Patente de corso, por Arturo Pérez-Reverte
El sable y el granadero
Hoy toca vieja batallita. Con ésta, además, saldo una deuda. O lo intento. Iba en tren cuando un joven me abordó con mucha educación. Traía en la mano un objeto largo y estrecho en una funda de paño. Soy teniente de Infantería de Marina, dijo, y voy a incorporarme a un destino. También soy lector suyo desde que empecé a leer. Por eso, como éste es mi sable de oficial, quiero que...
...y hasta aquí puedo leer...
El resto lo tenéis aquí:
El sable y el granadero
Saludos y que disfrutéis de la historia
