Saludos
Saludos, Hombres y Mujeres, Hermanos del Mar:
No tengo por costumbre llamar la atención. Todo lo contrario. La prudencia me ha hecho preferir los rincones, en las tabernas, conozca o no a los contertulios. Prefiero escuchar y aprender, beber solo y marcharme antes de que sea demasiado tarde, y los hijos del tabernero tengan que arrastrame hasta la puerta. Pero rara vez no acepto a alguien en mi mesa, y mi botella es la suya, si hay otra ronda después.
Vengo de la Mar Cantábrica y me encuentro en consultas en Madrid, por tiempo indefinido. Aquí añoro lo que más amo, y visito al atardecer la taberna para ahogar con Vino Santo de Jerez la añoranza y "señaldá" de mi mar querida.
Ahora ya conocen mi nombre. No me escucharán hablar demasiadas veces. Pero no duden de que, ante la más intempestiva de las escoras mi cerebro no derramará ni uno solo de mis pensamientos bien estibados. Y si miran a proa, me verán saltando sobre mis dos piernas (sanas gracias a la prudencia), sonriendo, como pocas veces.
Y ahora, si gustan, sírvanse una copa de mi botella.
Xuan El Llargu, de la mar y con "xacíu".
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