Bricobarco DIY, limpieza anual sistema de refrigeración.

[Choquero]

Ya sé que es un tema ampliamente tocado y debatido en la taberna, con multitud de propuestas y opiniones contrapuestas (que si vinagre, que si salfumán, que si ácido acético, que si ácido clorhidrico...esto último solo los más puristas), pero os voy a dejar unas fotos y una somera explicación de como lo hago yo aprovechando unas fotos que saqué hace ya algún tiempo.
En primer lugar, quiero llamaros la atención acerca de la necesidad de cambiar los ánodos de sacrificio del motor, tema éste que nos evitará sustos y abultadas facturas, y que tiene un coste ridículo y se hace en un par de minutos.
Precisamente, tras ver en mi motor una gran cantidad de óxido de cobre sobre el tapón que soporta en el intercambiador de calor del circuito de refrigeración el dichoso ánodo, decidí tomar cartas en el asunto. Es curioso, la sustitución de esa pieza entra dentro del mantenimiento rutinario, pero parece que a alguien que cobraba por ello, se le olvidaba sustituirla, pero en su oficina, no olvidaban cobrarla.
Al intentar sacar el tapón, éste se me deshizo en la boca de la llave, por lo que para sacarlo, me lo tuve que llevar a casa, tuve que realizar un par de taladros de tres milímetros, hacer rosca con un macho de roscar y atornillar dos tornillos. Una vez hecho ésto, desenrosqué el tapón metiendo entre las cabezas de los tornillos una llave, solo fue necesario un poco de fuerza para desenroscarlo.
Visto como estaba el tapón cargado de óxido, sentía pánico por lo que me podía encontrar dentro del intercambiador, y fue ésto:

Puede observarse los depósitos de cal que aparecen dentro del intercambiador, rotos al sacar la tapa, también puede apreciarse en la parte derecha del intercambiador una señal de depósitos calcáreos más antiguos.
La tapa por su parte también tenía su ración:

Se puede ver en la imagen, el depósito que se crea alrededor del tapón del ánodo y la ausencia de éste, que se extrajo en casa con el procedimiento descrito más arriba.
Una parte de los depósitos de cal y sal sacados a mano del intercambiador:

Aparte del óxido, venía observando un aporte muy pobre de agua a través del escape, así que después de encontrarme ésto, me puse a la tarea. Decidí que entre el agua fuerte (salfumán, ácido clorhidrico) y el vinagre (ácido acético, que aunque no es exactamente lo mismo, el alto contenido que tiene de él y su bajo precio y facilidad de compra, lo convierte en el sustituto perfecto), me decantaría por el último. Es más barato, más fácil de manipular, no resulta peligrosa su manipulación en un barco a flote, no hay que buscar un punto de disolución y si cae donde no debe, ni estropea ni hace pupita en las manos.

Pues con todo esto planeado y pensado, me embarqué con una garrafa de cinco litros de "La Flor del Condado", un excelente vinagre que hacen en la localidad de La Palma del Condado, célebre por sus vinos y por el brandy Luis Felipe, la caja de herramientas y ganas de pasar un rato entretenido con mi máquina y mi amigo manolo, cuyos piés se ven por algún lado en las fotos.
Lo primero que hice fue pensar en como meter el vinagre en el circuito, y tras ver el tapón de la garrafa, vi la luz.
Esta foto corresponde al final del proceso, pero viene a cuenta ahora para ver el detalle:

La tubería de succión de la bomba tenía el mismo diámetro interior que el cuello de la garrafa, por lo que solo tenía que soltarla del grifo de fondo, colocarla sobre el cuello y apretar la abrazadera. Luego estaba el problema de sujetarla, pero también tenía solución:

El asa de la garrafa amarrada al motor y la tensión que proporcionaba la tubería de succión con su espiral metálica, la mantienen vertical. Luego un corte en la base y a funcionar.

En la siguiente foto se puede ver el tubo final, el que vierte el agua de refrigeración en el codo de escape mirando al cubo que ha de recoger el vinagre en este caso, para poder devolverlo al circuito.

Tras la primera pasada, el vinagre cambió su color rojizo por el verde que veis en la foto, señal inequívoca de que estaba cumpliendo la misión planeada. Pero olvidaba decir que antes de meter el vinagre, calenté el motor a temperatura de servicio. Una vez caliente, fue cuando hice el montaje de la garrafa en pocos minutos. Para introducirlo en el circuito, arranqué el motor para que la misma bomba succionase el vinagre. Cada vez que se vaciaba la garrafa, paraba motor y reponía lo que recogía en el cubo en el que vaciaba el tubo de salida. Esto lo hice (y lo hago), cuatro o cinco veces segidas, es decir, en vez de dejaro reposar, procuro mantenerlo circulando dentro del circuito un rato. Tengo previsto sacar una manguera que me devuelva el vinagre directamente a la garrafa, pero cada año pasa sin que me provea de la manguera para tal fin. Quizás el año que viene...

Tras la limpieza, la comprobación de los efectos:

Desmontado el artilugio, enjuagado con agüita dulce y vuelto a conectar el grifo de fondo, se obtiene un chorro continuo y abundante a ralentí.

Y aprovechando el tener que desmontar la tapa del intercambiador para sacar lo que quedaba del tapón del ánodo, repuse las juntas de goma que obturan la misma tapa y las de las distintas cámaras en que se divide el intercambiador. Tras un limpiado con salfumán muy diluido de la tapa solo faltaba pintarla. Para la pintura usé un spray en venta en la mayoría de las náuticas color "Penta Green", y por supuesto, puse tapón de ánodo y ánodo nuevos:

En primer término se puede ver el nuevo tapón con el ánodo y lo que quedó del viejo.
En fin, una operación sencilla que redundará en la conservación del motor.

Espero que a alguien le pueda servir de algo, y si alguien tiene algo que preguntar, por favor, que sea facilito.