Retomando el hilo. Os copio otra vez la imagen.
Ahora viene lo bueno.
Resulta que la tercera abrazadera empezando por la izquierda (sí, esa tan rara) es un sistema antipánico y de seguridad. Cuando todo falla, el agua sale a toda leche y no sabes qué hacer, rompes el precinto, le das a la llave y la susodicha abrazadera aprieta el tubo de goma sobre el que está instalada y lo comprime contra el eje, con lo que se corta la entrada de agua. Fin (por ahora). Se toma una cervecita y se reconsidera la situación.
Para los más incrédulos, decir que las dos primeras abrazaderas están presionando el manguito contra la bocina, pero la ídem se acaba ahí, y la tercera está sobre el eje pelado, sobre un engrosamiento de la goma que deja muy poco espacio entre ella misma y el eje. ¿Mexplico?
Entonces la vía de agua está solucionada, puedes dedicarte a achicar el agua y tomar otra cervecita, pero... no puedes usar el motor para propulsar el barco, porque el eje está bloqueado, pero como somos traperos no tiene importancia. Nos vamos a vela al puerto más cercano y deshacemos el entuerto. En nuestro caso, ni eso, pues ya estábamos en puerto. ¿Sí?
Naturalmente, todos creeréis que con tal bicoca a mano eso fue lo que hice, ¿a que sí? Pues no. Pensando a la velocidad de la luz, o dicho de otro modo, por inspiración paniquera (a causa del pánico), agarré la copa de la derecha, la que cierra contra el plato y produce el cierre supuestamente seco y tiré de él hacia atrás (es decir, separándolo del plato, con lo que empezó a entrar todavía entrar todavía más agua, pero... MUUUUUCHA MÁS.

Sandra ya había agarrado lo que tenía más a mano, que era la manivela del winch, para ayudarme... mientras musitaba palabras de ánimo... creo...
Luego sigo, que me tiemblan las manos al recordarlo

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