Fantástica historia y fantástico barco
Yo navegaba en regatas como mano de obra barata hasta que por fin hace algo más de dos años pude comprar mi primer velero. Mi padre nunca antes había montado en un barco, el día no era el mejor para un bautismo marino pero él estaba decidido. Disfrutó muchísimo y desde entonces se ha convertido en asiduo tripulante del "Potolito". En su cumpleaños le regalamos un traje de agua para que pudiera navegar más cómodo en invierno y emocionado dijo que le dolía mucho no haber conocido antes el mar. Mi padre tiene 84 años y sé que nunca voy a llegar a su altura. Sin duda los hombres y mujeres de su generación son personas de otra pasta.
Brindo por ellos!
Potolito y familia
