
Empecemos con unas copas porque quiero olvidar las penas.
El pasado fin de semana me he hecho 1100 kilómetros para poder navegar un par de ratos el sábado y el domingo y, de paso, charlar un poco con mi barco, darle champú de cariño y decirle que, aunque está muy lejos de mi, no le olvido, que pienso en él todos los días (no es exageración) y que los 1100 kilómetros se me hicieron cortos a la ida pensando en verle y en navegar y, a la vuelta, pensando en lo que habíamos disfrutado navegado.
He ido solo porque la familia no tenía ganas de acompañarme pero, aunque me habrían venido bien para ayudarme (es un barco de 45 pies), en el fondo prefiero haber estado solo porque así mi conversación con él es mas abierta. ¿ESTARE UN POCO LOCO?
Bueno pues pienso ir a verle dos veces al més como mínimo mientras el cuerpo aguante. (Ya veremos porque tengo unos añitos a la espalda).
Perdonadme por el toston pero tenía que contárselo a alguien que me comprendiera y seguro que como vosotros no nay nadie mejor para entendereme.
¿Otro trago?
