El Rebeca III, rumbo al Caribe

[kaia]

Salimos de Alicante a las 18h, Fernando (Ferdy) , Victor (Pantocazos), Carlos (Urtzi), y yo , con tormentas aisladas pisándonos los talones, poco viento y mar residual un poco incómoda.
Dejamos Tabarca por estribor, navegando a motor a unos buenos 8 nudos, los 110cv del Rebeca III, superan la marejadilla con facilidad, rumbo a cabo Palos.
Cenamos en bañera, una riquísima sopa que nos prepara Urtzi y entremeses, antes de iniciar los turnos de guardias, Fernando con Victor y Urtzi conmigo. A las 23h doblamos cabo Palos, dando un buen resguardo a las islas Formigas y arrumbando a cabo Gata.
La noche ha sido muy tranquila, aunque seguimos a motor, por que la brisa del E es insuficiente para hacer millas con rapidez, felizmente apenas ha llovido y la temperatura tampoco ha sido lo fría que esperábamos.
Amanece a la vista ya de las estribaciones del parque natural de Gata, el faro de la Mesa de Roldan hacía millas que veníamos viéndolo y pronto el blanco urbanismo de Carboneras, primero y San José unas millas más adelante, quedan por la popa.

De madrugada, ha aumentado un poco la brisa del E, desenrollamos la trinqueta para estabilizar los balances del Rebeca y a medio día doblando cabo de Gata desenrollamos el génova, atangonándolo por estribor.
A rumbo para doblar Almerimar, la brisa ha subido lo suficiente como para detener el motor y mantener una velocidad por encima de los 7 nudos. Las previsiones son a partir de hoy vientos de 25 a 30 nudos, los partes por VHF son de temporal fuerza 7 a 8 en el mar de Alboran, así que nos preparamos, no dejando nada fuera de su lugar y prestos al pronto cambio.
De momento, la navegación al través del golfo de Almería es placentera, navegamos a orejas de burro con génova y trinqueta. Preparamos para comer un buen cocido de lentejas que nos sientan reconfortados. A primeras horas de la tarde, nudo a nudo va aumentando el viento, esta parece que va a ser una buena prueba para el Rebeca III ante su reto Atlántico. El piloto funciona dentro de lo que cabe, bien, llevando el rumbo bastante estable en la marejada que ya se ha formado.

Al atardecer tenemos 25 nudos en el anemómetro y en el GPS dígitos por encima de los 9 nudos ya son frecuentes. Enrollamos la trinqueta, manteniendo el génova atangonado. Tenemos un problemilla con la electrónica, ya que nos suena la alarma de bajo fondo y no hay forma de pararla definitivamente.
Al anochecer la mar se ha formado considerablemente y algunas rachas ya alcanzas los 30 nudos, el piloto ya no aguanta las olas y hemos de timonear a mano, recogemos unas vueltas el génova para ir adecuándolo a las condiciones,
De nuevo cena fría, los balances del Rebeca III son considerables sin sustentación lateral. Las guardias hemos de recomponerlas por que Ferdy no ha superado la gripe que viene arrastrando y le ha subido un poco la fiebre, por lo que decidimos la tripulación liberarle de las guardias nocturnas, llevando Víctor y yo la responsabilidad de la navegación.

A media noche empieza a soplar de verdad, 35 nudos mantenidos, hacemos planeadas constantes por encima de los 12 nudos, llegando a alcanzar un record de 16,3. Nos relevamos a la caña los tres, alabando sobre todo el buen hacer de Urtzi, que con su corta experiencia, lleva al Rebeca III como un experto timonel.
A las 3 de la mañana veo en el display del viento aparente digitos de 32 nudos que con los 10 que llevamos, las cuentas son claras, esto empieza a ser serio y las previsiones, está claro, que han sido muy optimistas, cuando estamos rozando la F9.
Navegamos a 10 o 12 millas de la costa y escasamente lo único que hemos visto es un mercante en la lejanía. El barco se comporta de maravilla, un poco duro a la caña para mi gusto, pero es muy estable, está siendo una buena prueba para lo que les espera en el océano, aunque difícilmente pillarán una rasca con la intensidad continua de esta.

Como llevamos el génova atangonado por estribor, con el ventarrón soplando del ESE, no nos permite hacer un rumbo directo a Gibraltar, así que decidimos recalar en Sotogrande y esperar una mejoría.
A las 6,30 de la mañana, con la luz verde del espigón a la vista, ponemos en pie a toda la tripulación para la recalada, será complicada con el maretón que tenemos. Ferdy me cede la responsabilidad de meter al Rebeca III en el puerto. Me separo a una buena distancia de la punta, con margen de maniobra para empopar si nos alcanza alguna rompiente, cuidando no nos atraviese, pero la maniobra no ha tenido complicaciones y entramos preparando amarras y defensas para atracar en el muelle de la gasolinera.
Fallido al primer intento por que el viento sigue de 35 nudos de través, la maniobra es difícil con el abatimiento que provoca, pero a la segunda, conseguimos amarrar la proa y poco después la popa.

Respiramos tranquilos, más cuando nos percatamos la realidad de las olas que vemos en la bocana y las que saltan por encima del rompeolas. Está maneciendo cuando dejamos al Rebeca III bien amarrado, nos acostamos un par de horas para descansar de una noche en vela y decidir con calma que haremos en las próximas horas, ya solo nos quedan 10 millas a Gibraltar, pero de momento lejos de poder alcanzarlo.


Salida de Alicante, Ferdy orgulloso de que su Rebeca III, camina ya hacia la gran ilusión atlántica


Buena camaradería abordo y relajo en las primeras millas.


Amanecer de película cerca de cabo Gata


Pantocazos a la caña


Plano vélico anterior a la castaña


Urtzi, negociando olas


Kaia, el cronista, en mi turno a la caña


El Rebeca III, felizmente amarrado en Sotogrande


La barra de entrada a puerto, no está para jugársela de nuevo, en otra respuesta, no me deja ponerla , la rana dichosa....

Continuará......
Salud