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| VHF: Canal 77 |    | ![]() |
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#1
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El tipo que se parece a Niles Crane, el que compró el ketch de mi hijo hace un año, me llamó a primeros de octubre. Me contó una historia de relleno que ya no recuerdo y acabó proponiéndome un precio razonable si quería recomprarle el barco. Cosas de la crisis, pensé.
Le dije que necesitaba reflexionar durante unos días, pero –ahí me salió un reflejo de mis antepasados comerciantes- le adelantaba que no era para mí el mejor momento para andar comprando barcos y muy probablemente no podría llegar a la suma que tan amable y justamente me ofrecía. Era una locura. Para comprar el barco en estos tiempos debería vender o hipotecar propiedades inmobiliarias, financiando bienes fungibles mediante el patrimonio, cosa que jamás debe hacerse. O al menos eso me han dicho. Pedí consejo a mi hijo. A fin de cuentas es mi heredero universal y, cuando yo muera, recibirá mis deudas y mis logros, de modo que ya hace tiempo que no muevo ficha sin su conocimiento. Me propuso un trato: si yo me comprometía a seguir navegando con él en verano (en su barco), él me daría el dinero para comprar el ketch. Fijó un precio bastante bajo –apétalo un poco, papá. Ya verás como baja-, pero decidí complementarlo con mis ahorros sin que él lo supiera y llamé al Niles Crane para darle una buena noticia. A finales de octubre estaba todo hecho y me encontraba amarrado en un puerto del sur de Francia pensando, sin prisas, en qué hacer con mi futuro y con mi amado barco. Creo recordar que fue una tarde de mistral, de rojo Poniente y susurros de jarcia, cuando recibí un correo de mi hijo que, de nuevo, una vez más, alteró completamente mi universo: “Papá, no te lo vas a creer. ¡Tengo una hermana!. Una preciosa muchacha de dieciocho años, hija de mi madre y del pianista.” De novela. Mi ex esposa, con la que había perdido todo contacto hacía más de veinte años, había tenido una hija con su nuevo marido, cosa que yo ignoraba y, aparentemente, tampoco sabía mi hijo. Al parecer, el pianista había desaparecido con viento fresco hacía algunos años y recientemente mi ex mujer había enfermado muy gravemente. Sin esperanza. Mi hijo me contaba cómo su madre había logrado comunicarse con él y explicarle que su hija no tenía absolutamente a nadie más en el mundo. Le pedía desesperadamente que la acogiese y ayudase. Al fin y al cabo era su hermana. Se habían visto unas cuantas veces en Londres y en Madrid. Se habían reconocido como hermanos oyendo eso que llaman la llamada de la sangre y habían decidido que era tiempo de que yo también la conociese. Debía ir a buscarla al día siguiente al aeropuerto de Marsella. Estaría encantada de instalarse a bordo un par de días. No hacía falta buscarle hotel. Por prudencia elemental –me repelía la idea de meter a una extraña en mi barco- reservé un par de habitaciones en un hotel de Sant Louis, a orillas del Ródano, y me dirigí al aeropuerto. Caí en la cuenta, mientras aparcaba mi “bagnole”, de que no había pedido ninguna foto de la chica ni sabía cuál era su aspecto, así que arranqué un trozo de la tapa de una caja de cartón que llevaba en el maletero y escribí su nombre en él. Elisa. Desconocía su apellido. Me coloqué frente a la puerta de las llegadas mostrando mi rudimentario cartel, como un taxista, y esperé. Veinte minutos después del aterrizaje del avión de Madrid observé que los viajeros que salían por la puerta tenían el aspecto característico de los españoles. Levanté algo el cartel y noté que se me tensaban un poco los nervios. Y de pronto la vi. Me quedé paralizado mientras ella se aproximaba lentamente, con serenidad y estilo. Un instante después de que me plantara dos besos en las mejillas me rodaron por ellas dos enormes lagrimones. No es que se pareciera a su madre. Es que era una reproducción exacta. Dolorosísimamente exacta. Hasta olía igual que ella. |
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armensis (11-01-2011), Bob (14-01-2011), castillo (17-12-2010), CHIQUISUNICA (18-01-2011), Choquero (16-12-2010), churri (16-12-2010), desvelada (16-12-2010), Juanitu (04-01-2011), KUMI (17-12-2010), malamar (04-01-2011), Melquior (15-02-2011), Mireia (16-12-2010), siro (02-02-2011), teteluis (17-12-2010) | ||
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#2
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Nabregar: "Acción de desplazarse por la mar en un barco que da mucho, pero que mucho trabajo" ¡¡¡Os estoy vigilando!!! ![]() Tractorista y motero |
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#3
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¿Continuara......?
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Confiar en el viento es como creer en la buena fe del diablo (R. Wagner - el Holandes Errante) EA 3 CBT
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#4
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#5
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Me parece una idea genial. Aquí nos tienes a la espera.
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"El signo más cierto de la sabiduría es la serenidad constante." (Michel Eyquem de Montaigne) |
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#6
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Hoy ya es mañana
![]() Quedamos a la escucha ![]() ![]() ![]()
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KUMI ![]() Después de una ola siempre viene otra |
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#7
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![]() ![]() ![]() Subo el hilo mientras espero impaciente que el autor termine sus vacaciones (a ver si será profesor...) y así seguir disfrutando de las entregas de la segunda parte de la confesión. Buenas noches y Feliz Año al foro. |
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Tahleb (04-01-2011) | ||
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#8
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Tahleb:
Lo más finamente hilado que he leído en tanto tiempo. Espero... como tantos. ![]()
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~EL HILO DEL BOTIQUÍN ~ |
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Tahleb (04-01-2011) | ||
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#9
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El niño, mi hijo, tampoco fue una ayuda. Para él yo era una especie de ser mítico y una promesa de futuro. Si estudiaba y se esforzaba, algún día llegaría a ser tan respetado y amado como yo. Se arrimó todo lo que pudo a mis padres, que lo querían con locura, como intuyendo que mi camino se había iniciado precisamente entre ellos, y adoptó el idioma francés como si fuese un claro símbolo de unión conmigo. Llegó un momento en que también se dirigía en francés a su madre. Sin que ello fuera un obstáculo real, puesto que ella lo hablaba perfectamente, la lengua se convirtió en un límite claro, como los hitos que señalan la propiedad de los campos; líneas invisibles que marcan la frontera entre lo que es tu casa y lo que es la casa de otro aunque, formalmente, el campo no tenga puertas. La quería, eso sí. Y mucho. Pero estaba claro que también él tenía puestos los ojos del alma en algún lugar lejano que, salido como una emanación de las páginas de Verne, Salgari, Stevenson, London o el propio Conrad –es decir, de mis libros de juventud- lo habían embrujado.
A veces pienso que si mi madre hubiese vivido algunos años más la situación hubiera sido distinta, pero su hora llegó cuando llegó, inapelable como lo es siempre la muerte, y nos dejó a todos sumidos en una especie de estupor dolorido que se llevó toda la alegría de la última de mis apariciones. Supongo que mi tristeza se produjo en un momento estratégico, coincidiendo con el sufrimiento moral y las dudas existenciales de mi esposa, permitiendo que en su corazón se abriese un camino por el que, como una vía de agua en un casco agujereado, se introdujo el pianista con su música apasionada. Inundándola. A esas alturas de la conversación ya me sentía agotado. Tenía demasiadas cosas en qué pensar. Demasiados planteamientos pendientes de replanteo y, sobre todo, comenzaba a sentir una sombra amenazante cerniéndose sobre el concepto que, hasta entonces, había tenido de mi propia vida. Interrumpí con suavidad el discurso de Elisa -¡qué linda, con su carita de niña seria!- y le pedí, le rogué, que continuase al día siguiente con su narración. Mencionar el día siguiente nos condujo a comentar cuáles podían ser nuestros planes, y ahí me di cuenta de que la visita a mi barco era una de las cosas que ella se había planteado como objetivos prioritarios de su viaje. Quería ver, dijo, cómo era mi mundo. Qué aspecto tenía aquello por lo que había dejado perder tantas cosas. Yo repuse que una simple visita, en puerto, a un pequeño velero no iba a darle demasiados elementos de juicio. ¿No piensas llevar el barco a España un día de estos, como me dijo mi hermano? Pues me voy contigo. Y lo dijo dándome un par de palmaditas en el antebrazo. Sin esperar respuesta alguna. Tal y como solía hacer su madre cuando tomaba decisiones inobjetables que, sabía, iban a hacerme feliz. |
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armensis (11-01-2011), CHIQUISUNICA (18-01-2011) | ||
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#10
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attention a la gosse...ça commence a faire chaud, trop chaud quand même, Brigitte cherie...
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..la lontananza sai
é come il vento che fa dimenticare chi non s'ama.. spegne i fuochi piccoli, ma accende quelli grandi Editado por malamar en 05-01-2011 a las 12:32. |
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#11
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Tahleh, eres muy bueno narrando, ¿has editado algun libro? si es así dime cual.
tus narraciones enganchan, y ,se tiene que leer sentado en un buen sillón, con un buen Coñac, ![]() |
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Tahleb (10-01-2011) | ||
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