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| VHF: Canal 77 |    | ![]() |
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#11
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![]() Estimado Tahleb, la única posibilidad de que eso sucediese, es que la tivese ya de serie, lo cual entra dentro de la apreciación personal de cada uno. No obstante he de aceptar que es una posibilidad plausbile. Y ahora, permíteme que ilustre el post en todo su contexto con este breve manual: CURSILLO DE ESTILO y ESTETICA DE LA EPISTOLA CONFESIONAL (También conocido así: COMO CONFESARSE EN PUBLICO CON CIERTOS VISOS DE EXITO) Regla número 1. Postulado de la locuacidad expansiva. Cualquier confesión hecha pública en medios de masas, ha de mostrar una sobriedad y extensión adecuadas al objeto de la confesión. La excesiva locuacidad sólo está permitida en caso de que el arrepentido se encuentre a punto de ser ejecutado en plaza pública o pelotón, siendo además comprensible la extremada locuacidad, la velocidad en la formulación de las confesiones y el atropellamiento verbal. Caso contrario y en sereno acto de contricción, el recogimiento intelectual y la concisión en el objeto de la confesión son esenciales. Regla número 2. Postulado de la coherencia en el infortunio. La confesión puede muy bien llegar motivada por el infortunio acarreado por las propias acciones o decisiones. En estos casos la confesión tiene, obviamente, un valor matizado por el sufrimiento. En estos casos, ha de existir una coherencia intrínseca entre el acto, y el dolor intrínseco que causa. Un ejemplo de incoherencia en el infortunio: "Me tocó la primitiva, ergo me arrepiento ante todos vosotros y os manifiesto mi dolor". En este caso se dan varias circunstancias incoherentes: 1.- El gordo de la primitiva (si no se te sienta encima) no causa dolor 2.- Si te causa dolor que te toque, no juegues 3.- Mucho dolor, mucho dolor, pero no te deshaces de la pasta. Sin embargo son coherentes en el infortunio aseveraciones como la siguiente: "...Y yo me la llevé al río pensando que era mozuela, y resulto ser un tío que por poco me la cuela". Regla número 3. Teorema del zoom que desenfoca. La regla número 3 ha de observarse en conjunto con la regla número 1. El arrepentido, por la naturaleza del arrepentimiento y por encontrarse en pleno acto de pública vergüenza y recogimiento, debe tender a obviar detalles innecesarios a la expresión del objeto de su pecado. El lucimiento en la descriptiva del acto que causa la contricción puede ser interpretado como regodeo en la suerte. Un ejemplo; Manuel se arrepiente de haber agredido a su vecino porque ha escupido en sus gladiolos, puede hacer dos cosas: A) Agredí a mi vecino y me arrepiento de ello b) Pues si, lo siento mucho pero cogí a mi vecino, le dí una hostia que le salté to los dientes que le salieron diciendo marica el ultimo y le puse la boca como a la Celia Cruz. ¿Cual de las dos formas indica un más creíble arrepentimiento?. En el arrepentimiento las formas son importantes, sobre todo si la confesión es pública, pues se entiende que de algún modo, se solicita empatía al respetable. y finalmente... Regla número 4. Si lo puedes resolver...¡ hazlo ! Si el solicitante de indulgencias tiene en sus manos la restitución de su buena conducta, puede aplicar dos estrategias. La primera es aplicable cuando ha decidido no restituir su conducta: obviar en la confesión la mención de esa posibilidad, para que no le sea reclamada, y así contar con la melancolía general. La segunda es aplicable antes de la confesión, y cambia sustancialmente el sentido de ésta, trastocándola en una narración didáctica, para que, además de empatizar, se muestre al colectivo lector o asistente a la confesión, lo negativo de la situación, la esperanza de la redención y el valor de afrontarla. ![]() Por el fair-play, gentlemen. Rog
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Y a la voz de: " ¡¡ A por ellos, que son pocos y cobardes !!, se abalanzaron sobre el que suscribe..."
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