En cualquier caso, creo que se están sacando las cosas de quicio.
Lo que plantea el cofrade es una situación frecuente para todo el que navegue, simplemente, en el verano balear.
Imaginemos tal situación: el cofrade navega con su cata de, por ejemplo, 12 metros de eslora en conserva con otro similar. Ambos llegan a Espalmador y amarran en sus respectivas boyas reservadas. Ambas tripulaciones constan de seis miembros. Ambos barcos están despachados para un máximo de diez tripulantes.
El día es veraniego, sopla el típico SSE flojo y todo incita al baño y la molicie.
El cofrade invita a la tripulación del barco amigo a tomar algo a bordo. Los amigos acuden, naturalmente a bordo del auxiliar, que amarran a la popa.
Pero ¡maldita sea, somos doce!....se sortea qué dos se vuelven al otro barco a beber sus cervezas en soledad...
Si se quedan todos, está incumplendo la norma? Seguro. Se arriesga a ser sancionado? Probablemente.
Está poniendo en peligro, con su imprudencia impropia de un patrón responsable y respetuoso con la norma, a ambas tripulaciones?
Venga hombre, un poco de sentido común...

