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| VHF: Canal 77 |    | ![]() |
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#1
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Animado por los estupendos relatos de azarosas travesías veraniegas que he leído en la Taberna en las últimas semanas, me he decidido a aportar la narración de una mis humildes navegaciones. Palomitas y cervezas para los cofrades que se decidan a leerlo. Allá va.
Domingo de septiembre. Abandono la cama a una hora intempestiva. Desayuno y cojo la mochila con algo de abrigo, unos bocadillos y una botella de agua. Me monto en el coche y pongo un CD; tengo casi 120 Km por delante. Cuando estoy llegando a Palamós aparece el sol. A uno y otro lado de la carretera la brisa no tiene fuerza ni para mover las hojas de los árboles. Faltará viento..... ![]() Aparco, ando un poco hasta el embarcadero y el barquero me recoje para llevarme a mi boya. El “Capitán Valdés” apenas se balancea sobre las aguas abrigadas por el muelle; calma total. Me embarco y empiezo la rutina de inicio: quito el toldo de fondeo (asqueroso, como siempre, gracias a las “simpáticas” gaviotas), levanto tapas de la escotilla y las coloco en posición de navegación, basculo hacia atrás el fueraborda, conecto la manguera de la gasolina, coloco el “hombre al agua”, starter, dos tirones, otro tirón, arranco el motor y lo dejo calentándose al ralentí, quito defensas, largo una amarra de proa, suelto la trinca de la entena, paso el cabo de amura del foque por la roldana del botalón y suelto los cabitos extras que siempre pongo para asegurar la vela enrollada bajo la entena. A todo esto, Ernesto, mi cuñado y sin embargo compañero de navegaciones, llega y se embarca. Soltamos amarras, meto atrás y con una punta de gas el bote abandona el fondeo. Meto avante y enfilo la salida del puerto. Está nublado, hace un poco de frío y la larga playa se ve completamante vacía. El tráfico en mar tampoco es el del mes de agosto: un par de veleros fondeados, unos cuantos botes pescando cerca de la Llosa, otro velero a lo lejos y poco más. Sin viento. ![]() Ponemos rumbo aproximado 180 para salir un poco de la bahía, a ver si encontramos algo con que llenar las velas; nos alejamos una milla de la bocana. El ronroneo del cuatro tiempos ya se me está haciendo pesado, así que lo desembrago, dejo que el bote pierda arrancada y miro arriba, a la bandera que llevamos en un obenque. Nada. Embrago de nuevo y casi otra milla. Ahora sí, una ligera brisa que promete una tranquila navegada dejando pasar plácidamente el tiempo. Pongo proa al viento y empieza la rutina de cambio de motor a vela: parar motor y bascularlo hacia adelante para sacar la cola del agua, quitar manguera de combustible, montar pala del timón, montar caña, pasar escota por el motón del escotero. A todo esto, ya no estamos proa al viento, pero con el poco que hay va a dar lo mismo. Soltamos los cabos que mantienen la vela enrollada y Ernesto tira de la driza para izar la entena a su altura de trabajo. La vela se desenrolla suavemente y cae a plomo sobre cubierta. Meto caña a estribor varias veces y con energía, la proa cae ligeramente a babor y la vela toma viento. ¡Esto ya se mueve! Dejo la caña a Ernesto y preparo el foque. Lo engrilleto a la driza y al cabo de amura, lo saco hasta el extremo del botalón y coloco bien las escotas. Andamos un poco más. Nos marcamos como objetivo entrar en la cala de Sant Pol, a casi tres millas rumbo aproximado 215. Ajusto lo mejor que sé la mayor y el foque, ato las escotas y me tumbo en el banco de sotavento a dejar pasar el tiempo. Se rompen un poco las nubes y asoma un tímido sol. Ernesto me confiesa que le ha costado mucho madrugar, pero que viendo el resultado, está dispuesto a todos los madrugones del mundo para acompañarme a navegar fuera de temporada. ![]() El viento no es constante, la velocidad oscila entre el nudo y los dos nudos y medio. A media milla de la punta de s’Agaró, el viento cae por completo. Hemos estado casi dos horas a vela, disfrutando del paisaje y del rumor de las olas en las amuras. Rutina de paso de vela a motor y entramos en la cala empujados otra vez por el Suzuki. Fondeamos, desayunamos y emprendemos la vuelta. Por el sureste empiezan a crecer nubes amenzadoras, acabará lloviendo; nos abrigamos un poco. ![]() Navegar toda la bahía a motor se hace interminable, pero el viento no aparece. ![]() Nos cruzamos con otra barca de vela latina, que va mucho más afuera que nosotros y tampoco tiene viento. ![]() ![]() Cuando alcanzamos de nuevo la bocana del puerto es aún pronto para dejarlo. Ante la ausencia de viento, seguimos a motor hasta rebasar Marina de Palamós, nos acercamos a cala Margarida para sacar un par de fotos y luego volvemos lentamente, con desgana, a la boya. ![]() Rutina final, prácticamente los mismos pasos que la de incio pero a la inversa, y con menos energías. Cuesta dejarlo, pero nos esperan para comer.... Por la tarde, me pilla la lluvia en la carretera; encuentro retenciones que hacen el viaje un poco más largo de lo normal. ![]() En mi cabeza tengo aún rumor de las olas en las amuras. Que me quiten lo navegado..... ![]() En verde el tramo a vela. Editado por Atarip en 13-10-2013 a las 19:50. |
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