Relatos de travesías, Por la costa de Bretaña

[kaia]

Este segundo relato lo voy a colgar en 3 partes, ya que es un poco largo aunque lo amenizaré con algunas fotos, que disfruteis.


Desde que me hice con el Agón, un Voyage 11,20 de Janeau, me rondaba por la cabeza de hacer un periplo por tierras bretonas. No es una costa demasiado conocida para los navegantes españoles, a pesar de que no se encuentra muy lejos, pero las latitudes norteñas, con su fama de mal tiempo y la complicada orografía marítima, siempre ha echado un poco para atrás a la hora de crucerear por allí arriba.
Dispongo del mes de Junio de vacaciones, mala época para el resto de mis tripulantes, propongo la idea y de momento no se apunta nadie. Yo sigo con mi idea y estoy decidido a hacerlo en solitario.
Pocos días antes de la salida Oscar ha conseguido una semana, también Aitor dispone de dos semanas, para sumarse cuando desembarque Oscar, Amaya puede a partir de la segunda quincena, Joaquín, Enrique y Roberto la última semana.
Bien perfecto, no me veré solo en ningún momento.

Día 2 – 06 – 02
Salimos Oscar y Yo del Abra bilbaíno, rumbo a la Rochelle al NNE, día nuboso con brumas, viento N de F 2, son las 8h 45’ cuando soltamos amarras después de hacer gasoil en Guetxo-Kaia (se ha acabado en el Marítimo).
Navegamos a motor y mayor con marejadilla, a 4 millas de la Galea nos acompañan los primeros delfines en la misma proa, que hacen las delicias de Oscar.
Conectamos el radar, ante la escasa visibilidad de una milla, en el banco de niebla que estamos cruzando y a las 14h tenemos el eco de un mercante a rumbo encontrado, que viene de Rochefort, por la conversación que ha mantenido con Bilbao Radio, nos apartamos unos grados, le vemos pasar a media milla y seguido vuelta al mismo rumbo.
Poco después, una ballena nos cruza de babor a estribor la proa, desapareciendo rápidamente en las profundidades, pero continúa la manifestación de vida por estas aguas, porque divisamos constantes manadas de delfines mulares, que no se interesan demasiado por deleitarnos con sus juegos.
A 50 millas de la costa, ante nuestra extrañeza, nos visita un jilguero, hace varios intentos de posarse en el barco, pero finalmente desiste y opta por hacer rumbo SE.
A las 18h se produce un role del viento al NNW aumentando a F3, paramos el motor y hacemos una buena marcha a vela, por encima de 6’
A las 20h, justo después de haber cenado, aumenta el viento a F5, tomamos el primer rizo a la mayor y enrollamos unas vueltas el génova.
A las 22h nuevo role ahora a N y nuevo aumento a F6, para no caer de rumbo, optamos por recoger génova y navegar a motor, con la mar establecida en marejada tomada por la amura de babor y que el piloto automático sortea con soltura.
La primera guardia de 23h a 01h, la realiza Oscar, este es su bautismo en navegación nocturna, en absoluto es desagradable.
A la 1h tomo el relevo, justo cuando el viento ha vuelto al NNW y amainado a F4, lo que las próximas horas se hacen bajo el susurro del viento y el murmullo del agua bajo el casco.
A las 6h Oscar hace la tercera guardia (le he dejado dormir un poco más de la cuenta) con la mañana ya amanecida, el viento se ha esfumado y es necesaria la mecánica para seguir avanzando sin bajar de los 6’ en la corredera.

A las 12h del día 3, divisamos la lejana costa de la isla de Oleron y a las 13h 45’ doblamos el cabo de Chassiron que salvaguarda la entrada Sur a la bahía de La Rochelle.
A las 15h 15’ y tras poco más de 30h de navegación amarramos en la inmensa marina de Les Minimes.

El día 4 de Junio, dedicamos el día al Agon, bricolaje, mantenimiento del motor, limpieza y compras. Por la tarde paseo por La Rochelle, terraza a la orilla del puerto y gran satisfacción por haber comenzado disfrutando de una singladura excelente.


Entrada en el viejo puerto de La Rochelle

Día 5 – 06 – 02
Hoy nos proponemos hacer una excursión de visita a Fort Boyard. Bastión militar del siglo XXVII construido para proteger la entrada a Rochefort, situado a 9 millas al Sur de La Rochelle y erigido sobre un bajo rocoso que solo aflora en mareas muy bajas.
Iniciamos la navegación con una brisa del NW de F2, con lo que nos disponemos a intentar conseguir la cena con el curri, pero todo el gozo se queda, como se dice, en el pozo, ya que pocas millas después de la salida comienza arreciar Eolo y rolando un poco mas a N.
20’ primero, enrollamos génova, 23 nudos, tomamos primer rizo a la mayor, llegamos como una exhalación al fuerte, en medio de una buena tromba de agua que no nos permite, ni tan siquiera, tomar unas fotos. Media vuelta, tomamos el segundo rizo y a ceñir con F7 y puntas de 35’, hora y media después amarramos en el pantalán, de nuevo en Les Minimes
¡Bonito día de excursión que hemos elegido!
Por la tarde, se acabo todo, sol espléndido y paseo por la ciudad, después de la cena, preparación de la nueva singladura a Les Sables D’Olonne.

Día 6 – 06 – 02
A primera hora cargamos de gasoil y arreglamos los asuntos pecuniarios con el puerto, donde aún rige la costumbre de que por dos días de estancia ofrecen uno más gratis, el cual hemos aprovechado religiosamente.
La mañana nos regala un día precioso de sol y brisa, aunque sería mucho pedir que fuese favorable, no es así.
Salimos de La Rochelle poco antes de las 9h, pasamos bajo el puente de La Pellice y bordeamos la isla de Re por su lado Este a motor y mayor. El viento se establece en 12 nudos del NW, justo donde nos dirigimos.
Hacemos un intento de navegar a vela dando bordadas, pero desistimos muy pronto ya que la corriente en contra de 1 nudo nos retrasaría bastante, imposibilitándonos llegar con la marea a Les Sables.
Es una navegación de 30millas, a motor y un tanto anodina, mínimamente amenizada por los barcos que cruzamos, arribamos a Les Sables D’Olonne a las 15h. Después de amarrar donde nos han indicado en capitanía, dedicamos la tarde a recorrer pantalanes, babeando con lo que se ve por allí, mas tarde, las tiendas del mismo puerto, son el paraíso del navegante.


El canal de entrada en Les Sables D'Olonne por el que parten los regatistas de la Vandee Globe

Día 7 – 06 – 02
Repuesta la despensa en un hiper cercano al puerto de Les Sables, soltamos amarras a las 11h, en una mañana espléndida de sol y viento. Enfilamos el canal de salida, miro a derecha e izquierda y mi memoria trae un recuerdo para esos y esas navegantes fuera de serie, cuando acometen su periplo en solitario, alrededor de la Tierra, en la regata Vandee Globe, justo aquí, donde ahora el Agon se dispone a iniciar su próxima singladura de solo 15 millas.
Fuera del canal el viento está establecido del SW de F4 y la mar en marejada, ceñimos hacia el SW, hasta dejar los bajos de La Grand Bargue por estribor, abrimos el rumbo, una vez librados estos, recibiendo el viento por la aleta, en dirección a nuestro próximo objetivo San Guilles Croix de Vie a 14 millas.
En dos horas de rápida travesía, nos disponemos a recalar, con la tormenta que se acerca pisándonos la popa, recogemos génova, arriamos mayor sin tan siquiera aproarnos y enfilamos el canal de entrada, sin apenas perder tiempo en un buen orden de la maniobra, casi a la buena de Dios.
Con las primeras gotas de lluvia, el viento refrescando a F6 y la estrechez de la marina Port de Vie, en la misma ría, hacen necesaria la máxima atención para el amarre en el pantalán de tránsito, situado justo al fondo de la misma, justo en el peor sitio, para el que arriba sin conocer el puerto (estos gabachossss), enseguida me doy cuenta que no tenemos escapatoria, hay que aprovechar el único hueco entre dos barcos, virada y derrapaje ajustando y acostándolo el Agón al pantalán proa al viento. Cuando tenemos el barco amarrado me doy verdadera cuenta de que ha sido una temeridad esa maniobra, por la fuerza del viento y el poco espacio, aunque en descargo he de decir, que la maniobrabilidad del Agón a motor es todo un seguro.
Minutos después, una fuerte aguacero tamborilea el casco, mientras nosotros, satisfechos a cubierto, damos buena cuenta del menú que hemos preparado para comer.
Por la tarde, pasado el chubasco, provechoso paseo por el pueblo y sus alrededores, haciéndonos una ligera idea del excelente enclave vacacional que es San Guilles Croix de Vie.


El Agón en el muelle de transeuntes después del chubasco



Día 8 – 06 – 02
La mañana sigue ventosa y las nubes cubren el cielo, nuevo paseo hasta el espigón de entrada para comprobar el estado de la mar, sorprendiéndonos la poca barra de la entrada, a pesar de la bajamar, cuando creíamos que el puerto iba a encontrarse cerrado.
Unas compras, en las que no pueden faltar las típicas ostras del lugar y a esperar que lleguen los amigos de Oscar, David y Sergio, que traen a Aitor para relevar a este, como tripulante del Agon.
Los recibimos con un aperitivo de ostras y una típica paella del Agon.
Por la tarde organizamos una excursión en coche a la isla de Noirmoutier, distante de Saint Guilles unos 45 kms. Pueblecito marinero a orillas de un canal navegable, en el que los barcos de madera, varados con la bajamar, orgullosamente adrizados, con sus muletas en los costados para que no se tumben, dan al lugar un bucólico aspecto de haberse detenido el tiempo por estos lugares.
La vuelta, intentamos hacerla por el paso de Gois, pero la marea aún no permite atravesar esta singular carretera, solo practicable durante un par de horas durante las dos bajamares diarias y que antaño era el único punto de unión por tierra, construida durante la segunda guerra mundial, por prisioneros de los nazis.


Aunque parezca mentira la carretera está ahí bajo el agua

Continuara........

[Inquieto]

Unos por el relato. Increíble la foto de la entrada a La Rochelle.
Espero ansioso las próximas entregas.

[windi]

Gracias por compartir tu travesía

Estaré atento a nuevas entregas

[Ocell]

JO!!!! como me gustaría volver a navegar por esas costas, espero ansioso tu siguiente relato, me trae gratos recuerdos.


Espero que te hayas adentrado en el Golfo del Morbillan, que hayas visitado las islas de la bahía de Quibron; Houat, Hoedic, Belle Ille

Venga no tardes!!!!!

[maka]

enhorabuena por la travesia
y su perfecto relato

[Fextivo]

la entrada a La Rochelle, bestial, con la boquita abierta me quedao

[Xarpa]

Fantástico relato. No tardes en seguir.



Un saludo

Xarpa

[mistral]

Qué pasa es para hoy no? esperamos impacientes la continuación.

Un para animarte a continuar.

[kaia]

Joeeer que impacientes que estoy a varios frentes y ando muuuu ocupao, con la CA, bueno sigo con la segunda parte
Salud

Día 9 – 06 – 02
En la gran playa de Saint Guilles, durante las bajamares los aficionados a navegar sobre ruedas a vela, disponen del lugar idóneo para desarrollar su afición. Como es un deporte no muy ajeno al nuestro, allí nos hemos encaminado con el ánimo de alquilar esos artilugios. Desgraciadamente no ha sido posible, no sabemos si por los 20 nudos de viento en la playa, o por que la temporada para alquilar a turistas no ha comenzado.
Oscar y sus amigos preparan el regreso a Bilbao, Aitor y Yo no deseamos permanecer más tiempo en puerto, así que también disponemos el barco para soltar amarras, a pesar de que el día está bastante desapacible.
Esperamos a las 12,30h para dar tiempo a que la marea haya subido 1,30 m y no andar raspadillos por el canal de salida. El viento sopla a 20 nudos y aparejamos la mayor con dos rizos para evitarnos sorpresas de última hora en la salida del espigón.
Afortunadamente en la barra no hay un oleaje suficiente para formar rompiente, aunque las olas son bastante encrespadas como para cabecear considerablemente al tomarlas perpendicularmente.
Libres del malecón abrimos rumbo y desenrollamos el génova dos tercios. Con el viento establecido del WSW, hacemos un bordo amurados a estribor para luego virar y librar la boya cardinal sur, que delimita unos bajos en la entrada al puerto y ya ponernos al NW, rumbo que nos lleva a la isla de Yeu nuestro próximo objetivo.
Navegamos rápido, por encima de 7 nudos, a un descuartelar, el viento poco a poco va refrescando, primero a 25 nudos, pasa a 28 y alcanza los 33, manteniéndose en esos valores, la ola también ha subido pero al tomarla por la amura no incomoda demasiado.
Con un viento aparente muchas veces por encima de 35 nudos y el aparejo que llevamos, el Agon no navega cómodo, desisto de montar la trinqueta para las 15 millas que nos quedan al puerto de Joinville, en Yeu, por lo tanto hago una serie de pruebas con el génova, dejándolo con el pujamen en 1,50m, de esa forma y con la mayor bien plana sin llegar a tomar el tercer rizo, el andar del Agon se hace mas cómodo y estable, tampoco la lluvia nos da tregua por lo que la visibilidad es más bien escasa, tomo posiciones cada 30 minutos y en 2 horas y 15 minutos arriamos velas en la bocana del puerto, ahora ya a sotavento de la isla sin la incómoda corta ola que hemos padecido toda la travesía.
La protegida marina, en un lateral del puerto comercial, se halla con espacios suficientes para amarrar donde nos apetezca.
Ha sido una navegación corta pero intensa, de las que dejan buen sabor de boca cuando se recuerdan.
La tarde, con un sol nuevamente brillante, invita a unos paseos por el coqueto y principal pueblo de la isla, Port Joinville.

Día 10 – 06 – 02
Hoy como ha mejorado el tiempo, dedicamos el día a visitar la isla, para ello alquilamos unas motos, con las que recorremos los intrincados caminos rurales y que llevan a parajes encantadores, St Saveur, playa y Port des Vielles, punta des Corbeaux, Port de la Meule, El Viejo Chateau, cuyo encuentro nos ha sorprendido, semejante bastión junto a la costa, quedando en isla cuando sube la marea. Luego seguimos hasta Playa des Sabias y La Ciudadela, fortificación militar donde pasó sus últimos años, encarcelado el mariscal Petain.

Por la tarde, comida y paseo por Joinville con visita al pequeño museo de la historia de la Isla de Yeu, un pequeño y rancio homenaje a la memoria del odiado mariscal Petain.

Día 11 – 06 – 02
Salimos de Port Joinville en una mañana gris, como las precedentes, aunque sin lluvia, el viento del WSW de F4 perfecto para nuestro rumbo, la mar un poco revuelta en principio por la influencia de la isla, se muestra más franca en mar abierto con ola de fondo de 2 a 3 metros del W, en nuestra trayectoria hacia el norte hemos de evitar un par de zonas de bajos fondos, bien señalizados en la carta y en la realidad con sendas boyas cardinales.
En principio teníamos intención de recalar en Pornichet, pero como el rumbo nos obliga a una popa cerrada optamos por dirigirnos a La Turballe.
Para ello hay que dejar la cardinal del bajo de la Banche por estribor y enfilar el paso entre el plateau de Four y Punta Croisic, donde hay que tener en cuenta una cardinal W de la restinga de Croisic.
El viento ahora encañonado a F 5 por el estrecho, nos lleva en volandas hasta la Turballe, donde amarramos sin ningún contratiempo en el bonito náutico al lado del puerto pesquero, famoso por ser el más importante de Francia en cuanto a la pesca de la sardina.

Día 12 – 06 – 02
Día calcado al anterior pero con sirimiri, como la idea es visitar las islas que delimitan la enorme bahía de Quiberón y están plagadas de bajos y arrecifes, decidimos la salida con la bajamar para llegar a media marea y subiendo, de paso como son pocas millas iremos despacio, intentando pescarnos la cena.
Aparejamos únicamente el génova y a un descuartelar navegamos a 4 nudos con el cebo bien dispuesto aunque solamente ha habido una picada que no ha cuajado en el pase a la sartén.
A la vista de un par de millas de la pequeña isla de Hoëdic recogemos el aparejo y visitamos el pequeño puerto-abrigo en el que se apelotonan una docena de barcos amarrados a dos grandes boyas, echamos un vistazo y salimos para la siguiente isla, la de Houat (de los conejos, en bretón) distante 4 millas, bordeamos un sinfín de bajos, señalizados con marcas cardinales y recalamos en la gran playa del Sudeste, espectacular, además se han abierto las nubes y el entorno ha quedado de ensueño para los 5 barcos que estamos fondeados.
Botamos la Zodiac y hacemos una visita al pequeño pueblo isleño, encantador como la isla misma, da gusto caminar por calles sin ruidos ni coches, bajamos al puertecillo en la parte opuesta en la que solo hay 4 veleros.
Vuelta al Agon y a disfrutar del fondeo.

Día 13 – 06 –02
Esta noche ha sido movida, he tenido que levantarme a las 3 de la mañana para largar un poco mas de cadena en el fondeo, por que inesperadamente se ha levantado un ventarrón de 30 nudos que ha durado como dos horas.
Por la mañana temprano levantamos el ancla y nos vamos al puertecillo, distante menos de dos millas bordeando la isla por su lado E, nos amarramos un par de boyas por proa y popa, pasando allí la mañana, ni hemos bajado de nuevo a tierra, a la espera de la marea, para entrar en el Golfo de Morbian .
Después de comer soltamos amarras y con una brisa de 6 a 8 nudos de través izamos spi para recorrer las 9 millas que nos separan del puerto de Crouesty, justo a la entrada del gran golfo, donde vamos a hacer escala para conocerlo y esperar a entrar en Morbian dos horas antes de la pleamar que sería a las 6 de la tarde.

Crouesty es uno de los puertos más grandes que hemos visitado, también con el tráfico de veleros más intenso de lo que llevamos visto.
Hora y media después acometemos la entrada al golfo por el centro del canal que no tiene más allá de 100 metros, única salida del vasto paraje lacustre. Verdaderamente se aprecia una corriente considerable, como si fuera un río caudaloso, a pesar de que las mareas actuales son de un coeficiente medio.
Hemos visto en alguna publicación que en ese punto, durante mareas vivas la corriente suele alcanzar velocidades de hasta 10 nudos. Admiramos la singular belleza de este paraje lacustre, plagado de arboladas islas y bucólicos recovecos.
Nos dirigimos al interior del golfo por la parte sur y fondeamos unas tres millas en el intrior, amarrados a boya en un lugar resguardado de la correntada, extasiados por este singular ecosistema, verdaderamente jamás había visto un paraje tan singular y pensar que algo tan precioso, lo tenemos a menos de dos días de navegación desde Bilbao a rumbo directo y no se de nadie que se haya aventurado por aquí.


Día 15 – 06 – 02
A pesar de que la pleamar en la entrada de Morbian es a las 8 de la mañana, esperamos a las 9 para salir, aunque la corriente ha sido ascendente hasta casi las 10,30.
Hacemos de salida, una rápida visita al fondeadero de Port Navalo y ponemos rumbo al otro lado de la bahía de Quiberón, a Port Haliguen distante 8 millas hacia el sur, el viento del ENE de 8 nudos nos anima a izar spi.
Un par de millas antes de alcanzar el puerto ha caído el viento, recogemos velas y a motor recorremos el último tramo.
La sorpresa es mayúscula cuando descubrimos amarrados en el pantalán de visitantes barcos míticos como el Joshua de Moitessier y tres veleros de la saga Pen-Duick del desaparecido Tabarly, luego nos hemos enterado que mañana y pasado hay una regata de clásicos a la que no vamos a faltar.



En Haliguen comemos, damos una vuelta y salimos con un buen viento de F4, ahora del NW, hacia La Trinité Sur Mer, como dicen por aquí, la Meca de los navegantes a vela.
No es para menos, no menos de media docena de grandes trimaranes oceánicos, dos Word 60, uno de ellos el Sodebo de la última Vendee Globe y un sin fin de otros barcos de menos nombre, se agolpan en la marina de La Trinité, la mas saturada de las que hemos visitado.
Otra vez arrecia el viento a la hora de la recalada, y de nuevo he tenido que hacer una maniobra complicada de atraque, que ha levantado algunos aplausos de gente que se hallaba en el espigón, viendo si hacía algún estropicio.
La policía nos ha visitado para comprobar los papeles del barco, nos han dado un recibo para evitar nuevos controles en el año, se ve que los gabachos están muy pendientes de quien se mueve por estas aguas, también nos han dicho que no es frecuente ver barcos españoles por aquí, nos lo temíamos.

Continuará... en 3ª parte

[De la Rocha]

Flipante, sin mas, muchas gracias por compartirlo

[Ocell]

El Golfo de Morbillan es el mejor sitio en el que he navegado, es impresionante !!!!! y menuda corriente se gasta la entrada/salida, no pensé que llegara a lso 10 nudos !!!!! Ufffff, cualquiere se mete ahí.

Seguimos esperando tu 3er relato!!!!!

Fantástico !!

Si puedo pondré algunas foticos de la zona, además de leerte creo que nos gustarían más fotos :-)

Saludos

[harfan]

Estupendo, me quedo sin habla

Muchas gracias por compartirlo, excelentes fotos ademas

[Alex]

Gracias por el relato y las fotos

[Juanma]

Bonito relato!

Desde que fui a la Rochelle y a la isla de Ré (en coche) tengo muchas ganas de navegar por esa zona.

Salud

[Xarpa]

Bueno, bueno..
Esperamos al tercero.

Xarpa

[urtzi]

Joer Capi, esto no se hace, esperar a que me vaya a navegar por ahi, para contar tus andanzas

Precioso relato, bonitas fotos y mejor navegada

Espero que me lo cuentes pronto en directo, un abrazo.

salud y

[kaia]

Día 16 – 06 – 02
El tiempo pasa y el nuestro es efímero, después de cuatro días en la bahía de Quiberón, abandonamos este lugar de incomparable encanto, no sin la firme promesa de que volveremos pronto a surcar las aguas del paraíso de los navegantes, en el mismísimo Mar Cantábrico.
Salimos de La Trinité sur Mer a primera hora de la tarde, sin importarnos demasiado la marea, Hacemos rumbo SSW, hacia el extremo sur de la península de Quiberón. El viento de F3 del mismo morro, avanzamos a motor y por la proa vemos la regata de veleros clásicos.
A lo lejos enseguida reconocemos el casco rojo, aparejado en queche, del mítico Joshua, compañero inseparable del desaparecido navegante Bernard Moitessier, al que todos los aficionados a la aventura náutica hemos seguido a través de sus libros.
Continuamos rumbo a dejar por estribor los arrecifes de La Teignouse y enfilar el paso del mismo nombre, entre innumerables bajos. Acometer este pasillo con mala mar, sería jugar a la ruleta rusa.
Pero hoy la mar es bella, el sol se deja ver y el ambiente náutico es fenomenal, no menos de ciento veinte veleros hemos contado en un radio de unas 5 millas, inaudito en nuestras latitudes.
En poco mas de 3 horas y media nos disponemos a entrar en el puerto de Le Palais en la Belle Ile (Isla Bonita), como es sábado ya tenemos algunos problemas de amarre, pero nos hacemos un hueco entre dos barcos, amarrando por proa a una boya y por popa al muelle.


Vamos de sorpresa en sorpresa, Le Palais es lo que su mismo nombre indica, un palacio, verdaderamente asombrados estamos, es como haber entrado en un puerto del siglo XVIII, desembarcamos en la Zodiac y la visita a Le Palais es de las que no se olvidan, calles y edificios al más puro estilo bretón antiguo, casas perfectamente conservados, presidido todo, por la imponente fortaleza de amenazantes casamatas, donde otrora los cañones hacían guardia defensiva del abrigado puerto, es como haber penetrado en un decorado de alguna película de piratas.

Día 17 – 06 – 02
Otra mañana que amanece generosa, aunque poco después las nubes hacen su aparición, sin embargo a lo largo del día el Sol se ha impuesto y hemos disfrutado de él con alegría.
Estoy muy contento por que Aitor y yo nos entendemos perfectamente, hemos conectado de maravilla. Cuando le invité al crucero, tenía mis dudas ya que le conocía muy poco siendo el más reservado de la novel tripulación, que recientemente había formado
Salimos de Le Palais a las 10 h, con viento de SSW de F3, en primer lugar seguimos la costa de Belle Ile y recalamos en Sauzon, para echar un vistazo al puertecillo, enseguida continuamos rumbo NNW, hacia la isla de Groix.
Navegamos con spi poco tiempo, por que la brisa afloja y la marejada hace que de muchos bandazos, continuamos con génova atangonado a orejas de burro y más tarde a motor, cuando Eolo se ha cansado.
Hoy estamos de enhorabuena, hemos estrenado la caña, pues por fin hemos pillado una mísera aguja despistada y que rápidamente ha pasado a la cocina.
Llegados a isla de Groix, fondeamos para preparar la comida, en una playa que nos ha parecido interesante, para a continuación entrar en Port Tudy, su única población, amarrando por libre a boyas por proa y popa.
Este pequeño pueblecito turístico a 5 millas de Lorient es tambien, sencillamente encantador, cuando el último ferry se ha llevado a los turistas de visita diaria. Después del obligado paseito y cerveza en terraza portuaria, pasamos una buena parte de la tarde en el Agon, disfrutando cada uno su particular buen momento.

Día 18 – 06 – 02
Hay un dicho marinero, “cuando algo puede romperse, en la mar se rompe” y eso es lo que ha ocurrido con la purga del pre-filtro del gasoil en el motor. Dos horas nos ha llevado desmontar el sistema y fabricar una nueva purga, eso si, por ahí no volverá a fallar.
Salimos de la isla de Groix sin apenas conocerla, ni tan siquiera, como más tarde nos hemos enterado, la famosa taberna en la que todos los navegantes recalan a tomar una cerveza, algo así como el local de Peter en Las Azores .
La falta de viento es total, pero el tiempo excelente, hacemos la travesía de 5 millas sin molestarnos en izar la mayor. La entrada en Lorient con mucho tráfico de veleros y ferrys, por el bien señalizado canal, llegamos al náutico de Kernevel para visitarlo y echamos un vistazo a la base del desafío Copa America, que el sindicato francés Areva, tiene en las cercanías, junto a los todavía en muy buen estado bunkers donde los alemanes tenían su más importante base de submarinos del Atlantico.


Retrocedemos hacia la salida de la bahía, entrando en el pequeño náutico de Port Luis donde vamos a recoger nuestra nueva tripulante, Amaya.
En el pantalán hemos conocido a una pareja de navegantes franceses, Pierre y Helena, que con su barco, el Caracolito, de 27 pies, tienen intención de ir a La Coruña. Mañana hemos quedado con ellos en Las Glenans.
Por la tarde hacemos una visita a la ciudadela, importante bastión defensivo de la bahía de Lorient, ahora reconvertido en un interesante museo.
A última hora de la tarde llega Amaya, cena, paseo y a dormir que mañana tenemos un destino interesante, Las Glenans.

Día 19 – 06 – 02
A primera hora, aprovechando el coche de Amaya, hacemos una buena compra de suministros en un hipermercado.
Salimos de Port Luis, con sol radiante y un viento de F4 del W, lástima que sea en la dirección a la que vamos. Navegamos a vela haciendo bordos,

disfrutando de la ceñida las dos primeras horas, pero el tiempo apremia y la marea para poder ingresar al fondeadero de Glenans no perdona, así que recogemos génova y hacemos rumbo directo a motor, un poco incomodo por la marejada, corta, que el viento origina al subir a F5.
Arribamos al archipielago por el Este, bordeamos la isla Penfret por la parte norte, ajusto las enfilaciones, bien indicadas en el derrotero, para llegar al fondeadero de La Chambre en la isla de San Nicolás. Con la marea a media altura, entro despacio, con sondas de metro y medio bajo la quilla, para recorrer la milla donde se encuentran las boyas de amarre, no podíamos habernos retrasado mucho más, el fondo tan cercano y limpio, acojona un poco, pero según el derrotero no hay obstáculos.

Una vez bien sujetos a la boya, es la hora de contemplar la belleza del entorno, un sin fin de pequeños islotes de rocas y arena blanquísima, que apenas levantan en par de metros por encima de la superficie calmada de las aguas.

Desembarcamos y nos acercamos al pequeño núcleo urbano, en torno al embarcadero, donde en los meses de verano, hacen sus prácticas los alumnos de la famosa escuela de Glenans.
A última hora el Caracolito ha fondeado a nuestro lado, con una sobremesa los cinco a bordo del Agon, hacemos planes para el día siguiente realizar una excursión conjunta, entre los islotes. Con una copita de pacharán damos por terminada la jornada.

Día 20 – 06 – 02
Nuevo día sin nubes, el espectáculo sublime, con los primeros rayos solares realzando los matices azulados de estas someras aguas, tranquilas como las de un estanque.
Con la neumática recorro solo los alrededores de la isla Cigogne, con su pétrea fortaleza en el centro, antigua prisión, para inspeccionar un par de bajos a flor de agua y situarlos con precisión cuando más tarde atravesemos el paso.
A las 11h cuando faltan poco menos de 2 horas para la pleamar, salimos, el Caracolito abriendo camino, yo atento a la sonda y al derrotero en el que se reflejan con precisión los roquedales que vamos dejando por babor y estribor.
Recalamos un momento en una pequeña cala al W de la isla de Loc´h, la más grande del archipiélago, fascinante, aunque solo con cabida para dos barcos, continuamos por el S hasta la isla Penfret donde fondeamos definitivamente, un baño en las cristalinas aguas, a pesar de los 17º, es de obligado cumplimiento, para después degustar una paella en tan paradisiaco entorno.
La despedida de Pierre y Helena es bastante emotiva, seguiremos en contacto con estos buenos amigos, para contarnos nuestras respectivas aventuras náuticas.

Levamos el ancla, abrimos velas y con un viento de 14 nudos, hacemos un través hacia Concarneau, de los que no se olvidan, a lo lejos vemos pasar como una exalación, un trimarán con la Publicidad de Bonduelle .
Entramos por el canal, como siempre bien balizado y amarramos en el náutico al pie de la Vieja Cité amurallada, formalizamos la entrada como siempre, rápidamente y a precios módicos, también aquí se aprecia un gran ambiente de vela.

Más tarde un paseo por sus cuidadas calles, lo rematamos con cena y animada conversación en uno de sus muchos restaurantes.
Amaya se ha quemado un poco la cara, por haber estado bastante tiempo expuesta al sol sin protección


Día 21 – 06 – 02
Día generosamente soleado de nuevo, ¿quien decía del mal tiempo en la Bretaña?, unas compras y salimos de Concarneau a midi, como dicen los franceses, navegamos con el viento en el morro las tres millas hasta virar los bajos de Mousterin y enfilar hacia Benodet a todo trapo.
Entramos en la bonita ría del Odet, por el canal bien balizado y flanqueado por infinidad de barcos fondeados a babor y estribor, amarramos en el pantalán de visitantes en la marina mas al fondo, junto al gran puente que cruza la ría, casualmente próximos a otro famoso de la saga Pen-Duick, el segundo.
Solo hemos parado una hora para comer y deleitarnos con otro bonito rincón de la costa Bretona.
A la salida, con las prisas de aprovechar un corto espacio para izar la mayor y salir a vela, hemos cometido el error de meter la driza en el palo, por consiguiente, elegir una boya libre, amarrarnos a ella, subir a lo mas alto del mástil y devolver la driza al lugar del que no debiera haberla sacado. Total 15 minutos de retraso en la salida.
Ya en mar abierto, navegamos a un descuartelar, mano a mano con un bonito Swuan 40, durante unas millas. Nosotros vamos en ruta al puerto de Guilvinec, la navegación de aproximación no plantea problemas, pero las últimas tres millas, viniendo de Benodet, no tienen señalización varias de las rocas a flor de agua y es necesario extremar las precauciones con posiciones de GPS constantemente.
El puerto es exclusivamente pesquero, al fondo unos pocos barcos pequeños amarrados a boyas, nos disponemos abarloar al más grande que vemos, cuando un pescador, nos indica que amarremos a un pantalán que ellos tienen para sus faenas, cosa que agradecemos sinceramente.

Día 22 – 06 – 02
Salimos de Guilvinec temprano, tenemos 25 millas hasta el paso de Raz, pretendemos cruzarlo con un mínimo de dos horas antes de la pleamar, la corriente en la zona es considerable y deseamos aprovecharla, el viento de SW de F4 nos es favorable, descuartelar hasta Punta Penmarc´h, donde se alza imponente uno de los faros míticos de Bretaña, El Eckmühl.
Desde el cabo el viento por la aleta, izamos spi, volamos hacia el paso, dos horas mas tarde sube a F5 y arriamos el spi, no es cuestión de forzarlo, aún así seguimos muy rápidos, el Agón viento en popa es una máquina.
En poco menos de 4 horas estamos en el paso Raz, donde se encuentra otro de los faros míticos, el de La Vieille y junto a el La Platte un pequeño torreón baliza señalando un arrecife en medio del paso.

El viento, la corriente de más de dos nudos y el rebote de la marejada en la cercana costa, hace del estrecho, un hervidero de olas cruzadas y eso que unas millas atrás estábamos navegando con marejadilla, seguimos sin variar el rumbo para trasluchar dos millas más adelante y de paso contemplar de cerca el tercero de los importantes en la zona, el faro de Tevennec.
Hemos sobrepasado el paralelo 48º, más de 5º desde Bilbao.
El viento sigue subiendo hasta 25 nudos, pero ya dentro de la bahía de Douarnenez la navegación es muy agradable, siempre con el viento por la aleta, aunque ahora por estribor.
Recalamos en el puerto de Morgaz en la parte más norte de este profundo y protegido golfo, la entrada sin ningún problema y el náutico pequeño pero bien acondicionado.
Recapitulando las 6 horas y media que nos han llevado las 42 millas navegadas hoy, puedo asegurar haber vivido, por el entorno geográfico, el viento y la bondad de la mar, una de las singladuras más apasionantes que recuerdo, los tres estamos felices.

Día 23 – 06 – 02
Hoy es el día para la llegada de la nueva tripulación, con ellos hemos quedado en el puerto de Douarnenez, del que solo distan 10 millas, desde donde nos encontramos. La travesía es una línea recta, así que la vamos a aprovechar para intentar pescar algo.
Con una brisa de 10 nudos del W, aparejamos el Agon con solo el génova y parcialmente enrollado, para no pasar de los tres nudos hacemos rumbo SE.
Ante la expectación de las primeras millas, por un suculento pescado, damos paso, poco después, a la decepción y más tarde, animamos la aburrida travesía, rememorando viejas canciones que entonamos a trío.

Douarnenez tiene fama por la organización de Pavois de barcos clásicos, de los que por estas aguas abundan y por su museo de viejos barcos.
Pasadas las 22h llegan Joaquín, Roberto y Enrique, mientras cenamos a bordo, nos faltan palabras para explicarles resumidamente, las experiencias vividas estos días.

Continurá... mañana el final del crucero, pero no en Bretaña

[kaia]

Originalmente publicado por urtzi

Joer Capi, esto no se hace, esperar a que me vaya a navegar por ahi, para contar tus andanzas

Precioso relato, bonitas fotos y mejor navegada

Espero que me lo cuentes pronto en directo, un abrazo.

salud y

Perdone Usía, pero mi intención es que pase a la sección de relatos y travesías, para que se anime el personal a salir un poco más allá de lo acostumbrado, que no es tan dificil, algo asi como el magnífico crucero que te has marcao por Canarias,
Chapeau, Capitan, llegará vos lejos, en el más amplio sentido de la palabra

[Inquieto]

Es un crucero apasionante, que en tu relato parece sencillo, pero que sin duda requiere grandes dotes marineras. Hacer sencillo lo difícil es el arte de los capaces.
Es apasionante seguir el derrotero en Google Earth.

[Ocell]

uuuuuufffffffffff

[ROyOR]

Tu si que sabes. Estoy disfrutando de tu viaje en barco. Para mi esto queda muy lejos, pero por lo menos lo leo.
Espero la siguiente entrega.

[LuscoFusco]

Muchas Gracias por el relato.

[Xarpa]

nos impacientamos...
(perdona por el abuso)

unas copas a tu salud

Un brazo
Xarpa

[Ventarrón]

Muchas gracias ...

Y que sigas navegando y disfrutando ... y contandolo ...

A tu salud

[kaia]

Perdonarme un poco el retraso, pero esto de Valencia es un estress que no paro y no tengo un ratillo libre, prometo que en breve cuelgo la última parte del relato y luego... vendrán algunos más