Volviendo de Mallorca... El Espíritu de la Taberna derriba barreras...

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Llegábamos al aeropuerto de Palma a las 2 de la tarde , de vuelta a casa, aunque ambas teníamos la sensación de que habíamos dejado una "casa enorme" en Mallorca; hecha de abrazos y risas, de complicidad, de guiños, una casa azul, cálida y brillante, con los corazones de todos los que nos habían acogido...
Huelga de controladores aéreos y ¡¡zas!! un pronóstico:retraso del vuelo Palma-Alicante de aproximadamente tres horas y media. Les habíamos dejado apurando la última navegada del domingo, unas y a los otros, saliendo por la bocana de Calanova para continuar sus vacaciones, agitando los brazos y lanzando silbidos de despedida desde cubierta.Ninguna huelga, ninguna crispación iba a cambiar nuestro "estado de gracia".




Alrededor de las puertas de embarque se agolpaban los sufridos pasajeros, algunos no de tan buen humor como nosotras dos, con nuestros corazones en bandolera, nuestros petates y nuestra tertulia acerca de los buenos momentos pasados.
Había pasado una hora y los ánimos iban decayendo. Los primeros cambios de impresiones brotaban espontáneos entre los pasajeros mientras los dos empleados de la compañia se esforzaban desgranando excusas pero sin poder decirnos a qué hora saldríamos.

A nuestro "babor" una pareja que venía de participar en un concurso de Tango en Palma; geniales, se entretenían escuchando un clásico que entonaba su lamento (como buen tango) desde un diminuto móvil. A "estribor", un gitano de raza que perdía el tren de enlace a su tierra, como él mismo afirmaba... Unos metros más allá, cuatro tipos con pinta de rockeros, ingleses, custodiando un carro de equipaje lleno de guitarras.
Yo encendía la cámara de fotos y repasaba una y otra vez las imágenes, las huellas ya imborrables del precioso espíritu de esta Taberna, los barcos, las sonrisas, la complicidad de los buenos momentos que habíamos vivido y me emocionaba, cuando de repente, me dirigí a la pareja , así, de sopetón y les pregunté:-Oye…y ¿qué tal si nos bailais un tango?
Me miraron sonrientes y contestaron- ¿en serio?- claro, les contesté rapídisima, será un placer veros bailar.
Ni un instante de duda…se levantaron entre carros de equipajes y caras serias de pasajeros ansiosos por despegar,mientras él, sujetando su diminuto móvil entre las manos de ambos enlazadas para poder escuchar la música que apenas se percibía entre las comunicaciones de retraso de casi todos los vuelos, empezó a llevar a su pareja , envueltos ambos en el baile, ante los atónitos pasajeros…





Bailaron y bailaron ejecutando pasos perfectos mientras los rockeros ingleses , apoyados en sus carros llenos de guitarras, observaban atentos y yo diría que un tanto intimidados…
Los ojos del gitano brillaban como acero negro y sonreía como si estuviese saboreando un enorme pastel, los pasajeros se acercaban de uno y otro lado y un corro silencioso les observaba…Yo, ufff…les fotografiaba todavía cuando terminaron de bailar y un aplauso de estruendo empezó a sonar en la sala de embarque…



El gitano, un hombre joven , alto y moreno, con porte de junco, se acercó a la pareja de bailarines y les dio la mano en un saludo cálido, felicitándoles mientras decía:-Pues yo…. Yo también bailo, pero flamenco…ah! Y canto… y no es por mentarlo, pero, soy familia de cantaores.
Pues es tu turno, le contesté yo y los pasajeros envueltos en el tedio unos minutos antes, empezaron a jalearle…
Se puso frente a nosotros, nos indicó cómo hacer palmas y a la de tres, se puso a bailar…




Los rockeros ingleses no salían de su asombro mientras una espontánea se sumó al bailaor y las palmas arreciaban con lo que, fue pedirle un cante y se lanzó a capela …




Fotos y más fotos, mientras cantaba y bailaba ,y yo, disparando la cámara asociaba aquel momento al que habíamos vivido durante el fin de semana…, seres humanos que abrían sus barcos, sus brazos y su corazón a otros , hasta entonces desconocidos, regalándonos emociones e instantes bellos, como la pareja del tango y el bailaor de flamenco…

Y no, no quedó ahí la cosa…El del tango, decía que lo suyo era fácil y preguntaba quién quería iniciarse con él dando unos pasitos…
La miré de reojo y lo supe,al instante.La conozco hace más de 20 años…La Holandesa, mi compañera de singladuras, una mujer que es para mi más que una amiga, una hermana, se levantó y sin parpadear, inició el aprendizaje de tango en un pis pas…



Y si, tengo que reconocer que no sabía si reírme, disparar la cámara o qué, pero tenía un nudo en la garganta al verla evolucionar en la sala de embarque, mientras los rockeros, asumiendo de modo tácito que les llegaba “el turno”, empezaban a quitarle las fundas a las guitarras…
La azafata que unos minutos antes andaba dando explicaciones nerviosas a diestro y siniestro sonreía feliz mientras le ofrecía una botella de agua al gitano saleroso, La Holandesa evolucionaba al lado de la cinta transportadora con el bailarín de tango y yo, pues…era feliz viendo las caras un rato antes crispadas, sonrientes disparando sus vídeos y sus cámaras…



Cuando los rockeros se iban a lanzar, sonó el aviso por el altavoz: Llamada a embarque….Ni cuenta nos habíamos dado pero había pasado más de dos horas. Nos miraron casi tristes y pusieron de nuevo las fundas a las guitarras, pero ahí queda la foto y sus caras…Su grupo se llamaba Bla Bla según nos dijeron y nosotras contestamos que el nuestro era: La Taberna del Puerto y les prometimos que ahí estarían las fotos de todos ellos…




Si en estos días, veis asomar por aquí a un gitano de ley, a dos bailarines de tango geniales, y a un grupo de rockeros llamados Bla Bla, pues…son unos cuantos más contagiados del Espíritu de la Taberna, que ojalá sigamos cultivando entre todos para que permanezca en los mares, en los aeropuertos y en nuestros corazones.
Un abrazo a todos, y montones de besos a nuestros anfitriones y compañeros de Taberna que han estado en Mallorca..

Alejandra