Vela Somo 23

[chukel]

Hace exactamente 37 años, en febrero de 1981, mi padre tuvo la (bendita) ocurrencia de comprarse un barco de vela. Tenía una pequeña motora cabinada y, sin haberse montado en su vida en un barco de vela, decidió comprarse un Somo S-23 de segunda mano, que por aquél entonces tenía apenas un par de años (había sido botado en 1979). Gracias a los dos descubrí la vela. Ese barco, con 39 años en sus cuadernas aún lo conservamos y jamás lo venderemos, ya es parte de la familia...

El Somo S-23 fue un modelo icónico del astillero Taylor, que estaba ubicado en Pontejos, Santander junto a la playa de Somo (de ahí el nombre de sus barcos de vela). Es un diseño de Fernando Roca, del departamento técnico de Taylor y es un barco absolutamente "redondo", es intemporal, parece mucho más moderno de lo que en realidad es y el barco perfecto para el crucero costero, sobre todo las unidades con un motor interior diesel (el nuestro, con un Solé Mini 9 sigue dándolo todo con casi 40 años).



En el año 1979 se celebró en L'Estartit, Girona, el campeonato del mundo de la clase Mini-Ton y hasta allí se fue el Somo S-23 Pontejos con una tripulación cántabra, a competir contra prototipos y la verdad es que hizo un papel decente para ser un barco de estricta serie. Dados sus acabados y la comodidad de sus interiores y su amplísima bañera, se le conoció como "el swan de la mini ton". La única diferencia con el barco de serie era el palo, un poco más alto y con burdas:







Cuando cerró el astillero Taylor, ya en los 80, los moldes del Somo S-23 pasaron a Drassanes Dalmau, quien los siguió construyendo y comercializando como Flash 700. Las diferencias entre los dos barcos son: el perfil de la orza, más moderno y con forma elíptica en el Flash; 20 cm más de J en el Flash, pues el arraigo de la amura de los génovas está en la unión de casco-cubierta, mientras que en los Somo está unos 20 cm más a popa; otra diferencia son los interiores, concretamente en los mamparos centrales que aguantan los cadenotes y en los acabados. No sé si la pala del timón de los Flash es la misma que la de los Somo, pero en éstos era un poco corta, en nuestro barco la prolongamos unos 20 cm de calado porque con viento era fácil que perdiera sustentación.

Como puntos débiles, por lo menos en los Somo, los mamparos de chapa marina que aguantan los cadenotes. No sé cómo resolvió este tema en los Flash 700, pero en los Somo estaban tomados al contramolde con unos remaches que acababan saltando y además, la chapa no era de muy buena calidad y se acababa desintegrando. En mi caso, el mamparo que arraiga los cadenotes lo hice de fenólico marino de 10 mm y el resto de 8 mm. En los Somo los interiores de fibra estaban pintados con gelcoat, mientras que en los Flash creo que llevaban una moqueta.

Estas fotos son del interior de nuestro Somo S-23:







En esta web tienes una restauración completa y muy interesante de un Flash 700: https://sites.google.com/site/bricobarcoinfo/hom

Y en el siguiente post, de regalo, la prueba del Somo 23 que hizo la revista Bitácora en 1979.

Una de grog