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El Tornaviaje.
El 8 de octubre de 1565 se realizó este imprescindible hecho histórico que marcó el, comercio y la navegación desde Asia a España. Y todo se debió al gran cosmógrafo y científico Urdaneta, donde el fantástico investigador lo tenía todo estudiado. De esto hace 460 años. Fray Andrés de Urdaneta recibe la orden, en 1558, de preparar el Tornaviaje, es decir, hallar una ruta de retorno que permita conectar por mar el virreinato de Nueva España y las islas del Sudeste Asiático de forma estable, un paso imprescindible para el establecimiento de bases permanentes y de comercio en Asia. Lo primero que hace es sugerir al rey Felipe II una excusa para ir allí por "razonas humanitarias", pues sabe de la dudosa legalidad del viaje de acuerdo a los términos del Tratado de Tordesillas ( y sobre todo del tratado de Zaragoza que repartia Asia siendo las Filipinas enmarcadas en la división portuguesa). A continuación, aborda los problemas de logística. Como conocía bien la costa de Jalisco, propone el puerto de Acapulco como terminal americana. Continuaría redactando un informe para Luis de Velasco, pero cuyo destinatario final era Felipe II, en el que explica las razones por las que el viaje debe hacerse desde México, y no directamente desde la península, dada la dificultad que suponía tener que atravesar el estrecho de Magallanes y las grandes distancias. Sea viajar a Méjico desde España atravesar Mejico en carromato y embarcarse de nuevo en el Pacifico. En 1525, junto a Juan Sebastián Elcano formó parte de la expedición de García Jofre de Loaísa que parte de la Coruña en la recien creada Casa de Contratación de la Especiería . Al fallecer Elcano, fue uno de los testigos que firmó su testamento. Tras la campaña de las Molucas, muertos Elcano y Loaisa (1526), regresó a España en 1536 al mando de la expedición en la única nao que llegó a Lisboa, donde le fue incautada por el rey de Portugal la numerosa e importante información recabada en el periplo de una circunnavegación de once años. Ya en la corte de España, visitó al emperador y le entregó una memoria recuperada de su conocimiento sobre el viaje y acerca de esas ansiadas islas. De su estancia en las Molucas regresó con una hija que entregó a su hermano en adopción. De España pasó a la Nueva España (Mejico) de la mano de Pedro de Alvarado, quien lo convirtió en un personaje importante de la provincia de Nueva España, ya que quería incluirlo en nuevas expediciones a las Molucas y las Filipinas. A la muerte de este siguió contando en los proyectos con la confianza del virrey Luis de Velasco. Sorprendentemente y tras ocupar puestos políticos notables, en marzo de 1553 ingresó a sus 45 años como fraile en la Orden de San Agustín en el convento de los agustinos de la capital mexicana regido por Agustín Gormaz, donde pasó los siguientes once años. Sin embargo esto es una circunstancia de la crisis de los 40 dicen muchos. El tornaviaje Urdaneta lo calculo todo. Los barcos de la flota se construyeron en Acapulco, Nueva España, y medían 28 metros de eslora. La expedición estaba compuesta por la Capitana, donde iban Legazpi el comandante y Urdaneta, los galeones San Pablo y San Pedro y las gabarras San Juan y San Lucas. Urdaneta seleccionó cuidadosamente a la tripulación para conseguir cohesión social y evitar motines. Incluyó un 33 % de guipuzcoanos elegidos en la Nueva España y que ya se conocían. Es necesario incluir alimentos frescos para buscar la salud de la tripulación, le manifestó al Rey Seleccionó, entre otros, habichuelas, ananás y cocos, para evitar el escorbuto durante la larga duración del viaje. Ruta de ida La expedición zarpó, al mando de Legazpi, el 21 de noviembre de 1564 del puerto de La Navidad, en Nueva España (actualmente Barra de Navidad, Jalisco, México). La ida a Filipinas se desarrolló en dos meses con los vientos alisios a favor siguiendo una ruta ya conocida. Espera en Filipinas En Filipinas llamadas así en honor a Felipe II permanecieron cuatro meses reparando los barcos y esperando el tiempo a favor para iniciar el regreso a primeros de junio. La ruta de vuelta desde las Filipinas por el oeste era estratégicamente muy importante, pues permitiría a la Nueva España el comercio con el este de Asia sin navegar por aguas controladas por los portugueses en las Molucas, India y África. Urdaneta y otros pilotos conocían los intentos anteriores y continuaron el esfuerzo navegando hacia el norte para hallar una corriente favorable que los llevara nuevamente hasta América. Tal como se hacia con la corriente del Golfo. Ruta de vuelta o tornaviaje Ruta del tornaviaje de Filipinas a Acapulco, Nueva España Para el regreso, Urdaneta zarpó de San Miguel, en Filipinas, el 1 de junio de 1565, y puso rumbo nordeste aprovechando el monzón del suroeste. Ascendió hasta el paralelo 40, donde encontró la corriente de Kuro Siwo, que les llevó por el océano Pacífico hasta el cabo Mendocino en California, siendo bautizado así dicho cabo por el propio Urdaneta en honor al virrey Antonio de Mendoza. Desde allí, costearon rumbo sur hasta Acapulco, Nueva España, a donde arribó el 8 de octubre tras haber recorrido 7644 millas náuticas (14 157 km) en 130 días, a una media de 59 millas náuticas (109 km) por día. Al llegar, Urdaneta descubrió que un capitán de la expedición, Alonso de Arellano, que se había separado de la flota en el San Lucas, se había adelantado y desde las islas Filipinas había alcanzado primero la vuelta hasta el puerto de Navidad en agosto de 1565. Urdaneta se presentó ante la Real Audiencia y siguiendo los pasos de Arellano continuó el viaje hasta la corte del Rey para informar del suceso. Las crónicas agustinas han dado realce a la actuación de Fray Urdaneta y, debido a su larga experiencia empírica, se ha asociado su nombre con la ruta del tornaviaje. Durante los 250 años siguientes, las naves españolas emplearon esta ruta. En particular el galeón de Manila que recorría el trayecto Acapulco-Manila-Acapulco. Hoy sigue siendo una de las principales rutas marítimas del mundo moderno. Fallecimiento Tras informar personalmente al rey Felipe II de su descubrimiento, Andrés de Urdaneta regresa a su convento en la Nueva España, donde fallece el 3 de junio de 1568 a los 60 años de edad. A pesar de su gran hazaña, Urdaneta fue prácticamente olvidado, quedando como uno de los descubridores más desconocidos de su tiempo. El convento sufrió un incendio posteriormente y el actual reconstruido se convirtió más tarde en la Biblioteca Nacional de México. Los restos reposan probablemente bajo el claustro del convento. El posicionamiento de la corona en Filipinas se hace efectivo en este año 1565, Urdaneta con todo planeado y sabiendo que el Rey podía tenderle una trampa al enviarlo a Filipinas que caía en zona portuguesa según el Tratado de Zaragoza lleva en el viaje a dos monjes agustinos que evangelizan Las Filipinas siendo actualmente el único país cristiano de Asia exceptuando a Timor. Legazpi el comandante, lleva una carta del Rey que debe abrir a los cinco días de navegación donde ordena que la base del tornaviaje sea Filipinas incumpliendo el acuerdo del Tratado de Zaragoza con Portugal con el grave riesgo que comportaba el hecho para los integrantes de la expedición, sin embargo las coronas portuguesa y española se unieron en 1580, Felipe II empezó a reinar cuando abdicó su padre Carlos I en 1556 diez años antes de la expedición. La incursión al oeste de Brasil por los portugueses ya en zona delimitada española por el Tratado de Tordesillas y el establecimiento español en Filipinas sin ninguna oposición posterior por Portugal son debidas a la unión de las dos coronas que con la posterior independencia de Portugal nada se cambia en 1640 con el reinado de Felipe IV y ratificado en el de su hijo Carlos II. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() |
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