El BAHIA LAS ISLAS en su vuelta por el mundo

[kaia]

Lo malo de abandonar las islas y regresar al continente, en este caso Puerto la Cruz, no solo es abandonar el paraíso de parajes encantadores como ya he referido.
Lo peor es que en la costa, el viento refrescante del alisio desaparece y la canícula se hace sentir por muchos toldos, sombrillas y ventiladores que montes.
A nada que echas un vistazo a los barcos de los avispados aborígenes portuarios, te das cuenta de que todos poseen sendos aparatos de aire acondicionado y quien no, lo tiene incorporado el barco.
Hablando con uno de estos paisanos me comentaba que aquí en Venezuela, esos aparatos son artículos de primera necesidad y como tal sus precios son bastante asequibles, entre 200 y 300 euros.
No tardo en interesarme por gestionar la compra de uno de esos aparatitos, ya que mi estancia en puerto preveo que va ha ser larga hasta mi regreso a España.
Pero la diosa fortuna ese día estaba de mi parte y mira por donde, a la persona que me dirijo para hacer la gestión, me dice que tiene uno que no usa, que me lo deja hasta que me vaya.
Contento con mi nuevo juguete de los que se ponen en las paredes, la cuestión es adaptarlo al barco, ¡sin hacerle nungún agujero! por supuesto y tras echarle un poco ingenio el resultado ha sido este:





No es una instalación que pase un esmerado control de calidad, pero de los 34º que ronda el exterior, los 28º que he conseguido al segundo día, cuando Lorenzo más aprieta, es una delicia turca ¡se acabaron los ventiladores!.
Tomen nota, cuando el sol aprieta en el Mediterráneo

Salud