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| VHF: Canal 77 |    | ![]() |
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#101
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Tahleb, esperaré ansiosamente tu regreso para que continúes deleitándonos con tus relatos.
Disfruta de tus vacaciones y.... quién sabe... ... a lo mejor alguien se cruza en tu camino este verano...¡¡Y ASÍ NOS LO PUEDES CONTAR!!! Salud ![]() y descansa... |
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#102
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Me encanta tú.
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#103
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Tantas cosas he hecho por vos
que tengo que cuidar que su recuento no te suene a reclamo; porque todo ha sido hecho en virtud del amor y los relámpagos y ciclones que solté de la caja de Pandora que un día me pusiste en las manos sí es verdad que han dolido, que muchas veces me han arrancado piel de la raíz y me han hecho buscarme el corazón con miedo a no encontrar su pasito de soldado, han sido mi propia, soberana decisión, mi perdición, mi gozo, por los que me he conocido más mujer capaz de escaladas, acrobacias, tenacidad de burra rentada, por los que he recorrido sendas ignotas, mareada por el olor tan cercano de la felicidad y te he buscado detrás de gestos y puertas y hasta de la manera de abandonar tu ropa y cuando te he encontrado me he abierto de par en par como jaula repleta de ruiseñores y he sabido también cómo se siente tener un astro deslumbrante en las entrañas. No quiero pues, equivocarme con reclamos; me hago responsable del sol y de la sombra, pero, ay amor, cómo me duele que estando yo en tu espacio como estrella errabunda fieramente colgada por vos en tu Universo, no me hayás descubierto el resplandor, no me hayás habitado, tomado posesión de mi luz y sólo te hayás atrevido a palparme -como un ciego- en la oscuridad. Un abrazo.. |
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#104
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Amigo Thaleb, permiteme que te comente un par de cosas:
1) En primer lugar, te dire, que no creo absolutamente nada de lo que estas contando, es decir, no es que no crea que estas puedan ser pinceladas de la vida de muchas personas distintas (reales o imaginarias), pero desde luego no es tu autobiografia ni la de ningun personage real. 2) Tu estilo de escribir, así como los rasgos generales del protagonista de tu historia me resultan extrañamente familiares........ No te diré que no me resulta interesante el protagonista así como la historia, y si lo que pretandías era atraer la atención y entretener, te confesaré que lo has conseguido. Pero si andas a la busca de un nuevo protagonista para una futura novela, desde mi humilde punto de vista, te aconsejaría darle unos toques de mas cruda realidad para que resultara mas verosimil y no tan novelesco (por ejemplo, en vez de decir que la mujer se fugo con un pianista, podrías decir que se fué porque no podiais pagar la hipoteca y se lió con el director del banco). Si te he ofendido, que presumo que no, te ruego me disculpes y recibe mi mas cordial saludo desde la Gallaecia.
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"Al marinero cuando le dan de beber, es que está jodido ó lo quieren joder". Saber popular |
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#105
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Pues claro, hombre, nos ha entretenido y ha refrescado unos cuantos días de calor sofocante. Al fin y al cabo con esos buenos ratos, debates incluidos no lo pasamos tan mal los que estamos aún currando
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Las chicas buenas van al cielo. Las malas a todas partes
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#106
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Muy estimado Tahleb,
Celebro que te hayas decidido a contar tu historia. El anonimato de este medio escrito, tan impersonal, me permite ponerme a tu altura y desnudar mi alma ante la concurrencia. No lo llamaré "confesión" porque, como bien dice el coneho, ello comportaría arrepentimiento y, sinceramente, no es el sentimiento que me lleva a escribir esta reflexión. Ella no te abandonó. Puedes manifestarlo así para justificar esas actitudes tuyas tan dolorosas pero bien sabes que fuiste tú quien la dejaste. Ciento y una veces te dijo que deseaba oírte tocar el oboe y tú fuiste incapaz de desempolvarlo del desván. ¿Qué te habría costado? Ella te conoció siendo un virtuoso oboísta pero dejaste de cultivar tu afición. ¡Qué lástima! Yo, en cambio, no fui más que una víctima de su pasión contenida. Ella nunca me deseó. Simplemente, se dejó llevar. Bastaron unos pocos compases y un par de roces de manos para que saltara la chispa entre nosotros. Al fimal, cedió el paso su deseo de enriquecimiento frente a la familiaridad de lo conocido... y se fue conmigo. Nunca me amó. Era evidente. Parecía un jilguero enjaulado y, sin embargo, ella prefería esa situación pese a mi empeño por mantener la puerta de la jaula abierta. Tanto le insistí en que debía volar que, un día, logré que marchara a Londres. Allí logró localizar a vuestro hijo, quien nunca la llegó a reconocer. En cierta ocasión fue con él y otras amigas a una fiesta nocturna en un precioso catamarán. Aprovechando la penumbra y, por qué no decirlo, tu embriaguez, se introdujo desnuda en tu camarote. Allí, tras un corto escarceo amoroso, te quedaste profundamente dormido. Ella, decepcionada, salió de allí a nado... y regresó junto a mí. Me dijo que no llegaste a reconocerla pero comprendió que ya no era su sitio. Yo volví a acogerla. ¿Cómo no iba a hacerlo? Por cierto, en cuanto a la equitación, yo no la enseñé, pero reconozco que monta como una auténtica amazona. ![]() Cita:
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. Si navegas con niños o tienes un Ro 300 o un Fortuna 9, la web de mi barco te puede gustar. |
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Brisa (14-09-2009) | ||
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#107
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Contaré el final de esta película solo por fastidiar:
El asesino es el mayordomo. Saludos. |
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#108
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Cita:
Yo fui la segunda que contestó a Tahleb, contando la otra parte de la verdadera historia (el profesor de equitación era mi ex ) y ante el cariz tan serio que tomó el hilo, avergonzada , tuve que editar con un escueto "interesante".Al final se van poniendo las cartas sobre la mesa en esta truculenta historia... y van apareciendo todos los personajes ![]() Continuará... |
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windi (05-09-2009) | ||
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#109
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Sois unos aguafiestas...
![]() Yo me lo había creído... ![]() En el fondo creo que soy una telenovelera. Tendré que hacérmelo mirar ![]() ![]() |
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#110
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Sunrise!! Creetelo, créetelo, y no hagas caso a estos petardos, seguro que son los mismos que les cuentan a sus hijos que los Reyes Magos son ellos, bah! Qué mala es la envidia.
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#111
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Tahleb,
Me ha gustado tu confesión. Vas a seguir con tu historia? Has sido jardinero alguna vez? |
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#112
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Cita:
El instrumento que mencionas, no era un oboe, era un Stradivarius. Si Windi… soy yo!. No esperabas encontrarme en la Taberna ¿ verdad?. Pero así es de pequeño el mundo. Tahleb fue un violinista virtuoso antes de conocerla. Especialista en Paganini, ganó fortunas emulándolo. A pesar de sus altísimos ingresos, Tahleb vivió austeramente para alcanzar, lo que él creía, su más preciado sueño. La vida le mostraría con dolor, que era más fácil convertirse en propietario de un Stradivarius, que soportar, lo que vendría después. Primero debió alcanzar la técnica que lo convertiría en el mejor. Adquirir el Stradivarius fue su segundo paso. Pero Tahleb, gustaba de apostar fuerte y se jugó la vida en el tercero. El soplo macabro de algún dios perverso, hizo girar la moneda en el aire, que a Tahleb le cayó de reverso. Cuenta la leyenda. Que Niccoló Paganini hizo un pacto con el diablo. A cambio de su alma, Belcebú le otorgó tres habilidades inaccesibles al resto de los mortales: Una originalidad inaudita en el arte de la composición, una maestría insuperable en el arte de ejecutar el violín y la asistencia de invisibles demonios que en mitad de un concierto iban cortando de una en una las cuerdas del instrumento, para que el genio se pudiera lucir, ejecutando la obra con una sola cuerda. Tahleb sin pactar con el Demonio, llegó a igualar a Paganini en el arte de tocar, y compró el mejor violín del mundo. Sólo le faltaba aprender a arrancar las cuerdas del instrumento usando los dedos, en lugar de contar con la ayuda de siniestras fuerzas invisibles. En esta etapa, apareció ella. Y sus ojos. Y sus manos. Y su voz. ¿Hace falta más para describirla querido Windi? ¿Qué distrajo a Tahleb aquella tarde? ¿La foto en el periódico? ¿La voz en el contestador? o como dije antes: el soplo siniestro, de una deidad macabra. Al final de la escala descendente, justo en el lugar del acento, una presión de la falange en sentido contrario al del arco y la cuerda debía cortarse. Pero algo falló, y lo que se cortó, fue el tendón de uno de los dedos de Tahleb. Tahleb se desprendió de su alma, para dársela a ella, pero ella nunca lo amó. Se acercó a Tahleb para aprovecharse de su fama y su prestigio en pos de su carrera pianística. Aquí apareces tú Windi! Aquí aparezco yo. Debo admitir camarada, que fuiste mucho más hábil que yo. Invertí un pastón en sobornar influencias para poder dirigirla, y tú, con tu carita angelical, con tus modales de chico bueno, pudiendo ocupar mi lugar en el primer atril, rehusaste a la competencia para sentarte a su lado y dar vueltas las partituras. ¿Quién podría negarle a un talento como el tuyo, la generosa oferta de hacer de “pasa hojas”, de una dudosa, pero bien recomendada pianista? Lo que a mí me costó tiempo, dinero y favores, tu lo conseguiste con una sonrisa. El día que la vi a tu lado, supe que había perdido el primer Round y que la pelea iba a ser larga y sangrienta. Tahleb, vino a verme para pedirme que lo contactara con un par de especialistas en mercado de instrumentos antiguos. No le creí cuando me dijo por teléfono que era poseedor de uno de los pocos Stradivarius que existen en el mundo. Lo cité la mañana del ensayo general, para poder desembarazarme de él rápidamente. Nada cómo los nervios de un ensayo general, para zafar estoicamente del único compromiso cierto que tenía con Tahleb; su esposa. _¿Para qué quieres vender el Stradivarius?_ Pregunté -Para comprar un catamarán- Contestó -Podrías comprar cincuenta catamaranes con lo que vale un Stradivarius! Agachó la cabeza para ocultar su pudor. Luego me miró a los ojos y me dijo: -Mi esposa cree que soy rico, pero sólo tengo deudas y un Stradivarius- La última sílaba de la palabra Stradivarius sonó a talco en su garganta, se puso pálido y literalmente arrojó el instrumento en su estuche como quien pone una prenda sucia en una maleta. Se retiró caminando hacia atrás como si hubiera visto al mismo diablo Lo primero que pensé, fue que se había arrepentido de tan dura confesión, pero al voltearme comprendí la razón de su estupor. Ahí estabas tú Windi, a escasos tres centímetros de su boca, hablándole sin pausas, mientras ella te miraba embelezada. El segundo round ya había comenzado y me tenías sangrando contra las cuerdas. No me había sido fácil estar ahí, y estaba decidido a usar todas las armas que estuvieran a mi alcance, y la primera, era mi autoridad como director de orquesta. Cuando me paré en el podio, la orquesta hizo un silencio sepulcral. Todos me miraban, menos tú Windi… menos tú. -Por primera vez en mi carrera, voy a romper el protocolo de un ensayo general- Les dije.- Los pasajes rápidos del Scherzo, no están lo debidamente ajustados todavía y me voy a permitir abusar de vuestra paciencia insistiendo en ellos, hasta conseguir la exactitud que ha engalanado desde siempre a esta orquesta - Y entonces me miraste Windi. Me miraste y sonreíste con un rictus de complicidad. Me miraste cómo si te estuviera haciendo un favor. Me miraste cómo dándome las gracias. No podrás con el Scherzo en frío. Rachmaninov no te dejará! Pensé. Ella ahogó su gemido en el instante mismo en el que yo di el levare. Tu mano izquierda sostenía un vértice de la partitura, pero me mirabas a mí y no leías. Ella arremetió con los arpegios y entreabrió los labios cómo si se quedara sin aire. Sus mejillas se fueron enrojeciendo compás tras compás. En mi desconcierto exageré la entrada a los timbales que arremetieron con brío, mientras ella entrecerraba los ojos como en una seguidilla de espasmos. Pedí a las violas esa escala ascendente tan delicada, y tomé conciencia que tu mano derecha operaba por debajo del teclado según mis indicaciones. A medida que las violas ascendían, sus ojos se llenaban de lágrimas mientras su boca se abría cada vez más y sus mejillas se enrojecían cómo si su cara se incendiara. Te miré como preguntándote ¿Qué le estás haciendo? Y me respondiste con el gesto de: “¡Yo no! ¡Tú! Ella no equivocó una nota. Su cuerpo se movía de atrás hacia delante como si estuviera sentada en una mecedora. Su cabello tapaba totalmente su rostro y su cabeza se movía como si dijera que no! Aquel Scherzo de Rachmaninov se convirtió en una danza ritual y pagana para tres La nota del final se hizo larga. No quise cortarla hasta estar seguro, que ella había dejado de temblar. Cerré el círculo con mi batuta, y el silencio posterior sólo fue interrumpido por un sollozo inconsolable. La orquesta se puso de pie, y comenzó a percutir sus instrumentos. Corrí a mi camarín y le dije a mi representante que no me sentía bien y que me volvería en el primer vuelo que estuviera disponible. Pero en lugar de volverme, me quedé todo lo que duró mi borrachera en el Bar One. Si alguien quiere saber cómo siguió esa historia… pregúntenselo a Windi. Fue tan fuerte todo aquello, que nunca más quise volver a dirigir ![]() |
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#113
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Ha sido un verano de mar inquieta. En general ha habido poco viento, pero la superficie del agua ha estado casi siempre recorrida por inexplicables ondulaciones entrecruzadas. La mar parecía la mente de un viejo acosado por los recuerdos. Sin violencia, pero sin paz.
Hemos pasado los primeros días de agosto en Pantelleria, invitados por unos italianos que tienen allí una casa de verano. Los chicos se lo han pasado de fábula en un ambiente de gente guapísima y elegantísima, aunque al final tanto mi hijo como yo estábamos un poco fatigados de tanto divismo. De allí salimos a toda máquina hacia la suela de la bota italiana, para visitar la región del Aspromonte y hacer un poco de montaña. Sobrecogedor. Es un paisaje que te inunda. Luego hemos deambulado por los archipiélagos de Sicilia y, finalmente, por la costa de levante de Cerdeña. Magnífico. Hace tiempo que uno sabe que todo, absolutamente todo, cambia con el tiempo. Pero, quizás a causa de esa sorprendente vocación de eternidad que tenemos los humanos, cuando los cambios llegan nos arrollan siempre y nos toman por sorpresa. Este verano en que la mar parecía revolver sordas pasiones, será el último de una serie. También mi vida va a cambiar de etapa. Una vez más, debo tomar decisiones importantes. Cuando se producen debacles económicas como la que estamos viviendo, algunos banqueros y casi todos los abogados suelen ir a mejor fortuna. En el último año, mi hijo parece haber maniobrado con especial habilidad en las aguas turbulentas de su oficio –según sus palabras, aguas duras, peligrosas y muy rentables- y debe plantearse la posibilidad de subir a la cresta de la ola que puede conducirlo hacia ese nivel donde se encuentra el puente de mando del mundo. A sus 32 años, la tentación es muy fuerte. Su vida social, su vestuario, sus costumbres deben rediseñarse y orientarse hacia el gran objetivo. Entre otras cosas que hay que variar, se encuentra su pequeño ketch y el capitán bohemio que lo gobierna, que de modo evidente no acaban de cuadrar en el esquema de su vida futura. Así pues, este invierno pasaré una larga temporada en Holanda asistiendo a los acabados de un velero en construcción, con el que se ha quedado como liquidación de los honorarios que le debía un cliente que, afectado por la crisis, no podía pagar el resto de la construcción ni su minuta. Entre los asuntos de los que debo ocuparme está también la contratación de un capitán profesional y tres marineros. Ya podéis haceros una idea de las medidas del artefacto. Su intención es concurrir a las regatas de la Costa Azul y las de Cerdeña, donde se encontrará con diversos clientes actuales y potenciales. Es decir, una manera de seguir trabajando. El panorama de la calma caótica del mar durante este verano me ha causado, en ciertos momentos, una angustia difusa. Un sentimiento de origen poco claro que, tal vez, tenga más que ver con un desarreglo del estómago que con mis pensamientos. Tendré que ir a hacerme un chequeo. La cuestión es que debo pensar en cuál es mi papel a partir de la próxima primavera y no encuentro la paz necesaria para reflexionar. Mi hijo me ha dicho que debo considerar el nuevo barco como absolutamente propio, pero después de la estancia en Pantelleria sé que algo muy sutil se ha roto. Tal vez una delgada amarra que había entre nuestros mundos ha empezado a faltar. Y tal vez sea culpa mía. Me siento incómodo entre esa gente. Me temo que en ese nuevo barco voy a ser un estorbo. Y sean cuales sean mis decisiones, voy a echar de menos nuestro precioso ketch. Me voy a pasar unos días a Bagnères de Luchon, en el Pirineo. A ver si me animo un poco y os puedo contar otras aventuras que, con su gradito de morbo, también han ocurrido y darán para que alguien se escandalice un poquito. |
| Los siguientes cofrades agradecieron este mensaje a Tahleb | ||
Brisa (14-09-2009) | ||
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#114
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![]() ![]() Cita:
que tú cabeza, resto del cuerpo y sobretodo, animo, lo agradecerá. Saludos Miahpaih (Posible cliente arruinado por tu hijo o alguien parecido, profesionalmente. ![]() Si ven saltar a un banquero por una ventana, salten detras, seguro que hay algo a ganar. (Voltaire) ![]() ![]() ![]()
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Empleé casi toda mi fortuna en mujeres y barcos.¿El resto? ............. El resto simplemente lo malgasté.
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#115
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¡¡Dios!! qué vida más triste!!1 ¡cuanto sufrimiento!!...
Si es que te gusta provocar ![]() Pero hombre de dios ¿no te das cuenta que ya ha terminao el verano y muchos navegan menos y tienen ganas de hacer volar sillas? Antes pa que te llamaran viejo verde, ahora te dirán vetetuasaberqueburradas porque banalizas con la crisis y los problemas de miles de personas,. ![]() Anda, cuenta esa Me alegra tu vuelta, ya esperaba la continuación, se agradecen las buenas lecturas
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Las chicas buenas van al cielo. Las malas a todas partes
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#116
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Gracias por tu relato, hasta hoy no lo había visto...
Yo soy de los que podríamos decir que envidian tu situación y me dán ganas de ofrecerme, por si necesitas ayuda para el mantenimiento y navegación del barco. Ya que si se tiene pareja se ha de fisfrutar de la estabilidad que ésta ofrece pero, si no se tiene, se ha de disfrutar "de lo que se tenga a mano" y si tienes a mano lo que dices que tienes... no entiendo tus pesares... ![]() ![]() |
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#117
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Bien, Tahleb, me he pasado todo el verano deseando tu regreso. Vete al Pirineo y date prisita en regresar, porfa... que yo si quiero leer esas cosas que dices que escandalizan.
En serio, me alegro de tu vuelta, y te percibo... pelín reflexivo... Eso es bueno... ![]() |
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#118
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Pues yo me había creido la historia....
... inocente de mi .Un saludo, teteluis. |
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#119
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Pues yo voy a decir algo pero no porque tenga algo que decir sino por abonarme de una a tan interesante y peculiar hilo... que mis esporádicas y fugaces entradas a la Taberna me han dejado sin seguir.
¡¡¡¡...Bien escribís, jodi@s...!!!![]() ¡¡¡¡ ALGO !!!! |
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#120
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![]() a Bagneres de Luchon? ![]() Pero si ya no ponen pelis porno.... ![]() Que bueno leer de nuevo al cursi de Thaleb, anda macho....eres rato cursi. ![]() Pero ciertamente, aunque un poco abigarrada y adornada tu prosa es graciosa..., me he vuelto a leer las tonterias que pones... ![]() Quien estará detrás de ese nick...que tanto valora ciertas formas... Es curioso. El problema es que hay una serie de pequeños defectos de forma que delatan una fragil información sobre ciertas cuestiones que se notan...no conoces en profundidad.Creo que la mejor decisi´´on que debes tomar es apuntarte a algún foro de esos de conocer churris, que tengan ciertas afinidades contigo. ![]() Creo que podrías tener la suerte de encontrarte con alguna princesa del sur de Madrid, que frecuente Porto Cervo. Te pegaría su compañis, te covendráin sus sueños y nos la seguirias pegando a nosotros. Por cierto....dile a tu hijo que las mejores tripulaciones son canadienses, kiwis...y alguna australiana. Sigue. ![]() ![]() ![]() |
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#121
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Es curioso, cuando leí la historia escrita por Tahleb no creí que fuera cierta. Demasiado aire sofisticado y decadente en la historia. Algo así como Visconti... pero sin Visconti. Pero por si acaso, apenas escribí en el hilo, aunque no me he perdido ni un solo mensaje (creo).
Sin embargo, la imagen que me he formado de nuestro cofrade no se parece en nada a la que se ha forjado One u otros contertulios. Yo imagino un navegante de mediana edad, algo guasón, casado y padre de familia típico y tópico, que ha escrito la historia para ver que pasaba. ![]() Es realmente curioso como "pensamos" cada uno a nuestros conocidos virtuales. ![]() |
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#122
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![]() ![]() ![]() Cita:
Saludos Miahpaih ![]() ![]() ![]()
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Empleé casi toda mi fortuna en mujeres y barcos.¿El resto? ............. El resto simplemente lo malgasté.
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#123
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y ... digo yo ..... ¿q hacemos despiertos a estas horas? |
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#124
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Escéptico, creo, sería el primer calificativo que cabría aplicarme. Y, sin embargo, me veo obligado a contaros un episodio que, se mire como se mire, tiene como protagonista a una persona dotada de una innegable y sobrenatural clarividencia. Un episodio que, si me lo hubiesen contado a mí, no creería.
Si quien me lo contase fuera alguien de reconocida veracidad, me inclinaría a pensar que, lejos de tratar sobre una especie de pitonisa, el relato tendría que ver, sencillamente, con una persona de gran capacidad de observación y notable inteligencia. Pero es a mí a quien le ha sucedido y no encuentro ninguna explicación que se ajuste a la normalidad. Ya os conté que era habitual que, de niño, mi hijo pasase algunas semanas a bordo de mi barco cuando sus vacaciones no coincidían con las mías. En aquellos tiempos y en aquella naviera, los capitanes teníamos asignado un camarero particular que nos servía las comidas en el camarote (el Capitán no comía con el resto de los oficiales), nos lavaba y preparaba la ropa y, en fin, tenía un papel parecido a los asistentes de los militares. Era lo que en francés se llama un “valet”. Mi valet fue durante varios años un haitiano de mediana edad al que todos llamábamos Vudú por una cuestión más folklórica que otra cosa, aunque algo tenía que ver con su aspecto, negrísimo, silencioso, atildado y siempre ceremonioso. Su circunspección sólo se rompía cuando venía mi hijo a bordo. Lo adoraba. Con su clásico acento de Haití se refería al niño como Le P’ti Commandant (en Francia, los capitanes de los barcos son “commandants”) y desde el momento en que ponía un pié a bordo Vudú se convertía en su ángel de la guarda. En cierta ocasión le regaló un amuleto que se supone que le daría protección contra la envidia y la mala fe. Hasta hace poco mi hijo lo llevaba siempre colgado del cuello y, según me dijo, aún ahora se lo pone cuando tiene que afrontar alguna dificultad especial. Aclarado esto, regreso al presente para contaros que la primera noche de nuestra estancia en Pantelleria fuimos invitados a una fiesta que daban nuestros anfitriones. Hacía mucho calor y, como temíamos llegar al lugar mojados de sudor, recordamos por un momento que el viejo Vudú solía darnos un poco de sal que, puesta bajo la lengua, inhibía la transpiración durante unos minutos; los necesarios para ir de un lugar con aire acondicionado a otro. El nombre de Vudú flotó un poco más entre nosotros a causa de algún detalle que ya no recuerdo. Al llegar a la fiesta nos presentaron a unos cuantos jóvenes y éstos a su vez nos presentaron a otros invitados. Cuando ya había saludado a unas quince personas quedé frente a una elegante señora, 40 años, mirada brillante, preciosa silueta, que sonrió con amabilidad mientras le informaban de que éramos los señores Tahleb, padre e hijo. Primer desconcierto: con gesto principesco la señora me ofreció su mano, claramente para que se la besara, mientras decía con voz alegre “et voilà, les commandants sont la”. Dando por sentado que alguien le habría hablado de nosotros, mi hijo le aclaró que sólo yo tenía un oficio tan romántico, y que él era un simple abogado. La señora, entonces, lo miró con interés y, dejándonos helados, le dijo “ah, mais non, vous serez toujours un p’ti commandant” mientras, con un leve roce de los dedos sobre la camisa, os juro que me pareció que buscaba el tacto del amuleto de Vudú. Sólo tuvimos tiempo de intercambiar una mirada de sorpresa con mi hijo antes de que un tropel de chicos y chicas nos separase, dejándome solo junto a la señora. Tomándome por el brazo me condujo arriba y abajo por el salón de la fiesta, contándome que se dedicaba principalmente al diseño de muebles, que vivía en París, que se había divorciado por tercera vez hacía cosa de un año y que, en aquella fiesta, éramos como dos náufragos en mitad de un océano de jóvenes muy chic, pero poco interesantes desde el punto de vista mundano. En un momento dado me tocó delicadamente la mejilla y, segundo desconcierto, afirmó que me convenía tomar un gran vaso de agua antes de empezar con los cocktails porque “debería usted librarse de tanta sal”. Aunque un poco aturdido por la sorpresa, tuve ocasión de observarla sin recato mientras se alejaba hacia el buffet en busca de mi vaso de agua. Es posible que, tal como luego criticaron las amigas de mi hijo, se tratase de una auténtica creación de la cirugía estética, pero en aquel momento yo sólo pensé que mis vacaciones empezaban a ir francamente bien. |
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#125
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vamos bien...
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