El BAHIA LAS ISLAS en su vuelta por el mundo

[kaia]

Islas Virgenes Inglesas

Algo más de veinte días han sido suficientes para hacernos una buena idea del paraíso terrenal que son las Vírgenes inglesas, pero como todo paraíso que se precie, ha de tener su serpiente embaucadora y en este, no ha sido una, si no dos; primero las restricciones a la estancia de solo quince días con dos posibles prórrogas de otros quince, que en nuestro caso hemos utilizado una, sin más inconveniente, que casi medio día de papeleo burocrático y la otra; los altos precios que se pagan por las islas, incluso para nuestro euro en epoca de vacas gordas.
Sin desmerecer las bondades de la islas, por estos inconvenientes, ha sido un crucero de auténtico lujo, primero una semana, María, Rufino y yo solos y después, quince días con unos amigos llegados desde Bilbao, sumándose el Cap's III que se demoró en las campras de San Maarten.

Al poco de arribar hicimos un rápido recorrido a las islas, que no distan más de veinticinco millas de una punta a otra, para hacernos composición de lugar y ver in sito los lugares más pintorescos.
Una vez arribaron nuestros amigos, a los que recogimos en Trellis bay, fondeadero muy próximo al aeropuerto, les llevamos por el sur de Tortola hasta Sea Cow bay, un baño en aguas trasparentes, como toma de contacto, para luego cruzar el canal de Francis Drake y dirigirnos a las islas del sur a Peter, la más grande, que dispone de tres buenos fondeaderos, donde las chicas disfrutaros a sus anchas de la playa en Deadman.
Nueva singladura a Soper's Hole, en el estremo Oeste de Tortola, un bonito puerto, lo más parecido a USA, y no solo por su cercanía a las Vírgenes Americanas, menos de una milla de Saint Jhon, a las que no podemos acercarnos por falta de visado-
Al día siguiente, corta travesía hasta Jost Van Dyke, la isla más al Oeste de las Vírgenes Inglesas, fondeamos en Great Arbour, un buen abrigo que al atardecer se pone de bote en bote, no es para menos, el Restaurante Foxy, es lo más marchoso de esta parte del Caribe, con música en vivo y una restauración aceptable.
Con el nuevo día y un poco de resaca, remontamos la costa norte de Tortola, viento del E de F5, toca una ceñida de diez millas hasta las islas del NE, con el foque auto-virante y un rizo a la mayor es mucho más sencillo hacer bordos, además con poca ola el Bahía está en su salsa. Como nos hemos divertido, continuamos hasta Virgin Gorda Yachs, hoy pasaremos noche amarraditos a un pantalán, no son caros los náuticos por aquí, 50$ para un cuarenta pies.

Continuamos remontando hacia el Este de Gorda, ya con la compañía del Cap's III, paramos en Savanna beach, una maravillosa playa, muy poco visitada, porque la entrada sin señalizar, hay que hacerla salvando un arrecife coralino y eso a los charteristas, que son la inmensa mayoría de los barcos que por aquí navegan, les asusta un poco, pero una vez dentro es un fenomenal fondeadero, desde donde hacemos una excursión en dyngui a bucear en el arrecife, una pasada.
Ya solo nos queda llegar a Gorda Sound, para mi, lo más bonito de Vírgenes, un conglomerado dfe islas que rodean un lagoon que solo tiene tres accesos, el principal, bien balizado de una anchura no mayor de cuarenta metros, al norte, por el que hemos visto pasar cruceros turísticos, el segundo al W, de solo metro y medio de calado, utilizable para motoras y catamaranes y el tercero al E, juto a la islita de Saba, de dos metros y medio, apto para quien no sufra del corazón, como es nuestro caso, que uno de los días que pasamos en la zona, hicimos el paso con solo treinta centímetros de agua bajo la quilla.
La zona está tomada por grandes resorts, pero como digo hay sitio para todos y no olvidaré los dos días que pasamos fondeados junto a la isla de Pricklin, sencillamente memorables.
El resto de días hasta que se fueron los amigos, recorremos los lugares que ya conocemos, aunque hemos hecho una escala en la pequeña islita Sandy Cay en cuya costa sur tiene una playa de ensueño y más tarde, fondeados tres días en la isla Peter, hasta el día de la partida, que nuestras amigas tienen ganas de disfrutar, sin moverse, de las doradas arenas de las playas, que tiene esta isla.

Una vez solos, entramos de nuevo en la marina de Virgin Gorda para hacer una limpieza general del barco y tramitar en aduanas el despacho de salida hacia San Martin. Lo hacemos con el Cap's III, que han navegado estos días muy cerca nuestro, aunque cada uno hagamos la travesía a nuestro aire, para juntarnos en Simson Bay al día siguiente.
Como digo al principio de la crónica, ha merecido la pena visitar las Vírgenes, pero no creo que regrese en mucho tiempo, no me compensan ciertas incomodidades burocráticas y económicas.
Capítulo a parte ha sido el tripulante Rufino. Tenía mis temores de tener problemas con sanidad, ya que bien es sabido que en países de órbita anglosajona, son muy restrictivos a la entrada de animalillos extranjeros. Pues bien, ninguna traba, en ningún momento ha preguntado nadie si llevamos animales a bordo y en ninguna de las oficinas por las que hemos pasado, hemos leído referencia alguna a la importación de mascotas.


Una imagen de las idas y venidas por las islas


El Bahía las Islas navegando por el paraíso


Sandy Cay es uno de los lugares más cercanos al paraíso de lo que alguien pueda imaginar


Existen paraísos hasta para los "perros"


Koala descubriendo nuevas fronteras, por encima y por debajo de la superficie marina


Rufino se encuentra en la gloria


Prácticamente todos los días hay algo que celebrar, esta vez en el Cap's III


En Sound Gorda disfrutamos de unos días fenomenales


Más celebraciones, la barbacoa que nos montamos en la playa, ¡espectacular! a pesar de los mosquitos


No es más que para dar un poco de envidia, en Savanna,

Otro día más y mejor
Salud