Para reflexionar

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MURCIA


Alrededor de 500 barcos fondean sin orden ni control en las playas de Santiago de la Ribera

Por M.J.Martínez Garcerán
El propósito manifestado por el Ayuntamiento de San Javier de regular el fondeo de las embarcaciones de recreo en las playas de Santiago de la Ribera tropieza con la permisividad que les otorga la Ley de Costas
SAN JAVIER. El Ayuntamiento de San Javier quiere cambiar de una forma drástica la mala imagen que provocan los barcos de recreo fondeados sin orden ni control en las playas de Santiago de la Ribera, pero la permisividad de la Ley de Costas que tan sólo prohíbe el fondeo a menos de 200 metros de la orilla, está obstaculizando la resolución de un problema mayoritariamente rechazado en el municipio por residentes y turistas.
“Nuestro objetivo es quitar todos los barcos, pero no es tan fácil, creíamos que la ley que prohíbe varar los barcos a menos de 200 metros era tajante, pero nos hemos encontrado que no es tan taxativa”, manifestó al elfaro el concejal de Obras y Servicios, Pedro Javier Muñoz. Y es que un barco fondeado en el mar y sujeto por un ‘muerto’ o ‘pedral’ no puede ser multado como si se tratara de un coche que se aparca en una calle prohibida, ya que la Ley de Costas recoge que en las zonas de dominio marítimo-terrestre “se puede bañar, navegar, embarcar, desembarcar, varar, pescar, coger plantas y mariscos y realizar otros actos semejantes que no requieran obras e instalaciones de ningún tipo”.

Lo que sí puede hacer el Ayuntamiento es acotar una zona para el baño en la que los barcos no puedan fondear y pedirle a los propietarios que la respeten, para lo que es imprescindible la colaboración de Capitanía Marítima, según manifestó a elfaro un abogado experto en ciencias ambientales.

Mala imagen turística
“Tenemos muy claro que el frente marítimo, tal y como está ahora mismo, no nos gusta, es perjudicial para los bañistas y para la imagen turística”, afirmó Muñoz. Este mala imagen se pone de manifiesto especialmente en la playa del Pescador, entre el club náutico y las pescaderías, que en su día fue la más popular de Santiago de la Ribera y que ahora está prácticamente restringida al uso del deporte.
“Las personas mayores que viven en este entorno están indignadas porque ya no pueden bañarse aquí, tienen que desplazarse a Barnuevo o la playa de Colón, lo que es dificultoso para los mayores que tienen problemas de movilidad”, manifestó un vecino.

En la playa del Pescador la normativa de los 200 metros se incumple de una manera descarada, como lo demuestra la presencia de pequeñas barcas que llegan hasta la orilla. Incluso hay algunas varadas en la arena, que sirven de lugar de juegos para los niños. A tan sólo unos metros, se pudría un barco abandonado desde hace años, que el Ayuntamiento ordenó retirar ya que al no tener matrícula ni conocerse el nombre de su propietario, se considera que es un “resto de madera flotante”.

Protección Civil, junto con el concejal de Turismo y Playas, Jesús Montesinos, y un representante de Capitanía Marítima, ha realizado un censo de barcos fondeados en las playas, a los que se les ha tomado la matrícula y notificado a sus propietarios que vamos a regular las zonas de fondeo”, manifestó Muñoz.

Colaboración de Costas
La Demarcación de Costas prestará toda su colaboración para establecer un plan de regularización, según se acordó en una reunión con el equipo de Gobierno que tuvo lugar hace unas semanas.
“Paca Barazas, la jefa de la Demarcación de Costas, nos dejó claro que por su parte el propósito es acabar con esta situación que no parece gustarle a nadie”, apunta el edil de Obras y Servicios.

Una solución pasaría por la construcción de unos pantalanes flotantes frente al parque del Atalayón, en la Ciudad del Aire, porque el proyecto presentado por unos particulares para crear una especie de club náutico, no convence al concejal.
“Es un proyecto disparatado, presentado por la iniciativa privada, para acoger barcos de hasta 12 metros, por lo que ocupaba mucha superficie lineal y de fondo y el que tiene un barco de esas características, debe atracarlo en los clubs náuticos que hay en la zona”, afirmó Muñoz, que prefiere una zona de fondeo para barcos pequeños con pantalanes flotantes, gestionado por el Ayuntamiento, con el correspondiente permiso de Costas.

Arriesgadas cabriolas junto a los bañistas

Uno de los temas más polémicos que afectan al Mar Menor es la utilización de motos acuáticas por particulares que provocan oleadas de protestas entre los bañistas en plena época veraniega. En la playa de Barnuevo, la batalla entre motoristas y bañistas ha dado lugar a diversos enfrentamientos con duros intercambios dialécticos, por las arriesgadas cabriolas que algunos realizan junto a la zona de baño.

“Restos de maderas flotantes”

Los barcos abandonados en las playas, sin matrícula y sin dueño reconocido, pueden ser retirados por el Ayuntamiento, ya que están catalogados como “restos de maderas flotantes”. Así se hizo hace unos meses cuando con un barco medio destruido que ofrecía una pésima imagen frente a los restaurantes de las pescaderías. Según el concejal de Obras y Servicios, Pedro Javier Muñoz, la categoría de estos barcos es la de “restos de maderas flotantes”, por lo que pueden ser retirados igual que otro tipo de enser abandonado.

La Ley de Costas y Actuaciones recoge que son bienes de dominio público marítimo-terrestre la riberas del mar y de las rías, que incluye el espacio comprendido entre la línea de bajamr escorada o máxima viva equinoccial y el límite hasta donde alcanzan las olas en los mayores temporales conocidos o, cuando la supere, el de la línea de pleamar máxima viva equinoccial. Se consideran incluidas en esta zona las marismas, albuferas, marjales, esteros y en general, los terrenos bajos que se inundan como consecuencia del flujo y reflujo de las mareas, de las olas o de la filtración del agua del mar y en ellas se puede bañar, navegar, embarcar y desembarcar, varar, pescar, coger plantas y mariscos y otros actos semejantes.

Reacciones

José Luis Villaescusa: “El Ayuntamiento debería poner puntos de atraque para todo tipo de embarcaciones”
La solución sería que el Ayuntamiento construyera unos pantalanes con puntos de atraque accesibles a todo el mundo, hay mucha gente aficionada a la vela que no puede permitirse el lujo de comprar un punto de atraque en un puerto deportivo, por lo tanto, se debería ‘democratizar’ un poco el acceso.

Enrique Leante: “La gente mayor se queja de que es imposible bañarse en la playa del Pescador ”
Las personas mayores que viven en las calles cercanas a la playa del Pescador se quejan de que tienen que trasladarse a otra playa donde los barcos no invadan la zona de baño. Hace años, esa zona era uno de los lugares más concurridos por los bañistas y ahora sólo sirve para la práctica del deporte.

José Andrés López: “Yo no voy nunca a la playa de La Ribera, los barcos dan una imagen poco atractiva”
Yo no voy nunca a las playas de La Ribera porque la imagen que presenta, con los barcos inundándolo todo, es muy poco estimulante. La gente que viene al Mar Menor son fundamentalmente familias con mayores y niños pequeños y cada vez tienen más difícil conseguir un trocito de mar para bañarse.

Ramón Torres: “Los pescadores están marginados y sólo se apoya a los puertos deportivos”
A mí me parece que se están potenciando demasiado los puertos deportivos y por tanto, las embarcaciones de recreo, en cambio, a los pescadores se los ha marginado, cada vez tienen menos espacio para varar sus barcos y eso es injusto porque es su oficio, están ahí para ganarse la vida y se les debería ayudar más”.