Re: Averías por las que no queda más remedio que sumergirse en el agua
En una ocasión camino de mallorca de noche , habiendo avistado por proa a lo lejos como arbolillos de navidad paseantes, nos cayo encima una tormenta agostina que nos llenó la bañera de granizo y anuló la visibilidad. Metidos en la tarea de reducir y vaciar bañera, pues repentinamente el viento paso de 12' a 35', no nos dimos cuenta de nada, pero... al dia siguiente, ya en plena encalmada, viendo que el motor no podia con su alma y echaba humo negro, nos calzamos lentes y patos y fuimos abajo a echar un vistazo. ¡Coño!, 15 metros de cabo y red llevábamos arrastrando y la hélice estaba hecha un boñigo totalmente liada.
Pues nada, cuchillo y a cortar y felices de no haber arrancado la helice.
Estas cosas son frecuentes si no 15 mts de red, con plasticos y sedales y cabos de muerto, que es lo más socorrido.
Ir a inspeccionar por donde ha de maniobrar el barco para que se pueda sacar el ancla jodidamente liada. Ayudar a los yayetes británicos en estos en estos menesteres sin caer en la cuenta que uno mismo ya es un yayete y que ya no toca presumir de muchachote, etc...
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