dos nuditos de corriente a favor y apenas 10 metros de ancho promedio durante todo el recorrido, nos invitaba a relajarnos, a desembragar y dejar punto muerto para poder disfrutar el auténtico contacto con la naturalez. Por temor a vararnos en el ingreso decidí arriar velas y entrar a motor, pues es un canal muy angosto de 2 metros de profundidad y no está para nada señalizado. Arroyo la Azotea (ingreso al P.Nac. Predelta): Una vez superado el obstaculo inicial decidimos apagar motores y caer con la corriente, pues el sonido del endiablado motor no resultaba compatible con tan bello paisaje y realmente necesitaba oir en silencio los sonidos de la naturaleza. Además hacía muchisimo calor por lo cual lanzamos un cabo por popa y nos fuimos turnando en las deliciosas y refrescantes zambullidas al agua. La sensación de caer flotando a un costado del barco es indescriptible, inmersos en aguas puras y una hermosa vegetación oyendo el canto de los pajaros y la leve brisa. Una auténtica delicia, una pausa a lo mundano y el auténtico contacto con lo eterno: SLOW SAILING del bueno bueno que nos retrasó la hora de llegada estimada del medio día a bien entrada la tarde ![]() Muelle P.Nacional Pre-delta: Una vez allí nos amarramos con intenciones de pasar la noche en el parque nacional Pre-Delta, pero para variar el pronóstico de tormenta nos propuso a pasar allí 3 noches. Aprovechamos la estadía para recorrer el parque, alimentar a la gran variedad de aves para fotografiarlas/apreciarlas de cerca y para socializar con un grupo de arqueólogos de varios paises latinos que estaban allí realizando una excavación. El regreso por desgracia fué a motor (detesto el sonido a revolución industrial que hace), pero sin ningún percance. En total pasamos 3 noches fondeados (2 de ida y 1 de vuelta) y 3 noches en el parque, navegamos unas 12 horas a motor y otras 27 a vela. La inmensidad del Río mas ancho del mundo: El segundo viaje fué para el otro lado, bajando el río con San Pedro como destino, ya que de tripulación llevé a mis padres y las comodidades del Club Náutico de dicha ciudad son muy buenas. Navegamos de ceñida durante 8 o 9 horas, con vientos de 10/15 nudos constantes y todo el trapo puesto (mayor y génova) llegando al record absoluto del Wasa: 9.5 kts/h de maxima y con 8 Kts/h de media en ceñida casi todo el trayecto. Realmente no soy un apasionado de las prisas, pero disfruté mucho navegar exigiendo el barco, que además porta un mástil nuevo que debía ser probado con vientos fuertes. Ésta ceñida parece medio traviesa ![]() ![]() Otra vez al llegar al Riachuelo San Pedro pudimos arriar velas, apagar el motor y lanzarnos al agua, esta vez en manada ya que el San Pedrito es mas ancho y es menos peligroso abandonar el timón, eso sí con 20 metros de cabo a popa por las dudas. Disfrutamos muchisimo de ir nadando al costado del velero, haciendolo caer a una banda o la otra simplemente empujandolo un poco desde el agua. Una maravilla. Llegando al riacho San Pedrito: Ya en el club náutico nos dieron una hermosa amarra de cortesía, con vistas preferenciales y a pocos metros de la playa, con el calor que hacía no dudé (una vez amarrado y arranchado el barco) en lanzarme al agua e ir nadando hasta la misma. Allí esperé a mis padres que se acercaron (como no) al bar a tomar una fria cervecita con algún que otro aperitivo para ir abriendo boca para la cena, la cual también resultó magnifica en el restaurant del club. ![]() Al día siguiente estaba pronosticada lluvia de 5 a 9 de la mañana, sin embargo llovió sin parar hasta bien entrada la tarde. Trajes de agua mediante fuimos haciendo guardias con mi padre y lentamente pudimos ir remontando a motor al testarudo río que junto al viento de proa se empeñaban en detener nuestro avante. 2 nuditos de media y mas de 12 horas navegando dieron paso a la noche, fondeamos en un codo tranquilo y cenamos como dioses un exquisito chuletón al horno con papas. Mi apá timonel con su traje de agua: Al día siguiente arrancamos a motor y sobre el mediodía el viento viró hacia nuestro través, momento que aproveché para hizar velas y disfrutar de navegar. Me duró poco la satisfacción, pues el viento se puso de empopada y comenzó a soplar muy fuerte, la mayor no dejaba de desventar y trasluchar el génova por lo cual me estaba preparando para entangonarlo, sin embargo en mitad de la faena el viento cesó y no regresó hasta la llega a puerto. A peores, el motor de arranque del volvito penta no quería funcionar y nos hizo renegar un buen rato hasta que pudimos convencerlo de darnos un chispaso más. Así pudimos llegar a puerto en tiempo y forma, con alguna refacción por delante pero muy satisfechos. Buque militar esperando su desguace en el Riacho San Pedro: En el tercer viaje me acompañó mi novia, fue una escapada cortita ya que por las fechas y sus estudios no pudimos cumplir nuestros planes de cruzar el río de la plata. Igualmente fué un viaje muy bonito, otra vez río arriba pero esta vez con un fuerte viento de popa (15 nudos con rachas de 25), por lo cual con el foque pudimos remontar el rio a 3 nudos de media. Se nos hacía de noche y no llegabamos al sitio en el que pensaba fondear -por no poner mas trapos o prender el motor- así que me puse a ver la carta para buscar alternativas. Descubrimos un riachuelo navegable llamado "La Brava" que de bravo no tenía nada, nos regaló un par de horas de navegación tranquila y encontramos un sitio para fondear con apenas 2 metros de profundidad, escudado del viento por una gran arboleda y sin nada de corriente. Noche muy tranquila con un buen Pollo al chili con patatas, zanahorias y cebollitas y algunas copitas de champaña nacional. A la mañana siguiente emprendimos el viaje de vuelta, a motor con viento en contra y mucha ola, a pesar de ello resultó un retorno muy grato y me dejó con muchas ganas de la proxima salida -que según planeo involucra cruzar el rio de la plata y me llevará al menos 2 semanas. ![]() Editado por -- en 24-12-2014 a las 04:18. |
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