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| VHF: Canal 77 |    | ![]() |
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#11
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un poco en broma . . . Un ateo, mientras caminaba a través de la selva, sonriendo ante la belleza que había a su alrededor, pensó: - "¡Qué milagros de la naturaleza han creado los poderes de la evolución...!" -. En ese momento, escuchó un murmullo cerca del río. Fue a investigar y vio que un enorme oso pardo avanzaba en el camino hacia él. El hombre empezó a correr como un rayo y, cuando tuvo coraje para darse la vuelta, vio que el oso lo estaba alcanzando. Trató de retomar sus pasos, pero tropezó y cayó al suelo. Mientras trataba de levantarse, el oso saltó sobre su pecho y levantó una pata para aporrearlo. El ateo gritó: - "!!!Ay, Dios mío!!!" -. El tiempo se detuvo. El oso se congeló. La selva estaba en silencio y hasta el río paró de moverse. Una luz blanca brilló sobre el hombre y una voz resonó desde el cielo: - "Has negado mi existencia durante todos estos años, has enseñado que no existo y apoyas la idea de que todo fue creado por un accidente cósmico. ¿Esperas que te ayude en esta situación? ¿Puedo contarte como un creyente?" -. El ateo miró hacia la luz y dijo: -"Sería hipócrita de mi parte si de repente te pidiese que me tratases como a un cristiano..., ¡pero quizás podrías convertir al oso al cristianismo!.- La luz se fue, el río comenzó a andar y los sonidos de la selva se reiniciaron. Entonces, el oso bajó su pata derecha, puso sus dos patas juntas, inclinó su cabeza y dijo: - "hoy te doy gracias, mi Dios, por el alimento que voy a recibir de tus manos" -. y un poco más en serio . . . . . . en eso estoy conforme —dijo Andrés—. La voluntad, el deseo de vivir, es tan fuerte en el animal como en el hombre. En el hombre es mayor la comprensión. A más comprender, corresponde menos desear. Esto es lógico, y además se comprueba en la realidad. La apetencia por conocer se despierta en los individuos que aparecen al final de una evolución, cuando el instinto de vivir languidece. El hombre, cuya necesidad es conocer, es como la mariposa que rompe la crisálida para morir. El individuo sano, vivo, fuerte, no ve las cosas como son, porque no le conviene. Está dentro de una alucinación. Don Quijote, a quien Cervantes quiso dar un sentido negativo, es un símbolo de la afirmación de la vida. Don Quijote vive más que todas las personas cuerdas que le rodean, vive más y con más intensidad que los otros. El individuo o el pueblo que quiere vivir se envuelve en nubes como los antiguos dioses cuando se aparecían a los mortales. El instinto vital necesita de la ficción para afirmarse. La ciencia entonces, el instinto de crítica, el instinto de averiguación, debe encontrar una verdad: la cantidad de mentira que es necesaria para la vida. ¿Se ríe usted? —Sí, me río, porque eso que tú expones con palabras del día, está dicho nada menos que en la Biblia. —¡Bah! —Sí, en el Génesis. Tú habrás leído que en el centro del paraíso había dos árboles, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal. El árbol de la vida era inmenso, frondoso, y, según algunos santos padres . . . de El árbol de la ciencia - Pío Baroja.
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![]() Quiero vivir la vida aventurera de los errantes pájaros marinos; no tener, para ir a otra ribera, la prosaica visión de los caminos. Poder volar cuando la tarde muera ... |
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| lecturas, literatura |
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