Nagual, salvo error el Oceanis 473 desplaza 11500 kgrs y no 16000, lo que no creo que sea tampoco ninguna ventaja si afrontamos una situación de abatimiento por el empuje de viento lateral y sin velocidad de gobierno...
El sucedáneo a la hélice de proa es no caer por debajo de una determinada velocidad y tener claro como reaccionará el barco al engranarle la marcha atrás, en función sobre todo del sentido de giro de la hélice, y en cierta medida, de la posición de la pala al darle atrás con cierta energía. Cuestión de entreno.
En cierta medida me sorprende ver como proliferan patrones que cada vez que se acercan al amarre obsequian con una interminable sinfonía de hélice de proa y maniobran encima rematadamente mal, mientras que otros que no la usa, o que simplemente ni la tienen amarran correctísimamente.
En base a ello doy más importancia a un buen conocimiento de las reacciones del barco en cada circunstancia, lo que se adquiere con un continuado y reflexivo entreno, que no al hecho de instalar una de wsas hélices confiando en que nos hará milagros.
No me atrevo a opinar lo mismo en lanchas de motor, atracando de popa después del clásico ciaboga y con fondos rematadamente planos.

en ese caso sí lo veo una necesidad.
En un velero si entras de cara al amarre, y sales de espalda, lo que te deja enseguida libres hélice y pala para maniobrar sin riesgo a pillar cabos, no tengo claro que me decidiera a gastarme un euro en tal artilugio.
Saludos
