Cita:
Originalmente publicado por Tabernero
Algunas olas nos entraban de través y nos caían literalmente encima, entrando dentro, aún con la tapa del tambucho cerrada, como verdaderas cascadas. O sea que las guardias consistían en pasarlas achicando y secando agua del interior y a ratos controlando la navegación. El ponerse y quitarse el traje de agua, ir al baño, entrar a coger algo o simplemente ir a la mesa de cartas, era todo un esfuerzo sobrehumano; al más mínimo despiste salías volando para ir a estrellarte contra lo primero que pillases… jeje… Más tarde comprobaríamos que llevábamos moratones hasta en el DNI.
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Buuuuuf, yo una de ésas no la cuento...
Pero... ni con 3 cajas de valium
Y el relato... UNA GUAPADA
