Vela Vendée Globe 2020

[Peon]

El maremoto mediático, el regreso, hace que la inserción sea dificil

Armel Le Cléac'h recrea la escena. "Te llevan de un lugar a otro. Un médio luego otro. Un compañero luego otro. Después de varios meses de soledad, es ... raro. Es complicado, porque tienes que estar disponible cuando 'queremos ir a casa '".

En tercer lugar, en 1990, durante la primera edición del Everest of the Seas, Jean-Luc Van Den Heede tuvo que subirse a un coche de policía para salir de la multitud. La organización le ofrece "saltar en un avión para unirse a Titouan (Lamazou) y Loïck (Peyron), llegado dos días antes". “Insistían mucho: 'tienes que ir, Jean-Luc'. Pero yo, irme a París, eso no significaba nada para mí. Dije 'no, no quiero'”

Jean-Yves Chauve, médico radiofonico de los patrones de la Vendée Globe desde sus inicios, ya no tiene ningún patrón llorando. Ellen MacArthur, en 2001, "wow, eso fue algo" . La regatista inglesa de 25 años, subcampeona tras Michel Desjoyaux, es "incapaz" de abandonar su barco. "Volvió a los pontones para despedirse de él, lo besaba, lloraba. Como una compañera que se queda. No había nada que hacer".

La gestión del sueño en tierra es un problema no menos grave. "Me quedé dormido en todas partes. Tan pronto como hubo un poco de paz y comodidad, me dormía. Me solté por completo. No debería ponerme al volante de un auto ..."Armel Le Cleac'h

Después de tres meses de productos liofilizados, el cuerpo necesita ternura. "Cuando volvemos, en febrero, es temporada de gripe y enfermedades gástricas, suspira Raphaël Dinelli, 125 días en el mar en 2005. En cuanto el cuerpo se relaja un poco, terminamos con 40 ° C de fiebre".

Pocos de los patrones escapan a la prueba de los problemas gástricos. "Mi estómago no estaba en absoluto preparado para el concepto de entrante-principal-postre", sonríe Fabrice Amedeo. En su libro Seul face au large: mon Vendée Globe en 100 palabras , relata haber vomitado "tripas y tripas delante de una hamburguesería en Sables-d'Olonne", tres días después de su llegada en 2017.

"El regreso a la tierra significa que vamos a regresar a esta pesadilla ", dice Samantha Davies. Vamos a tener que volver a aprender cómo vivir con este virus, no lo tenemos a bordo, no necesitamos llevar máscara en el mar ... " Samantha ya había descubierto la crisis subprime, que había golpeado duramente a los patrocinadores y a la economía de la navegación, durante su regata en 2008.

Con el título "mala sorpresa en el amarre", ninguno se acerca al de Alain Gautier. Mientras estaba al frente de la Vendée Globe 1992, su patrocinador, Bagage Superior, fue comprado por un fondo buitre afiliado a Crédit Lyonnais, un caso que llevaría a la quiebra al banco y a un escándalo financiero sonoro "No me dijeron nada durante la regata. No era el momento".Cuando puse un pie en tierra, el presidente de Bagage Superior lo saluda, casi como si nada hubiera pasado". Más tarde se entera.

Roland Jourdain recuerda lo que modestamente llama "un desafío difícil" : "Cuando hay padres con niños pequeños, le dejan la carga del trabajo a su cónyuge en tierra, quien debe arreglárselas con todo eso. Solo viven a través de la imagen de su pareja entre las personas que conoce. Es genial, pero requiere suavizarlo una vez que llegas a casa ".

Las historias de ruptura, divorcio, cambio de vida a las pocas semanas de llegar a Sables-d'Olonne son legión.

"Lo más difícil es la fatiga profunda, según el Dr. Jean-Yves Chauve. A veces, se tarda seis meses en recuperarse, por lo que puede derivar en problemas de depresión. Algunos se distancian de sus seres queridos ..." O luego se distancian de su pasión, como Ellen MacArthur. Su patrocinador, la marca de bricolaje Kingfisher, no dudó en explotar al máximo su rendimiento.

Catherine Chabaud hizo una serie de apariciones en televisión, conferencias-debates, entrevistas de prensa, intervenciones en escuelas, bautismos en barco durante ocho meses después de su primera Vendée Globe, en 1996. No hay forma de negarse. La cortesía obliga. Para traer algo de dinero también. Cuenta, con lágrimas en los ojos, su paso desde el Cabo de Hornos, su zozobra en el Índico. Una vez. Dos veces. Tres veces. Cincuenta veces. Hasta "el día en que me escuché contarlo por enésima vez, sin sentir más emoción". Perdiendo la perspectiva.

Eric Bellion, el "duelo" , como él mismo dice, duró incluso varios años, mientras montaba una película sobre su aventura, estrenada en los cines dos años después de su llegada.había utilizado un entrenador mental para el inicio ... pero no para el final. "Un error" , del que todavía se arrepiente. Aún está retomando su vida

Esa es la maldición de los marineros. El problema es que somos incapaces de experimentar la felicidad absoluta en tierra. Todas nuestras grandes, grandes alegrías en nuestra vida, cosas místicas, extraordinarias, todo esto ocurre en el mar".