La verdad es que, en mi familia, los funerales suelen acabar en el restaurante más cercano a la iglesia tras el servicio funerario... como si todos tuviésemos la urgencia de asegurarnos de que estamos ahí y disfrutar de la compañía de los que están, recordando a los que se fueron.
En mi caso particular, tras casi fallecer en un accidente de coche hace nueve años, ahora me tomo todo con más calma, nada es tan urgente como antes, excepto pasarlo lo mejor posible... y contemplo la muerte como algo que te espera a la vuelta de la esquina, con la seguridad de que vivir es perjudicial para la salud... así que, para celebrar que sigo aquí... por favor, Sr. Tabernero, sírvase desatrancar las puertas de la bodega y servir a los aquí presentes todo cuanto deseen, que va de mi cuenta!!!





salud!!!