Llego de arribada

[la mar salada]

…y pido un sitio para atracar en este puerto

Por lo que he visto en los derroteros, puerto seguro y protegido contra temporales, donde hay tascas y bares para todos los gustos (eso me interesa, que siempre hay una buena conversación entorno a una botella… de ron o de agua, pero una botella)
Amarraré donde me digan, y si me abarloo, procuraré poner las defensas bien para no dañar al vecino, pondré mis amarras sin molestar y procuraré hacer el mínimo ruido y la máxima colaboración.
Llego con un grimpolón que me acusa de haber pasado mensajes sin haberme presentado. No me quedaba más remedio,
cuando lo hice estaba en pleno temporal, con mar gruesa y el barco destrozado

Y ya he amarrado…

Como nuevo vecino estoy encantado de que todos paséis por mi barco (es virtual, solo tengo un pequeño flying júnior guardado en el garaje que solo ha navegado hace años en La Manga) y os pongáis “morados” a langostinos y percebes acompañado de un rico vino blanco seco de la tierra (para que nadie se mosquee con denominaciones de origen) y así os cuento mi historia.

A pesar de ser de puerto de mar, Castro Urdiales, no empecé a navegar hasta muy tarde y fue de la mano de un padre de una amiga de mi hija, que se compró un barco y reclutó lo que tenía más a mano… no sabía donde se metía. Mi primera salida al mar, en aquél OneToner de madera, un día negro como no había visto en mi vida, unas olas que quitaban el hipo… el barco empieza a escorar y… menos mal que había leído unos días antes algo de barcos ante lo que me esperaba y ponía “que los veleros no volcaban a pesar de la escora…” (he podido constatar lo contrario más tarde…)

La cosa no pasó a más, volvimos sanos y salvos a puerto y con las ganas de volver a repetir… de esto hace unos 10 ó 12 años, muy poco tiempo navegando para los viejos lobos de mar que estáis por aquí pero he recorrido muchas millas, siempre con buenos amigos, he navegado en muchos barcos del Cantábrico, en alguno de Cádiz, en regatas y en transporte, con el cuchillo entre los dientes o en placentera travesía.

Sé que no sé mucho de barcos y navegación, pero sirvo para un roto y un descosido.

Y también hago fotografías…
No son las mejores, pero en muchos casos son únicas.
Me gustaría tener unos cuantos culos para poder sentar todas mis aficiones, pero como no puede ser hay días que me toca navegar y otros fotografiar. Algunas veces se pueden compatibilizar, pero a costa de buenas broncas del patrón o de llenar la cámara de salitre y agua.


Bueno, me parece que me estoy pasando.

Un saludo a todos