Indudablemente las innovaciones en materia marítima han llevado a minimizar y facilitar la carga de trabajo en el transporte de personas y mercancías. Uno de los sectores que más se han beneficiado de tales innovaciones está representado por carga y descarga de ciertos tipos de naves. De manera que el tiempo previo a la partida de un buque se ha reducido en varias horas en relación a los procedimientos de antaño. Y en el área de pasajeros podemos tener un excelente ejemplo al respecto. Por supuesto que nada de esto habría sido posible sin la introducción, en la segunda mitad del siglo veinte, de un tipo de buques que de inmediato se hizo un lugar esencial en el transporte de personas y sus pertenencias, incluso, sus vehículos. Nos referimos a los denominados Ro-Ros y que en el mencionado sector naviero pasaron a conocerse como ferrys. Un Ro-Ro es un buque que permite el transporte de carga rodada, en otras palabras, permite el traslado de vehículos de todas las categorías con la ventaja de que estos pueden ingresar y salir de aquellos por sus propios medios. En el pasado esto constituía un procedimiento engorroso puesto que la carga de los coches se hacía mediante grúas, una tarea lenta y costosa. Sin embargo, el adelanto representado por los Ro-Ros tuvo un precio en la seguridad, pues los compartimientos y mamparos de los barcos de antaño fueron eliminados en los Ro-Ros para facilitar el flujo de vehículos en el interior, de manera que nada detiene una entrada de agua ante la ruptura del casco. En consecuencia, un ferry suele sucumbir bajo las aguas en pocos minutos a diferencia de los barcos de antaño que podían permanecer a flote incluso días.
Un claro ejemplo de esto lo representó el Santo Tomas de Aquino, un ferry que hacía diversas rutas en el archipiélago de las Filipinas y que el 16 de agosto de 2013 hizo el último viaje de su hoja de servicios
https://accidentesmaritimosone.blogs...cidente-y.html. La nave había partido de Surigao y se dirigía a Manila, pero cuando ya se encontraba en las adyacencias de su destino fue abordado por otro buque, el Sulpìcio Express 7 que con una proa reforzada impactó uno de sus costados causando una enorme ruptura y la inmediata entrada de agua lo que ocasionó su hundimiento en pocos minutos. Más de un centenar de personas perecieron en el siniestro, uno de los tantos protagonizado por un Ro-Ro.