Travesías Navegando por los canales de Holanda

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Normalmente alquilo una o dos semanas un velero en Baleares, en el mes de Junio. Este año estaba obligado a coger las vacaciones en Agosto, lo que añadido al deseo de variar, me decidió a alquilar en Ayamonte. Pero, ay, cuando llego a Ayamonte para coger el barco, resulta que me esperaban para el día siguiente, lo que junto a otras cosas que no me convencieron de la seriedad de la empresa (y por extensión del estado del barco), hizo que anulara la reserva.
Todo este rollo sirva para explicar cómo me encontraba yo el 3 de Agosto, sin barco, con sólo 2 semanas de vacaciones por delante, buscando algo como fuera. Googleando, encontré una oferta de último minuto para alquilar un barco para recorrer los canales de Friesland (en el norte de Holanda). Por menos de la mitad que el velero, me alquilaban un barco de 9.5 metros, con hélice de proa ¡ y de popa! No era velero, eso es un fallo, pero no me acababa de atrever a navegar a vela por los canales (aunque como luego se verá, los holandeses sí navegan a vela por los canales). Nunca había navegado por canales, me apetecía probar, y me había quedado con las ganas de subir el Guadiana.

Día 1 (Sneek): El barco había que recogerlo de 15 a 17 h en las afueras de Sneek. Debido a que cortaron una vía de tren, llegamos a las 18.10 h. Nos estaban esperando, pero como les pillamos en medio de la cena, nos dieron las llaves para que fuéramos conociendo el barco y que al rato nos vendrían a ver. Nos explicaron las cuatro cosas básicas y nos sugirieron que nos quedáramos esa noche allí amarrados, que los puentes cerraban ya (cierran a las 20 h), pero como nosotros no habíamos cenado ni visto la ciudad, preferimos partir para amarrar en el centro de Sneek. Con las hélices de proa y popa, amarras facilísimamente en cualquier hueco. Nos fuimos a cenar opíparamente en Cook and NY.

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Los trenes holandeses: el tren se coge en el mismo aeropuerto de Schipol, donde hay estación. Te dan un billete válido para ese día con el origen y el destino, y tú te haces las combinaciones como puedas (te dan una hoja con un itinerario sugerido). Como ya he dicho antes, hubo un problema en una línea, y un viaje de 2 h y media con un trasbordo se convirtió en 3 h y media con dos trasbordos. Pero fue divertido, y conocimos gente. La idea básica es llegar a Leeuwarden, y de allí salen trenes a Sneek cada 20 minutos. Para ver información de horarios y recorridos http://www.ns.nl/en/travellers/home

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Galería de fotos de barcos holandeses

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Día 2 (Sneek-Leeuwarden): Nos levantamos temprano para ir a desayunar y hacer algo de compra. Un poco de google nos había informado que los sábados por la mañana había mercado en el centro, por lo que cayeron algunos quesos y muy buena verdura. Al volver nos encontramos un papel amarillo en el barco que parecía una multa, y que (en holandés) venía a decir que llamáramos al yachtmaster que no nos había encontrado de 9 a 10.30h. Le llamamos, y al rato vino a cobrarnos el amarre (sin multa, sólo fue un susto debido al color del papel)..

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Salimos de Sneek por el Houkesleat, para llegar al SeekMeer. Este lago fue una explosión de barcos: veleros y barcos de motor de todo tipo.. Una cosa muy buena es que hay una zona de “alta velocidad” marcada y restringida, para los que quieran esquiar o correr, de forma que no molesten a los demás.


Por un canal muy bien balizado se llega al canal Princesa Margarita, que es una auténtica autopista de barcos, en la que te cruzas con barcos de todos los tamaños. Velocidad máxima 12 km/h (sí, los canales tienen la velocidad máxima en km/h). Atravesamos Grou (que es una belleza y no hubiera estado mal pararse) y nos salimos del princesa Margarita en el canal Trijehuster Sleat. Teníamos pensado comer en el Trije Hus , en ese mismo canal, pero como habíamos desayunado mucho, amarramos en el mismo canal para tomar un piscolabis. Allí la gente amarra en cualquier sitio permitido, saca unas sillas y una mesa y se organiza un picnic en un santiamén.


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Tras la parada, y después de seguir por el canal Folkerssleat, recorrimos la Alde Feanen. Canales estrechísimos, con muy poco fondo, en una zona sin carreteras, merece la pena verlo.


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Desde allí cogimos el canal Rochesleat. Fue ahí, en el pueblo de Warten, donde tuvimos nuestra primera experiencia con los puentes. Al pasar no nos dimos cuenta que nos querían cobrar, hasta que notamos unos golpes en el techo y una señora gritándonos no se qué. Como ya habíamos pasado, venía gente detrás y no me sentía muy seguro para parar en medio del puente, nos hicimos un “simpa”. Lo siento por la buena señora, le debo 2 euros. El problema surgió porque en algún sitio había leído que ya no se pagaban los puentes, y eso es cierto para algunos puentes sólo.
Luego cogimos el Langdeel y el canal Van Harinxma, para entrar en Leeuwarden. Hay que pasar 7 puentes , de los cuales nos tuvieron que abrir 3, y pagar 6.50 euros. Esta vez fuimos buenos y pagamos. El Passantehaven (puerto para transeúntes) de Leeuwarden es muy bonito, y está muy céntrico. Muchos barcos, y supongo que, por ser sábado, nos costó encontrar sitio. Cenamos en el Grand Café de Brass.



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Los puentes: Pasar los puentes de los canales es divertido, y uno de los alicientes de navegar por canales. Nuestro barco medía 3.10 con el mástil arriba, y 2.50 abatiendo el mástil. Hay puentes de 1 m a 11 de altura. Algunos se pueden abrir. Muchos no.
Al escoger la ruta eso es determinante. Hay rutas sin puentes, o con puentes muy altos. Hay rutas con puentes que se pueden abrir. Pero hay rutas con puentes de 2 m que no se abren, lo que por supuesto limita el barco con el que puedes pasar.
De los puentes que se abren hay que tener en cuenta que funcionan de 9 a 12 h, de 1 a 16.15 h y de 17.15 a 20 h (en verano, el resto del año el horario cambia). Algunos no hacen paradas entre 9 y 20 h. Algunos cobran, y otros no. Cada puente tiene sus características reflejadas en la carta y en el almanaque que es obligatorio llevar, y que te entregan al embarcar. OJO!! En la carta y el almanaque las alturas y anchos de los puentes y las sondas están en DECÍMETROS!!

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La forma de pagar es curiosa: el encargado/a del puente tiene una caña con un zueco colgado de un hilo. Al pasar, dejas el dinero en el zueco (imprescindible llevar suelto). El precio del puente suele estar indicado en un gran cartel en el mismo puente, y osciló en nuestro viaje de 0 a 6.50 euros.
Los puentes tienen un semáforo claramente visible. Dos luces rojas indican que no va a abrir en bastante rato (está fuera de horario). Luz roja que no se puede pasar, pero que estás en horario de apertura. No se debe pasar con luz roja ni aunque esté abierto, porque eso quiere decir que van a pasar los que vienen en sentido contrario. Cuando el puente se va a abrir, se encienden una roja y una verde, y por fin, sólo una verde cuando te toca pasar.

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No hay que tocar la bocina ni nada raro. Te acercas lentamente (según la luz que veas). Si hay dos rojas, amarras. Si sólo una roja, te paras más o menos cerca, que ya te verán (aunque no veas vigilante hay puentes controlados remotamente), excepto en Bolsward, que te ponen un teléfono al que tienes que llamar. Cuando esté rojo y verde te vas acercando y pasas cuando te toque. Es divertido ver 5 o 6 barcos parados esperando. Nadie se cuela. En algunos puentes hay un amarre temporal para que te fijes esperando a que abran.

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Día 3 (Leeuwarden-Bolsward): Tras un buen desayuno (lo mejor de la comida holandesa) y un poco de paseo de compras y turismo, nos pusimos en marcha con intención de recorrer parte de la ruta Middelsee, una ruta tradicional, rehabilitada recientemente (más información sobre rutas en http://www.friesemeren.nl/en/limitless-sailing/new-sailing-routes).




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Para ello retrocedimos y nos tuvieron que volver a abrir 3 puentes (no te cobran para salir), pasamos un cuarto puente y llegamos al canal Van Harinxma. Pasamos 2 puentes más (éstos muy altos) y a la altura del kilómetro 19 (están marcados) viramos a babor para coger el Boalserteer Feart. Cuidado, porque la entrada de este canal es bastante estrecha, y cuesta verla, y no está señalizada en absoluto. Este canal, en plena ruta Middelsee, es estrecho, tiene muy poco tráfico, y hay numerosos puntos de amarre gratuitos en su recorrido. Lo que sí hay son puentes: 10 hasta llegar a Wommels, donde amarramos en el PassaanteHaven para comer.



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3 puentes más para salir de Wommels, otro puente en el camino, y en Burgward un puente de 3.8 m de ancho, que se hace muy justo para pasar (lo hicimos con las defensas puestas, por si acaso, y tocamos con ellas). 2 puentes más y llegamos a Bolsward, donde al llegar al puente de St. Jansburg, a pesar de la luz roja, nadie nos abría, ni veíamos encargado de puente ninguno. Había un cartel junto al puente (en holandés, claro) con un teléfono. Cuando nos estábamos preguntando si tendríamos que llamar, un amable caballero, que estaba cortando el césped de su casa vecina al puente, nos dijo que sí, que llamáramos.El encargado del puente llegó, en bicicleta por supuesto, en 5 minutos.Amarramos para hacer noche. Nos fuimos a un italiano, Ponte Veccio, un poco deseosos de pasta. En total, en este trecho habíamos pasado 23 puentes, de los que nos abrieron 6.



Navegar por los canales: hay canales anchos, muy anchos, y estrechos, muy estrechos. En algunos no te cruzas con nadie más que muy de vez en cuando. En otros el tráfico es intenso. La idea básica es circular por la derecha, adelantando por la izquierda si es necesario. De vez en cuando te encuentras de frente con un velero que viene ciñendo y haciendo bordos de lado a lado del canal. Lo mejor en este caso es seguir a tu rumbo, con una mano en el mando de morse. Te pasan muy cerca, pero controlan estupendamente, facheando si es preciso para dejarte pasar.



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La velocidad está limitada según los canales a 6, 9 o 12 km/h. la mayoría de la gente va algo más rápido, pero no pasan motoras a toda velocidad. Aquí tengo que decir que los comentarios que se suelen leer en la taberna acerca de la mala educación de algunos tractoristas no se aplican en Holanda. Nadie te hace olas. No te cortan la proa. La buena o mala educación no es cosa de trapo o tractor.
El calado mínimo está marcado en las cartas (en decímetros) tanto en canales como en lagos. Los lagos pueden engañar, hay que tener cuidado, algunos son muy poco profundos. Salvo que veamos en la carta que hay profundidad suficiente, en los lagos es conveniente ir por los canales marcados por boyas (sistema rojo-verde habitual).



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Soy trapero desde chaval, pero este viaje me ha reconciliado con los tractores. Lo único que eché de menos fue un Fly-bridge. Cuando me subía al techo de la cabina (pilotando la almiranta), al no oírse el motor y tener vista panorámica y estando a veces los canales más altos que las tierras circundantes, la sensación era como deslizarse en una alfombra (claro que un fly-bridge aumenta la altura, y eso te limita el paso de algunos puentes).

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Día 4 (Bolsward-Workum): Este tramo es muy corto, por lo que salimos tarde. Llamamos de nuevo, para que nos abrieran 2 puentes más en Bolsward. Luego pasamos el Kruiswaterburg, y enfilamos el canal Warkumer Trekfeart. Sólo 5 puentes hasta llegar al PassaanteHaven de Workum. Muchos barcos, hay varias marinas y mucho movimiento. Cenamos en Folkerts, bastante bien, por cierto.


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Los amarres: Se puede amarrar en muchos canales secundarios, en unos amarres públicos montados por una organización llamada Marrekritehttp://www.marrekrite.nl/mediadepot/28154146ab9c/MarrekritefolderUK.pdf
Están marcados en las cartas. Se amarra abarloado, son gratuitos, y no tienen ni agua ni electricidad. El máximo es 3 días. En las ciudades y pueblos hay amarres municipales, también marcados en las cartas (Gemeente Passantenhaven). Suelen ser también abarloados, aunque hay sitios donde se amarra en batería. El precio suele ser 0.75 euros por metro de eslora (1.25 euros si tiene toma de electricidad, aunque no la uses), más 1 euro por tripulante. Normalmente vienen a cobrarte al barco a última hora de la tarde o primera hora de la mañana, aunque puedes buscar la caseta del Yachtmaster e ir a pagar allí. Hay zonas prohibidas señalizadas. OJO!! que hay amarres en las casas de las orillas de los canales, que son particulares, y no están marcados. También hay multitud de marinas, con amarres para transeúntes, pero no utilizamos ninguna.



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Todos los amarres municipales tienen duchas y servicios, que están muy limpios, pero el horario suele estar restringido.
Como los norays o anillas están muy cerca, hay poca altura, y pocas corrientes, amarrar sin ayuda es muy fácil. Aún así, en cuanto te acercas siempre hay gente dispuesta a que les dés un cabo. Casi todo el mundo amarra sólo con largo de proa y popa y spring de popa, ocupando 3 norays o tres anillas por barco.
Nadie pone música a todo volumen. Se duerme en paz.


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Día 5 (Workum-Sloten): Si en la ruta Middelsee no nos cruzamos con casi nadie, este tramo y el siguiente fueron todo lo contrario. Vimos barcos de todo tipo, y en los lagos multitud de veleros. primero cruzamos 2 puentes para llegar al canal Lange Fliet, luego el Koarte Fliet y tras atravesar un pequeño lago, el canal Yntemasleat, que desemboca en un gran lago, el Heegermeer. Viramos a estribor para evitar Heeg, que es el mayor centro naviero de la región, pasamos por Woudsend, donde hay muchas urbanizaciones de casitas con amarre en el jardín, tipo AmpuriaBrava, pero en holandés. Woudsend, como muchos otros pueblos tiene la iglesia en el norte y el molino en el sur. Nos abrieron un puente para acceder al Slotermeer. Este lago, amplio y cercano a Woudsend y Heeg, nos sacó los dientes, con veleros de todo tipo disfrutando como locos, muchos adelantándonos. En Heeg alquilan barcazas a vela clásicas holandesas, y si volvemos, probablemente alquilemos uno de esos. Por fin, un pequeño canal, al sureste de Slotermeer, lleva a Sloten, donde amarramos justo antes del pueblo. También con iglesia en el norte y molino en el sur, Sloten presume de ser el pueblo más pequeño del mundo. Por supuesto hay aldeas más pequeñas, pero Sloten es como un pequeño museo, con un canal que lo atraviesa de norte a sur bellísimo, aunque en este canal no se puede amarrar excepto los locales. Comimos muy bien en De Mallemok, al lado de una pequeña marina para veleros locales, viendo entrar y salir a los chavales y chavalas, que amarraban a vela magníficamente.



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La comida: es algo aburrida. El pan es buenísimo, y hay muchos tipos. La carta es prácticamente igual en todas partes (salvo que vayas a un italiano o un chino, que hay bastantes). Hay Broodges (bocadillos fríos o calientes), snacks (sobre todo patatas fritas con varias salsas, barritas de pollo, o de queso, o las krokketen, que están muy buenas), Soupen(sopas, sobre todo de tomate) y platos principales de carne o de pescado.
Ojo!! que la carta suele ser diferente para el lunch (hasta las 17 h) y para el dinner. Los platos principales suelen ser 3 o 4 carnes (vlees) y 2 o 3 pescados (vis). Poco marisco, aunque hay gambas y mejillones. Siempre vienen (los platos principales) con tres fuentes (de patatas, verduras calientes y ensalada fría). Incluso como plato único es muchísimo, o sea que eso de pedir primero, segundo y postre ni se os ocurra. Los solomillos (les llaman turnedos) son muy buenos (la famosa vaca frisona), y las costillas (spareribs, que son adobadas) también. De pescados, es bueno el salmón (zalm) y un pescado local del Ijsselmeer, que recuerda al lenguado, y que nos gustó mucho. Cocinan la carne y el pescado algo más de lo que estamos habituados, o sea que si quieres la carne al punto, debes decirlo.
La tarta de manzana es muy buena. Es parecida a la alemana. La toman a todas horas.
Sólo en un sitio conseguimos una carta en inglés. Normalmente, sólo la tienen en holandés, aunque te traducen más o menos bien.
Como curiosidad, un día vimos en la tele (el barco tenía tele y se podía ver tdt sin problemas, pero en holandés, claro) un programa de cocina estilo Arguiñano. Hizo una ensalada, un sandwich (Broodge) y una tarta. Eso es lo que comen.

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Día 6 (Sloten-Joure): Rodeamos Sloten, tras abrirnos un puente, y enseguida cogemos el canal Wald Sleat, cruzamos el canal Princesa Margarita, y por el canal Follegeasleat nos abren otro puente, pasamos por debajo de un puente más, donde vimos como una barcaza a vela bajaba el palo para pasar el puente y poder acceder al Tjeukemeer, el lago más grande que vimos. Allí, la barcaza volvió a izar el palo, sacó vela, y nos adelantó tranquilamente. Para bajar y subir el palo tienen una maquinaria montada en la base del palo. Tras atravesar el lago hacia el norte, canal Skarster Rien,parando para comer en Scharstersbrug, mientras esperábamos a que se hiciera la hora de apertura de uno de los 2 puentes. En este pequeño pueblo no encontramos ningún restaurante, pero siguiendo un cartel que anunciaba broodges, llegamos a una casita donde había bocadillos preparados, bebidas, una cafetera y un microondas. Tenían un cartel con una lista de precios y uno mismo se servía y dejaba el dinero. Eso lo haces en España y si algún loco deja dinero el siguiente que pasa se lo lleva. Luego lago Langwarder, otros dos puentes y atravesando la exclusa de Jousterluis, se llega a Joure, donde amarramos justo al lado del molino, que en este caso, y para llevar la contraria, está al norte de la ciudad. Allí cenamos en un restaurante alemán, el Die Gaststube. Joure es grande, no me gustó demasiado, pero el Passantenhaven es precioso, y para ir del amarre al centro de la ciudad teníamos que atravesar un parque (con canales y pequeños lagos, por supuesto, donde vimos el único pedazo de tierra de más de 4 metros de altura.

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La gente: Un holandés muy majo que se nos enrolló en Schipol nos avisó que en el norte eran más fríos, aunque buena gente. No me lo parecieron en absoluto. No están acostumbrados a turistas no holandeses, excepto quizá los alemanes, pero son muy amables. Siempre te saludan al cruzarte en el barco, y en los pueblos pequeños al cruzarte en la calle. Al comprar algo, o pagar un puente o un amarre, siempre tienen un goedemorgen (buenos días), y al despedirte (ya en inglés) Have a nice day.

El dinero: pagan mucho con tarjeta incluso para pagar dos cafés, pero cuidado, porque en muchos sitios sólo aceptan tarjetas de débito. En las máquinas de compra automática de billetes de la estación de Sneek sólo aceptaban monedas o tarjeta Maestro (la Master Card de crédito no nos la aceptó). Los taxis son mucho más baratos que en Madrid. La comida algo más cara. La electrónica similar. Hay muchas tiendas de productos de limpieza, aseo, perfumes, con buenos precios.

El idioma: no hay carteles ni instrucciones en inglés. Casi todos hablan inglés, pero algunos con bastante mal acento. En algunas zonas hablan frisón, pero fuimos incapaces de distinguirlo del holandés, que tampoco entendemos nada.

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Día 7 (Joure-Sneek): En nuestro último día el día empezó con llovizna, y saliendo de Joure nos cruzamos con una flotilla de 8 veleros de una escuela de vela que iban hacia Joure navegando de bolina, repletos de chavales y chavalas haciendo afición. La llovizna nos acompañó por el canal Alde Wei hasta llegar al Sneekmeer, lleno de veleros a pesar de la llovizna. Amarramos para comer en un pequeño canal al suroeste del lago. Allí nos cayó la mundial, para que no nos fueramos de Holanda sin un buen chaparrón. Cuando escampó fuimos por el Houkesleat hasta el Passantehaven de Sneek, para amarrar y hacer tarde y noche. Allí, casi al lado nuestro estaban amarrados dos barcazos de tres palos, de escuelas de vela. Lástima no haberlos visto navegando. Hicimos turismo, vimos más barcos, más canales, más puentes, y más bicis.

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El clima: el parte diario era siempre el mismo: nubes y claros con chaparrones ocasionales. Todos los días tuvimos de todo, con sol estupendo, nubes abundantes y todos los días nos llovió un rato. El viento era también bastante variable, con componente oeste fundamentalmente, pero con bastantes horas de encalmada, sobre todo al principio y final de día. la temperatura máxima no subió de 23 grados. En el taxi primero que cogimos en Sneek, el taxista nos dijo que llevaban 4 semanas de buen tiempo y que se acababa de estropear, pero eso es lo mismo que me dicen mis suegros en Bilbao cuando voy, que ha estado muy bueno y que justo al llegar yo se estropea. Vamos, que hay que esperarse un clima como el del norte de España en primavera. Cuando sale el sol las terrazas se llenan en pocos minutos, y es un placer en pleno mes de Agosto sentarte al sol con una cervecita. Pero hay que llevar jerseis o sudaderas, y una chaqueta de lluvia.
Tanque KK: desde 2009 es obligatorio en Holanda tener tanque KK. Sin embargo, ocurre como aquí: no hay puestos de recogida y vaciado en ninguna marina, por lo que el barco tenía by-pass al exterior. Por supuesto, hay que intentar usar duchas y aseos públicos, pero si estás amarrado en mitad del campo no te queda otro remedio. Nuestro barco tenía water eléctrico. Muy cómodo y limpio.

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[Aletxu]

Día 8 (Sneek): Teníamos que devolver el barco a las 9 h. Nos levantamos antes del despertador, duchita caliente (en el barco, el calentador era eléctrico) hasta que se acabaron los 450 litros que cargábamos, y entrega del barco a las 8 y media. Cuando le comentaba al dueño de la empresa lo mucho que habíamos disfrutado, nos dijo que lo contáramos a los españoles, para que se animen a ir por allí. Y eso hago.


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Los barcos holandeses: herederos del comercio por los canales, muchos barcos clásicos perdieron las velas al motorizarse, para recuperarlas en las últimas décadas, al convertirse el skutsje en un icono de Friesland. Mangudos, con proa poco lanzada, popa estilo noruego, orzas abatibles en los costados, vela cangreja con pico de cangreja curvo, son inconfundibles. Una variante es el aak, con la proa puntiaguda y levantada. El fondo plano y la sección casi cuadrada los hace muy habitables. Se ven barcos de principios de siglo XX, perfectamente restaurados y habitables. Eso sí, no son baratos. Aquí se ve un video del interior de una de estas maravillas http://www.youtube.com/watch?v=6r60Ygw4zcU



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Se ven también cruceros modernos, sobre todo Bavarias. En veleros no cabinados, vimos muchos Polyvalk, de 6.70 m, mayor cangreja y foque, y que llevan un pequeño fueraborda que es obligatorio para navegar en los canales grandes. Navegaban muy bien.
En barcos a motor, vimos los skutsje y aak a los que les han quitado el palo, los luxemotor, pero vimos trawlers, remolcadores reconvertidos, yates modernos, abiertos, cabinados, cualquier cosa que flote.

Nuestro barco: a pesar de ser el barco más pequeño de la gama (9.50 eslora, 1 m calado, 2.50 m altura, 3.20 manga), teníamos calefacción, aire acondicionado, calentador de agua, televisión, nevera eléctrica y cocina de gas. El barco tenía 2 placas solares, y muchas baterías (1 de motor, 2 de servicio, 1 para la hélice de proa y 1 para la hélice de popa). El indicador de nivel de batería nunca bajó del 90%. Teníamos rueda interior y exterior, sonda, corredera, nivel de agua, nivel de gasoil, temperatura de motor, pero no había compás (para qué, no hace falta). Este barco no tenía plotter ni gps, aunque otros de la misma compañía sí.

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[Keith11]

... extraordinario relato, y extraordinaria experiencia

Me has dado una idea fenomenal de algo que tambien quiero hacer en mi vida...

saludos

[Pepo II]

Muchas gracias por tan magnífico relato. Es una bonita opción.

[Sagitari]

Un ron cofrades
En otra intervención con relación a un viaje de un cofrade a Holanda comenté mi experiencia allí, si ánimo de hacerme pesado, he efectuado un copypegy.
Hace más de 20 años, pasé unas maravillosas vacaciones,embarcado en un antigüo velero el Princes of Orange,un carguero reconvertido en charter. Hicimos más ó menos lo mismo el Ijsselmeer, canales y varios puertosl. Quedé encantádo con la cortesía y amabilidad de la génte de áquellos pueblos.En el Ijsselmeer, navegar sin olas y buena escora (el barco carecía de orza para poder andar por los canales y lugares con poco calado), era un 22 mtros, con una enorme vela cangreja mayor y escandalosa,otra mesana y cinco foques,montados entre botalón y stay. Todo hizado a mano como en los viejos tiempos y con chigres a manivela. Compártíamos la comida con el patrón-propietario y su familia, les teníamos desconcertádos con nuestros horarios y comidas... Igual hacíamos tortillas de patata a las siete que macarrones a las 10 de la noche, pero se lo zampaban todo encantádos,además de regarlo con buenos vinos españoles,asícomo otros alcoholes varios...(Ellos normálmente,cenában unas tostadas con mantequilla y algo de embutido). En casi todos los pueblos alquilábamos bicicletas,por éso estábamos en Holánda... y recorríamos unos paisajes bucólicos,entre molinos y dónde las vacas pastában en un nivel inferior del agua del canal por dónde navegábamos,algo curioso al principio. Bueno, me queda la asignatúra pendiente de alquilar un barco como Lord Nelson y recorrer aquellos lugáres a mi áire. Perdonad el rollo,pero no he podido evitarlo y no he contestádo a la pregunta del cofrade, ya me perdonará. Estaré atento,por si algún cofrade coménta algo al respecto.
Salut i bon vent
Sagitari
Miembro de Cofrades de Tarragona de La Taberna del Puerto

[xusto]

Excelente relato.

Una gran descripción y con una información muy útil y concisa.

Te faltaría poner los precios de alquiler del barco (barcos), y página web. Si pudieras.

Gracias

[Aletxu]

Originalmente publicado por xusto

Excelente relato.

Te faltaría poner los precios de alquiler del barco (barcos), y página web. Si pudieras.

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