Relato corto
El capitán se acerco al joven marinero de apenas 12 años, el cual se encontraba refugiado en una de las cuadernas de la bodega de popa que aún seguian enteras, y mirandole a esos ojos enrojecidos por las lagrimas le dijo con voz amistosa que solo los imbeciles no temen a la mar, y que en este barco el no conocía a ningun imbecil. El capitan dio media vuelta y volvio a cubierta a relevar al timonel a la rueda y continuar asi capeando aquel temporal.
EL joven marinero se levanto y sin casi parpadear se unió al resto de la tripulación que se encontraba en esa misma bodega. Ayudo en la medida de lo posible con sus pequeñas manos que el agua que entraba por esa gran vía de agua fuese achicada, pero era sabido por todos que en menos de una hora, si no amainaba el temporal, el barco se hundiria y ellos se perderian en la mar.
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