Regatas y el “cuanto más rápido, mejor”

[Capitán Barceló]

Amigos cofrades (valga la redundancia...)

Participo en regatas de club desde hace años como marineador de génova y spi en un wind 44 pies de los años 70. Para mi es una suerte, una bendición poder salir muchos sábados al año a competir contra otros veleros. Cuando estamos arracimados junto al barco del comité a puntito del bocinazo de salida la adrenalina nos sale a todos por las orejas. Los patrones juntan los cascos de colosos de más de 40 pies como si se tratara de 470 y los gritos se multiplican "¡Aguaaaa, aguaaaaa, mecagüen tu... ehhhh, ehhhh!" Fantastico. El corazón bombea con fuerza y las pupilas se dilatan. Igual ocurre con el paso por la baliza con el globo en lo alto hinchado a tope y rumbo de colisión contra dos o tres barcos. Los gritos se repiten y las maldiciones atronan por las cubiertas.

Es una sensación excitante, maravillosa. Tal vez la más intensa de la semana, la que más algunas semanas...

Cuando empezamos a participar en esas regatas sabatinas, hará seis o siete años, la cosa estaba igualada, eso es cierto Bluewhite, y todo era más doméstico, y más divertido. El rival era ése, o el otro, y así sábado a sábado, fin de semana a fin de semana, liguilla tras liguilla. Hicimos incluso nuestra propia página web con el perfil de los tripulantes, características del barco, cuaderno de bitácora... Tras las regatas venían las cenas y celebraciones en distintos clubes y todos brindábamos y aplaudíamos y nos sentíamos bien. Llamábamos a nuestras chicas y luego disfrutábamos de nuestra libertad.

Este sábado apenas conocía a los rivales. Nuestras velas parecían calzoncillos tendidos al sol en comparación con las velas oscuras y "crujientes" de los demás. Nuevos nombres, tripulaciones uniformadas, patrocinadores, tecnología y dinero a mansalva. Aun así sigo siendo feliz cuando nos preparamos para la salida. Y cuando nos dan el bocinazo de llegada y saludamos al tipo de la zodiac. No suelo hablar mucho cuando navego, y cuando estoy con la escota del spi entro en un estado mental parecido al trance. Me limito a disfrutar el momento y no pienso en los parches que lo adornan. Para mí es un globo estupendo que nos impulsa a doce nudos camino de la línea. Me gusta ese tipo de regata, sí, y los bocadillos de jamón serrano con queso y tomate que algún voluntario siempre prepara antes de probar el génova.

Pero como dice el cofrade Tumbao, regatas de élite como la Copa América, la Transat, la Volvo, etc... son un verdadero espectáculo. He estado pegado al televisor este año con las retransmisiones de la Copa desde Valencia...

¡¡Qué espectáculo, qué gozada cofrades!!

Cañas para todos.