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Antiguo 11-11-2006, 17:11
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navegantesail navegantesail esta desconectado
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Predeterminado Re: Capear o correr el temporal?

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Originalmente publicado por ironia Ver mensaje
Creo haber leido que los que han pasado por esto, dicen que con el tormentín cazado al lado de barlovento, timón todo a sotavento y a la cabina a descansar.
Siempre que tengamos mar por delante, ¿es cierto?

Eso, las velas acuarteladas, pero no recomiendo atar el timón, en una tormenta, el timón en la mano, por las dudas.

Existe un caso muy gracioso, que sucedió algunos años, un reciente y poco conocedor nauta, compró un velerito de 21 pies, que son muy conocidos en la Argentina la clase "limbo", es un velero facetado, mangudo, que es relativamente comodo en cabina comparado con otros de esa eslora.

Hizo este nauta, un curso de timonel, (pero muy por arriba, no le dió mucha importancia), y compro el velero.

Quizo hacer el cruce a Colonia del Sacramento, como es habitual entre los navegantes argentinos de Buenos Aires, y allí partió, con su familia, en un explendido día soleado.

A mitad de camino, como es costumbre en el Rio de la Plata, aparecieron las nubes del sudoeste, y en cuestión de tiempo se convirtió en una galerna.

Estaba cerca de Colonia, pero en un lugar sumamente peligroso, cerca del faro de Farallón (Islas San Gabriel), con terribles piedras especialistas en destrozar incautas embarcaciones.

La cuestión que este buen señor no supo que hacer, y bajo toda la vela, y se encerró en la cabina con su familia (mujer y dos o tres hijos).

La tormenta duró, y duró, y todos encerrados en la cabina, la cuestión que a la mañana siguiente, amaneció el barco a la altura de Quilmes (Provincia de Buenos Aires) , a unas 50 0 60 millas, sobre la playa, acostado sobre la arena.

Lo gracioso, es que ese día festejaba un aniversario defensa civil de la Pcia de Bs.As, y sacaron el barco de la playa, lo pusieron en un trailer, y desfilaron por la ciudad de Quilmes, bajo la consigna que la defensa civil, tambien se ocupa de embarcaciones en peligro, fué muy aclamado.

Se salvaron de milagro, porque si golpeaban con las terribles piedras de Farallón, no se salvaba nadie, y fue una tormenta en especial violenta.

Cuando por fin llegó por tierra el Limbo al club, el novel nauta lo vendió y nunca más volvió a pisar la cubierta de un barco.
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No hay caminos, solo estelas en la mar

Editado por navegantesail en 11-11-2006 a las 17:23.
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seadog (14-06-2011)