Otros Sobre la cortesía

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Buenos días

La pérdida de la "urbanidad" ( lo siento, me encanta el palabro), es lamentablemente evidente en todos los ámbitos. Mis mayores contestaban al locutor de la televisión cuando este daba las buenas tardes, los buenos días. No estaban tontos, les daban mil vueltas a cualquier mentecato actual. Sencillamente no concebían no responder al saludo, a sabiendas de que el emisor, al que atendían con todos los sentidos, no podía escucharles.

Primero los walckmans i transistores con sus auriculares y hoy los móviles dichosos (yo también) nos aíslan de nuestro entorno y vivimos cómo si fuera de nuestro caparazón/mundo, nada importase o afectara.

Al entrar en un local, aunque no haya nadie a la vista, en voz alta siempre un BON DÍA anuncia que estás allí y que saludas con un deseo de buen rollo y comunicación.
Si al entrar, estando gente en la cola (entiendo que dependiente y "atendido" estén la mayoría de las ocasiones enfrascados en su cometido) te quedas plantado, esperando respuesta, cómo si hubieras saludado a gallinas o conejos (por no poner los animalitos que se me vienen en ese momento), quedo un segundo en minishock, trepando la sublevación interna, y enlazo en voz más elevada: O NO!!! . Alguna voz, tímida, responde entonces un bon día regalado, dejado caer con un gesto entre avergonzado y de hastío. Penoso.

Diferencia a cuando en los mismos locales (almacenes de fontanería) donde hoy soy el abuelo y entonces era un chaval, al entrar y saludar, o en la cola del pan. Casi al unísono te respondía la parroquia, y algún mayor, contento de que sobrevivieran los buenos modos te respondía sonriente: BON DIA VALENT!!

Escuché hace muchos años un dicho africano que reza así: "para educar a un niño hace falta toda una aldea". Me sigue pareciendo de gran sabiduría y madurez.

Es muy difícil que cuando el primer ejemplo, el paterno, se ha perdido con lo que la educación y ejemplo queda a cargo de los abuelos a los que los críos ven tratar con poco cariño y menos respeto por los principales actores de su formación, que los han dejado huérfanos de educación para la convivencia, aquella llorada "urbanidad". Salgan personas bien formadas, sería un milagro.

Un brindis por los que si tuvimos la suerte de recibir el cuidado de la aldea y vivir en un mundo más humano.


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