Carta a Cocua

[Tucana]

Honorables tabernarios:
Quiero compartir con vosotros una anécdota que me ha pasado hace unos días en mi crucero de La Línea a Ibiza en mi velero Mandala.
En una de las escalas, Saliendo de uno de los pantalanes del club nautico de Torrevieja, me cruzo con una pareja en sentido contrario. Tras el cruce me quedo pensando que a ella no la conozco pero a él sí. Giro automáticamente sobre mis talones y exclamo:
- Cocua?
El mismīsimo Cocua Ripoll!.
Todo el que haya leido su libro quedarà con un poso de admiración hacia él, al menos yo.

- Sí?.
dice el con cierta perplejidad. Era la primera vez que me veía. Yo también en directo, pero lo reconocí por las fotos de su libro y blog.
Después de disculparme ( situación inadecuada para abordar a alguien por la hora, su compañía y las circunstancias...,) me presenté atropelladamente.
Como vi una franca actitud amable en él y comprensiva en ella, solté las andanadas de preguntas:
Y el Archibal, el último viaje a los frios del Sur, qué pasó con el motor nuevo que dio problemas... ?. En fin, más que si me hubiese encontrada con mi idolatrado B.B. King.
Vamos, que estuve a punto de preguntarle por Esperanza, Fletcher y los otros habituales circunnavegadores que Cocua nos dio a conocer, pero me contuve, no sin esfuerzo...
Sorprendentemente, aunque la situación no se prestaba en nada a una larga conversación, Cocua fue respondiendo, añadiendo detalles con una admirable paciencia, en un tono amistoso y distendido.
- Mañana antes de zarpar pasaros por el Archibal que os lo enseño y charlamos - dijo Cocua.
Hay que tener en cuenta, para dimensionar la paciencia de Este Ulises, me dijo: -sí, ayer recale aquí después de este viaje de tres años...
Me frotė las manos y dejé ya de ser el plasta y les conté como un torrente a mis dos acompañantes las anecdotas de Cocua en sus periplos.

Cocua, al día siguiente estuve dos veces en tu atraque. Una de las veces desde el pantalán. Te oía hablar por la radio, me pareció que por la BLU, y no quise molestar. La segunda vez ya con mi Mandala saliendo del atraque y en tu popa grite. - Cocua!!!!, pero no estabas. Quise despedirme y agradecerte tu atención y ofrecimiento.
He leido, como todos, muchos de nosotros, libros de navegantes, reales y de ficción. Desde mi venerado Robinson Crusoe, no me había divertido tanto como con el de Cocua Ripoll.
Esta reecarnación de un navegante Fenicio de Mileto se plantea la vida alrededor de su barco y el mundo como yo habría soñado de tener el valor de hacerlo, con ese envidiable sentido de la libertad y la amistad.
¡Gracias Cocua y buena proa siempre!
Pepe del Mandala.