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#26
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Continuando el razonamiento de mi amigo SUMEKE,..... además, al final terminamos esclavizados de la alta tecnologia......Primero por comodidad nos atrofian los sentidos, nos merman destreza, capacidad de analisis.
Se ve incluso circulando, como hay personas que llevan el navegador frente al volante, mas parecen que estan navegando por una carretera virtual que real. Es de todos conocidos que cuando " te acostumbras" a circular con un Tom Tom terminas perdiendote cuando no lo llevas.... Al final logran que la buena gente no sepa vivir sin sus aparatitos...aparatos que cuando se estropean no podemos reparar, o simplemente no se pueden desmontar o son inaccesibles...en muchos casos están fabricado solo para que duren funcionando no toda la vida...y eso en medio de un oceano es muy muy delicado.... En cierta forma muchos artilugios precindibles logran hacernos "dependientes" de grupos empresariales que logran infiltrarse en nuestras vidas con la promesa de hacernosla mas llevadera con la oculta estrategia de hacernos unos consumidores fidelizados. Los aparatos y avances técnologicos no son ni bueno ni malos, pueden sernos utiles si el uso que le damos es correcto, y para ello es fundamental que no "destrulla" nuestras capacidades; si esto no es así, no conseguiremos mas libertad y felicidad con su uso. Coincido con el Cofrade Prometeo en que debemos prescindir de lo superfluo, o al menos ser concientes de que es fundamental y que cosas no lo son; y en todo caso ser capaces de llevar el barco a puerto si fallan los aparatos. No abogo por cerrarse a los avances y al progreso, lo que si abogo es el que estos no nos esclavicen. ![]() ![]() LORDRAKE ![]()
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El GRAN AZUL |
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WONDERER (24-10-2010) | ||
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#27
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Eso me recuerda cuando se averió el radar del LPG/C Northern Arrow, que iban a mandar tecnicos de Texas y lo arreglo mi padre con el soldador y subiendose a nosedonde.
Toda la tripulacion Española, menos un Egipcio al que tiró el oficial de guardia por la borda por fumar en cubierta ... (en puerto) ![]() Hace (j.....der ) 29 años. El final de una era, una casta y un "mundo" ![]() Un abrazo a todos
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“There is never a 'right' time to sail across the Atlantic alone. There is only 'now' or 'never'.” .... el infierno puede ser divertido.... .... si estás con la diablesa correcta .... NO ESTES TRISTE. TEN GANAS¡¡¡ ![]() |
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#28
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Me parece a mi, que con pequeñas matizaciones estamos todos de acuerdo , Prometeus, Sumeke, Lordrake y yo.
Tener un buen barco, conocerlo muy bien, saber navegar y tener suficiente experiencia con el mar. Eso es lo FUNDAMENTAL. Luego que cada cual le ponga los aparatitos que considere oportuno, pero creo que estos deben de ser solo los justos y necesarios. Yo veo un error navegar mirando tanto la pantalla de un ordenata o de un ploter, que te olvides de leer los roles de viento en el mar, trimar velas con los catavientos y un gripolon o simplemente de disfrutar del contacto con el viento y el mar. Ron añejo para todos ![]()
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"No tengo talentos especiales, solo soy apasionadamente curioso" Albert Einstein . El Piloto patrón de la Raya Azul MMSI 224325480 Editado por El Piloto en 22-10-2010 a las 01:02. |
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#29
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Creo que, en el fondo, todos estamos de acuerdo ... la electrónica, la técnica, la sofisticación ... no son más que ayudas que no sustituyen lo importante, saber navegar.
![]() ![]() salud!!!! |
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#30
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he intentado poner un esquema de la probabilidad de averías de un equipo tradicional y la de uno controlado por un chip, pero me fue imposible
En el primer caso, las averias son frecuentes en el periodo de rodaje, despues sufren un período de estabilidad y vuelven a aumentar a final de la vida útil del equipo. Uno electrónico es plano, pero se cae rependinamente, no nos avisa de forma previa. Tengo algún ejemplo tambien contundente sobre los equipos viejos y los actuales. Poseo dos furgonetas del mismo modelo y fabricante. Una dobla en edad a la otra. La vieja me ha dejado tirado menos veces que la nueva y las avería siempre fueron menos costosas. La última a punto estuvo de costar la vida de mi hijo. Se le apagó repentinamente el motor en un adelantamiento en autopísta. La causa fue un chip. Le pregunté al distribuidor que me las vendió y me confesó que esta experiencia es cada día mas evidente: No siempre se innova para mejorar prestaciones, sino que se hace para abaratar costes. El resultado es que por un lado, manifestamos una preocupación enorme para con la seguridad y por otro, la estamos poniendo en cuestión. |
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#31
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Apreciados señores cofrades.
Me veo obligado a justificar el tratamiento poco elegante que uso en este foro. Otros dirán que es empalagoso o excesivamente elegante... ¿como puede decirse justo lo contrario? Pues bien, la elegancia es saber integrarse en el contexto. Si nos ponemos una bleiser de botones dorados y una gorra de plato, cuando todo el mundo luce una cazadora de trabajo, no actuamos de forma elegante sino petulante. Por eso comprendo el comentario del señor que lo critica. Lo asumo y procedo a dar una pequeña explicación. Si algunos han tenido la paciencia de leer alguno de mis comentarios, inmediatamente se dará cuenta una cierta querencia por la historia. A lo largo de una etapa de mi vida, me dedique de forma altruista (me costó dinero, nunca percibí apoyo alguno), a la reivindicación de los navegantes de la antigüedad. Me parecía fundamental que se conocieran a los que estuvieron dos siglos antes, en los lugares que ahora eran renombrados por la historiografía oficial. Esa encomienda me la hago navegando en un mercante, cuando la Marina Mercante Española, estaba dando sus últimas bocanadas, cuando me parecía atisbar el fin de un ciclo, del fin de una casta que no tiene parangón en la historia y -que con permiso de mi valedor LordDrake,- el mismo navegante inglés quiso reconocer ya de sus coetáneos. Por aquella época, revisé cientos de legajos, conocimientos de embarque, crónicas. Nunca fui un investigador, ni un marino importante, simplemente quería hacerme con todas las referencias posibles sobre la gesta que pretendía dar a conocer al tiempo que seguía la estela de aquellas pretéritas descubiertas. Al final sin pretenderlo incluso alcancé algún reconocimiento que no pretendía para mi, sino para los que eran objeto de mis esfuerzos. Entre otras cosas, me admiré de la precisión de las descripciones, la cortesía con la que se referían a sus superiores y colegas y comprendí que un marino es siempre un embajador del pabellón que enarbola. Los adelantados, del siglo XVI poseían grandes potestades, que eran siempre por orden del l Rey, que les dejaba un amplio campo de interpretación de las leyes a aplicar, pero siempre bajo una potestad delegada.este es un asunto que todavía se refleja en nuestra actual legislación. pero ese es otro tema que no debo de tratar aquí. El caso es que sin pretenderlo, me quise hacer la impresión de que los marinos, no solo debemos estar atentos a los avances tecnológicos, sino a las tradiciones, que no solo deben ser respetuosos para los demás, sino para lo que representan y aunque fue un humilde seguidor de Moetisier y toda la escuela de transmundistas que dejó como estela. Viajando por tierras lejanas, aprendí que si ordenaba mi embarcación, si me aseaba y cuidaba mi aspecto, no solo se arreglaban antes los papeles, sino que yo mismo me encontraba más motivado y orgulloso. Esto no es un invento del que escribe, sino que con admiración veía compañeros de pantalán extranjeros, que al saltar a tierra se trasformaban, vestían sus mejores galas, sacaban sus copas de cristal y se dirigían a la gente con cortesía y educación. Mientras que nosotros gritamos, muchos ni se cambian supongo que era porque una ropa ajada y trasteada indica que son protagonistas de gestas sin par. nuestro pabellón -por desgracia- en muchos casos era portado por bocazas, que como los adolescentes presumen precisamente de lo que no tienen y les reconozco que sentí un poco de vergüenza ajena. Hemos sido un país que ha recuperado la libertad recientemente. En una actitud reactiva nos hemos pasado dos pueblos y si el riesgo de popularizar en exceso las cosas, las lleva a la vulgaridad, no quisiera que también esto ocurriera en nuestra actividad a la que tanto respeto y amo. Nunca he querido pertenecer a un club náutico. No me confundan con aquellos que quiero mantener esto en una élite de elegidos. La única vez que accedí a meterme en un club, fue porque me hicieron socio de honor, pero al final acabamos en el juzgado. Lo peor de nuestra actividad, es que para encontrar la libertad que te da el mar, tienes que pasar antes por el puerto. Mis camaradas y compañeros de tripulación fueron jubilados del mar, me otorgo el mérito de enseñarles a tener otra visión distinta al combate cotidiano para sacarse el sustento. No creí nunca en los bucólicos estados pastoriles, pensando que nuestros marineros o pescadores son unos héroes que debemos elevar a los altares. Son personas luchadoras que trabajan en un medio hostil, pero la mayoría no quieren su profesión para sus hijos, porque ellos, a diferencia de nosotros luchan todos los días para arrancar al mar su sustento. Sin embargo, mi mayor honra es que los viejos que navegaron todos los mares, que pasaron los mayores temporales, me aceptaron como su patrón, incluso alguno me llamó padre a pesar de que me doblaba en edad. Era su manera sencilla de decir que me confiaban su vida, que a partir de aquel momento me seguía a donde yo tuviera a bien determinar. Esa confianza depositada, es la mayor honra que he sacado del mar, por encima de otras condecoraciones. Aquellos viejos también me enseñaron el respeto, que no solo es en un sentido sino en las dos partes. Siempre los respeté y por eso me respetaron. No quiero extenderme más, porque creo que estoy divagando, pero finalmente les confieso que este tratamiento era un poco en tono sarcástico. La broma era poner en evidencia que lo que debía ser, se convierte en excepcional. La ciencia avanza que es una barbaridad diría mi abuelo si cuando me enseñó a usar un tratamiento respetuoso con personas que no conocía sabe de los medios que por ejemplo ahora estamos usando. En cualquier caso, acepto que el raro en este caso soy yo y no tengo ningún impedimento en solicitar disculpas por ello. Sin ninguna acritud les remito un afectuoso saludo. |
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#32
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Dejando la metafísica y bajando a lo terrenal, efectivamente el apoyo técnico es bueno tomado con moderación.
El problema de tu hijo lo hemos pasado muchos (es relativamente frecuente) y, contando en números gordos, pasa porque al chip le dicen que lo primero es proteger la vida del motor y luego preocuparse de otras cosas (tan nimias como la de los ocupantes del coche) Otras veces el problema no está en los costes (directamente, en el fondo también) sino en la necesidad de acortar plazos. Hoy en día buena parte de la labor de desarrollo de producto la hacemos (y sufrimos) directamente los clientes. Los culpables de esto fueron los japoneses ![]() |
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Prometeo (22-10-2010) | ||
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#33
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... en mi familia (pasó por las manos de mis padres, mías y de mis hermanos) tuvimos durante muchos años un VW Jetta (un "Golf con culo", para entendernos). El coche era del año 82, con motor diesel, inyección mecánica y acabados básicos (en aquella época, Volswagen era una maca muy espartana en equipamiento. Con lo cual, podéis imaginar lo que tenía un coche con acabado "C"... ¡nada en absoluto!).
Bueno, pues tuvimos el coche durante más de 25.000 kilómetros, sin ninguna avería importante. Evidentemente, cosas como que se estropeara el elevalunas eléctrico o el cierre centralizado no podían ocurrir... porque no tenía. Cuando finalmente fue carne de Plan Renove (para que mi hermano pequeño pudiera comprarse un Honda nuevecito), tenía 350.000 kilómetros, y arrancaba a la primera después de pasarse una semana parado a la intemperie en un invierno nevado. Y la última ITV, la pasó con "0" defectos. Mis conclusiones: 1) Lo que no tiene el barco (o el coche) no puede estropearse. 2) Cuanta menos electrónica en el motor, mejor. |
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#34
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interesante y reflexivo hilo, sin duda.
permíteme prometeo meter la pluma en el, aun a riesgo de no estar al nivel requerido, que a juzgar por las intervenciones, es alto y cualificado. el progreso contra la sencillez, amplio y apasionado tema de debate, personalmente, vaya por delante, me decanto por la romántica idea de que un patrón con su velero debe ser independiente de toda fuente de energía. A menudo todos nos dejamos llevar, yo el primero, y asimilamos la navegación al modo habitual en que navegamos, esto es, navegación de cabotaje, con la costa a la vista y una gran cantidad de puntos posibles de recalada que nos solucionarían los problemas en caso de aparecer estos. Pero la navegación es algo más, en las travesías oceánicas las cosas no son así, y ahí ya si que las cosas cambian, una avería irreparable, puede tener consecuencias insospechadas, de ahí la necesidad de independencia, de ahí la afirmación expresada por otros ilustres cofrades, el buen marino tiene que ser carpintero, fontanero, electricista..... y además marino. Creo que por este motivo, no se debe caer en la comparación de los nuevos y tecnológicos vehículos terrestres contra un barco, un barco no es un coche, un barco es otra cosa, por diferenciar, algunos podrían llegar a afirmar que un barco tiene alma..., sin entrar en radicalismos, parece lógico que la rotura de un complicado mecanismo electrónico en el Km 234 de la carretera deseada es un mal menor, siempre vendrá a por ti la ayuda en carretera, pero la rotura de un GPS a 500 millas del puerto amigo más cercano, puede tener consecuencias irreparables, si no se dispone de los conocimientos apropiados. Alguien entrará en la sencilla y recurrente reflexión de que para eso llevo 3 GPS, si se rompe uno, me quedan dos, pues no es válido, el sistema puede fallar de forma global. No es muy común que los tramundista se adentren en los oceanos sin un equipo de viento mecánico, y el electrónico va de respeto, al menos los responsables, su vida depende de ello, sobre todo si son navegantes solitarios. Dicho esto, tambien convine manifestar que hay ciertos equipos electrónicos que son indispensables, BLU, RLS, y un largo etcetera, que no vienen al caso, entre otras cosas por que la seguridad añadida que ofrecen es impagable en caso de necesidad. Otrosi digo.... que si se puede navegar sin tecnología, solo con el agua y con el viento, y un cascarón con velas recorriendo al mismo tiempo los dos fluidos, se puede decir que se es un gran marino, aunque....., ¿quien no ha pecado y en un momento de fatiga ha encendido el piloto o se ha pegado una cabezadita con el radar encendido?, el que esté libre de culpa, que lance la primera piedra.... gracias por el hilo prometeo, que no decaiga....
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"With repetition come good habits, with good habits comes good seamanship, with good seamanship comes security, and with security comes enjoyment". |
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#35
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Cita:
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"With repetition come good habits, with good habits comes good seamanship, with good seamanship comes security, and with security comes enjoyment". |
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Prometeo (22-10-2010) | ||
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#36
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Hasta ahora me siento muy bien tratado en esta taberna virtual, si acaso la persona que tiene que disculpase soy yo. . Mi juego ya lo expliqué. Mientras no desvelé mi objetivo, me merezco el bochorno provocado por la sinceridad de quien - con los datos que tenía- no decía otra cosa que no fuera verdad. En cualquier caso, agradezco a aquellos que al pensar que había sido ofendido, también se sintieron ellos incomodados. De todas formas creo que el asunto no tiene mayor importancia, vuelvo solo para aclarar que no hay ningún resquemor.
Y con relación a las tradiciones: No quisiera transmitir una impresión equivocada con la reivindicación de lo clásico, del respeto a las tradiciones. Insisto en que nunca fui devoto de los club náuticos y en general de los actos sociales. Postulo la corrección la fidelidad a la tradición, pero nunca he usado ropa de protocolo de mayor ceremonia que el atuendo deportivo discreto y aseado, si acaso en he usado una gorra que me daba un cierto porte oficial y creo que me ha ayudado a arreglar el papeleo oficial en algún país bananero. Sin embargo, en todos los órdenes de la vida, he procurado tratar a la gente con mucho respeto. Si puedo me gusta abarloar a los pesqueros donde suelo encontrar buena conversación e incluso diversión. Agradecen el respeto y con frecuencia me he llevado una buena pieza de pescado a cambio de un chupito o un café Si puedo prefiero fondear y uso el pantalán lo menos posible. He navegado mucho en solitario, porque cuando llevas tripulación, no pueden entender que seas feliz fondeado en una cala sin desear bajar a tierra si tienes lo imprescindible. Por eso no quiero que se me confunda con quien gusta de honores y homenajes. Solo pretendo – y no para mí- sino para todos, promover el orgullo y la autoestima de sentirse merecedor de ser considerado camarada marinero que no tiene nada que ver con tener el mejor barco del pantalán o un cargo en la directiva de un club. El hombre de mar, es un estoico. Debe estar preparado para lo que le depare cada bordo, cada cabo, cada nuevo amanecer, incluso el naufragio debe ser mansamente aceptado. Por eso, porque esta preparado para todo, es un tipo orgulloso, muy difícil de ser doblegado. Sin embargo sabe muy bien, que donde manda Patrón no manda marinero y así este personaje independiente y osado, es el que mejor comprende la necesaria, organización que conlleva la autoridad ganada que no otorgada. Por eso dicen: te respetamos, pero respétanos también a nosotros, porque nos jugamos la vida como tu. Y en esa base, esa interpretación que a mi se me antoja se expresa en el estoicismo que se convierte en una escuela de líderes al inculcar a un tiempo en el espíritu del marinero, el respeto y la humildad sin prescindir de la dignidad y el orgulloso. |
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#37
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Salud y saludos a todos
Intentemos imaginar a un marino de los años en que los vapores comenzaban a aparecer por los puertos: seguramente despotricaría contra esos armatostes, falibles, ruidosos, sucios... alabando a un tiempo las bondades de un velero puro, con sus velas de algodón, su silencio, su pureza...la posibilidad de reparar y enmendar y remendar lo que fuere necesario, sin depender de un motor endiablado y técnicamente irreparable en alta mar, dada su complejidad y (avant la lettre) su "tecnología".Años después podemos imaginar a un marino de los años en los que los vapores estaban consolidados, discutiendo sobre las bondades del vapor frente a los más modernos motores de gasolina, puesto que aquéllos utilizan cabón, madera... combustibles faciles de encontrar en cualquier puerto y lugar, no así el gasoil, que sólo los modernos puertos de los modernos paises que tienen modernas refinerías pueden suministrarnos. Además, un vapor tiene una mecánica simple y fiable, al contrario que esos modernos motores con esa (avant la lettre) "tecnología" complicada de dinamos, condensadores, bujías, platinos y carburadores... que si te rompen en mitad de la mar estás totalmente en manos del Altísimo.. Años más tarde ese marino nos recuerda el fácil mantenimiento de los motores diesel de hace unos años, de su robustez, de su romántico traqueteo... frente a los modernos intraborda, de reducido peso, de altísima "tecnología" (primitiva a la vuelta de un par de lustros), con chips, centralitas, inyectores de última generación, culata de aluminio... que si se te "jode" lejos del puerto lo tienes crudo para ponerlo a funcionar de nuevo... Imaginemos estas mismas situaciones hablando de las bondades del astrolabio frente al sextante, de las cartas de papel frente a los cartuchos de mapas, del caldero de toda la vida frente al wc de bombeo, de las velas de dacron frente a las laminadas... de la quilla corrida frente a la orza de bulbo en plomo,... ![]() ¿Se trata en realidad de una diferencicación objetiva e indiscutible sobre lo que nos hace dependientes o independientes al navegar, o de una posición subjetiva frente a los recursos tecnológicos a nuestro alcance en cada momento, que, por una parte nos restan independencia , al menos aparentemente, pero por otra nos dan seguridad , al menos aparentemente? ¿ Navegamos buscando satisfacer un estado de ánimo anhelado, una suerte de relación con el mundo en la que debemos sentirnos relativamente autosuficientes, de modo que los recursos que usemos para ello se nos presenten como no-excesivos, como (subjetivamente) simples, emancipantes, ... (un gps de bolsillo puede plantearse como algo muy poco tecnológico o como algo que lo es en grado sumo)...? ![]() La emancipación al navegar puede que sea un estado de ánimo que se siente cuando uno cree que navega sin necesidad de servirse de todos los recursos tecnológicos que en ese momento están a su disposición. Pero que nada tiene que ver en realidad con la "tecnología" que de hecho se emplee al navegar. Tiene que ver, quizás, con un acercamiento romántico a esta actividad. El espíritu romántico no pretende comprender el mundo. Intenta sentirlo intensa y apasionadamente. ![]() |
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#38
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Mi estimado Prometeo, has abierto un hilo interesantísimo, y lo vas enriqueciendo cada vez mas con tus intervenciones, y a su vez ampliándolo con una serie de reflexiones, perfectamente razonadas. Pero que evidentemente son tuyas. Vividas por ti. Con lo que les ha dado una orientación muy personal.
Gesto valiente del que no tienes porque disculparte. Así como, en tus anteriores postulados he estado muy de acuerdo con casi todo lo que manifiestas. Hay, en las ultimas, una serie de aseveraciones, que me voy a permitir, no discrepar, pero si matizar. También de una forma muy personal. En lo que se refiere al respeto, la tradición y el honor. Esta claro, que por lo que se deriva de nuestros escritos. Los dos hemos sido gente de mar, y hemos trabajado en ella. Pero desde estamentos distintos. Te voy a comentar como lo he vivido yo, desde un ámbito marino, bastante mas jerarquizado que el tuyo. El respeto, es algo que debe de ser intrínseco al ser humano, pero en ciertos contextos, se exacerbara, mucho más. Nos enseñan y nos obligan, a llevarlo a la práctica, esto lo asumes, y luego te das cuenta que es imprescindible para que la maquinaria funcione. y sera mucho mas eficiente, si lo acrecentamos, con un respeto ganado, más que impuesto. En situaciones limites, cosa frecuente en la mar, no se cuestionará el liderazgo. Pero en caso de que fuera puesto en entre dicho alguna decisión, hay que ser conscientes, que tanto en el vida laboral como en la lúdica, debe haber alguien que en ultima instancia, decida, por su preparación que normalmente va unida a su rango, que se debe hacer. Por supuesto, si además ese alguien es respetado por su buen hacer, es mucho mejor. La tradición es un habito establecido, una serie de costumbres de derivan en normas, doctrinas y a veces en leyes. Deben existir y ser tomadas así, de forma costumbrista más que obligado cumplimiento, y aun siendo preceptivas, han de ser relajadas y joviales. Pongo por ejemplo el habitual tentempié, que se toma a mediodía a bordo de algún tipo barcos. La meridiana. Es más un acto social que laboral. Pero del todo recomendable para el buen funcionamiento. Pueden parecer pintorescas para unos o anacrónicas para otros, sin duda, sobre todo para los que, sabiendo de la mar, no la sienten como nosotros. Porque sus bases, a su formación, su concepto náutico, aun siendo perfectamente valido, le falta este pequeño toque de romanticismo. Ese honrar a nuestros antecesores. Ese homenaje al como lo hacían antes. Porque hemos de pensar que si hemos llegado hasta aquí, ha sido porque han habido otros, y ellos merecen toda la nuestra consideración. Desde luego a mi entender, las tradiciones, no son una perdida de tiempo. El honor es la cualidad moral de la persona que obedece a los estímulos de su propia estimación. Una definición un tanto filosófica, que se diluye y decanta, en función de dos conceptos. Que le sirve de estimulo y como establezca su tabla de valores, cada cual. Algo fundamental para ser considerado, es comportarse conforme a lo que se dice. Si como comentas, has vivido situaciones en las que algunos no se han comportado honorablemente, en representación de su país, entiendo que te haya molestado, a mi también. Pero yo lo concibo mas como una falta de educación o de respeto, y este tipo de gente evidentemente, serán muy poco considerados por los demás. Ahora su honor, por el mero hecho de no ser, a tu parecer, patrio, no se debe cuestionar, quizá lo viven de otra manera. De acuerdo…. un poco desafortunado, cara a la galería. Y quizá también, cuando se vean estimulados por situaciones que menoscaben o agradan lo que consideran sus valores, se conviertan en los mas aguerrido defensores, de lo que anteriormente han denostado. Estoy plenamente convencido, que la honorabilidad, no va unida a los reconocimientos de otros, sino de uno mismo. Sinceramente vuestro. ![]()
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Soy cantor, soy embustero, me gusta el juego y el vino, tengo alma de marinero. Qué le voy a hacer, si yo nací en el mediterráneo. "A veces es mejor callar y parecer tonto, que hablar y despejar todas las dudas". Groucho M. Editado por sumeke en 23-10-2010 a las 02:11. |
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#39
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Señor Hopetos, tiene usted toda la razón. A lo largo de sucesivas entradas hemos derivando la discusión que en efecto no tiene que ver con los avances tecnológicos sino de una actitud mental –como usted precisa perfectamente-.
Sin hablar de electrónica, motores y demás adminículos serviría aquella expresión de que no es mar rico quien mas tiene, sino quien menos necesita, para explicar de igual modo la intención de mi argumento. Por eso creo que usted lo ha centrado muy bien. Aprovecho para abordar una cuestión terminológica al asociar esta actitud al romanticismo que me sirve para conectar con la intervención del señor Sumeke, a quien tengo que expresar mi agradecimiento por el esfuerzo de cuidar con tanto esmero la explicación de cada concepto. Destaco especialmente alguno como el respeto a los que nos precedieron, a este nuestro mundo que se constituye por los que somos, los que serán y los que fueron, de ahí -que a mi entender- sea fundamental cuidar esa cadena que hace de argamasa y conecta los tres mundos. Esa vinculación o enlace, pienso que es la tradición, por eso no puedo menos que alabar su manera de expresarlo, apreciando especialmente cuando ha evocado esos pequeños ritos que componen la vida cotidiana de un marino. Y si me permiten una precisión sobre la acepción popular del concepto de romanticismo, -que tan profusamente se ha usado en intervenciones anteriores- . Me parece a mi que no describe adecuadamente la situación a la que hemos llegado después de todas las contribuciones a este debate. En algún momento, relaté que no hay nada de romántico en el combate diario de los profesionales con el mar para ganarse su sustento. Así lo vemos los que ahora especulamos desde el abrigo de una buena rada o el confortable salón de casa. Por eso son escasos los que quieren esta profesión para sus descendientes. Intentando no influir en la decisión de mi único hijo, ahora mismo esta estudiando máquinas y a pesar de que hoy podría ofrecerle alguna otra alternativa en tierra, el prefiere navegar durante una etapa de su vida . Empezó a navegar a los dos meses y compartió conmigo -todavía muy niño muchas navegaciones, donde conoció la vida de otros niños del tercer mundo, con pocos recuros pero mas felices que nos nuesttros., incluso barajamos en nuestra familia, la posibilidad de vivir todos del mar, explotando un velero de charter como si fuera un hotelito francés. Cuando tienes que someterte a los capricos de los clientes, cuando te cansas de hacer transporte, siempre fuera de temporada y cuesta arriba, no queda mucho espacio para el romanticismo y por eso un día decidí ganarme la vida en tierra a fin de comprar tiempo para dedicarlo a navegar. Puede alcanzar una cierta estabilidad económica para mi familia, pero el tiempo en vez de ganarlo, se llenó de responsabilidades y compromisos. Pero ese es otro dilema que ahora mismo no viene al caso. El ssunto es que el romanticismo supone un movimiento de ruptura frente a la ilustración. Ensalza lo patrio, el amor por la naturaleza, la amistad y el amor, pero rechaza el pasado al que asocia con lo caduco, con lo que por obsoleto, hay que eliminar. Como tendencia ha sido bastante negativa en las artes, al despreciar la tradición y las escuelas precedentes. El carácter revolucionario del romanticismo sin embargo contiene un mensaje interesante en lo que se refiere a la relativización del poder humano. Cuando retratan una pareja de novios delante de las ruinas de un castillo o un monasterio retomados por la naturaleza, poblados por la madreselva, quieren expresar que por encima de toda obra humana triunfa la naturaleza, la amistad y el amor. Solo en este sentido podría usarse, teniendo en cuenta que la imagen de la ruina evoca a la caducidad de lo pasado y no al advenír, como popularmente ahora lo entendemos por ser justo lo contrario de lo que habitualmente queremos expresar. Gracias a todos por sus aportaciones y paciencia. |
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#40
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Sin embargo, el romántico toma esa conciencia de caducidad como base desde la que situarse frente al mundo, es decir, como nuevo punto de partida. Pero su actitud posterior no es meramente contemplativa, es una actitud que, consciente de lo efímero del existir, de lo agónico de la obra humana, se situa frente al mundo, a la Naturaleza,con la única intención de sentirla intensamente, de vivir cada momento, sin buscar un sentido, una racionalidad última a sus actos, a sus obras. El romanticismo no rechaza propiamente el pasado, creo yo. Rechaza en todo caso puntos de vista y acciones que se dieron en él.
Es en este sentido, y siempre refiriéndome a la navegación por placer , al que yo aludía anteriormente: no es que navegar sea siempre algo cómodo, cálido, descansado... navegar emancipadamente entiendo que pretende significar enfrentarse a la mar buscando hallar en esa relación un sentimiento profundo, hondo, (que nada tiene que ver con escenas mal llamadas "románticas") , atemporal, un instante de "eternidad", y una relación con ella (la mar, la naturaleza) de modo que todo intermediario me resulta superfluo, prescindible, como a un montañero un funicular o a un aficionado a la cocina le sobran los platos precocinados. Pero no le sobran los cuchillos, una buena tabla, perolas, fogones... ni nada que él entienda que le permite "dialogar" con su afición, aquello que él estime que le ayuda, aunque le hace dependiente en cierta medida, pero que le permite sentir eso que pretende sentir. No encuentro ahora uno versos de Borjes, para reproducirlos con exactitud, así que mi mala memoria ...:El pasado pasó elfuturo es incierto. Sólo el presente existe, y es eterno. Otro cielo no esperes, ni otro infierno. |
| Los siguientes cofrades agradecieron este mensaje a Hopetos | ||
Prometeo (23-10-2010) | ||
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#41
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Inestimable -señor Hopeto- su aclaración. tanto que resulta difícil añadir algo interesante.
Si acaso, aprovecho para traer aqui un mito que como el mismo Prometeo fueron usados por el romanticismo. Prometeo –que tomé para mi velero y mi nick- expresa la emancipación humana frente a los dioses que simbolizan la superstición o lo antiguo. El otro mito, nos toca de alguna manera a nosotros: Adamastor, la figura que usa Camoens para expresar los monstruos de la mente que turban el sentido de los marineros. El gigante fulminado por Zeus se convierte en promontorio, en la roca basáltica que compone el Cabo de las tormentas aterrorizando a los navegantes, hundiendo sus naos. El autor de Los Lusiadas, le adjudica una flaqueza al gigante, un amor imposible, mostrando que hasta el más poderoso se doblega ante el poder infinito de la pasión. Su incorporación del “Carpe diem” (concepto que dio nombre a muchos veleros), me parece también muy apropiada. Sirve para discernir entre aquellos que disfrutan de una aventura, frente a los que solo se deleitan en contarla. Los primeros viven el presente, mejor dicho viven realmente, mientras que los otros son reactivos, pues necesitan un público para encontrar satisfacción. Todas las intervenciones han sido muy oportunas y razonadas, nunca se ha criticado lo útil, sino lo superfluo, aunque es evidente que este es un concepto subjetivo. Me parece a mí sin embargo, que lo mismo que los antiguos creían en Adamastor como figura que encarnaba el terror que le generaba la incertidumbre de un mar tormentoso o se postraban en acto de fe al ver el fuego de San Telmo, hoy hemos creado nuevos mitos. Son aquellos que generan la falsa impresión de que al poseer tal o cual avance o artilugio, se elimina la incertidumbre y el miedo. Unos y otros. Monstruos o ángeles de la guarda, se ponen fuera de la acción de los hombres, desprecian a los mismos al renunciar a sus potencialidades y lo alejan de la emancipación y la libertad. |
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#42
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Parece que se han abierto muchas líneas de reflexión en este hilo.
Soy exmarino mercante, y en aquellos años en los que yo era más joven que mis ropas tuve tiempo de pensar en las razones por las que existían las tradiciones típicas de los barcos. La conclusión a la que llegué es que todo aquel rígido sistema de formas iba encaminado a no asalvajarse; a conservar la "humanidad". A menudo la comida era una porquería, pero usábamos todos los cubiertos y la cristalería que hubiesen colocado en un hotel de lujo, y a nadie se le hubiera ocurrido pelar una fruta con las manos. Tenía su encanto, pero sobre todo tenía un sentido: comerse aquella bazofia sobre mantel de hule hubiera sido muy deprimente. Lo mismo podría decirse de la imagen de los oficiales y del Capitán. Al viejo lo tratábamos todos de Don, tuviera la edad que tuviese, y de Don trataban los subalternos a todos los oficiales, aunque tuviesen acné juvenil. También esto tenía un sentido, porque muy a menudo nuestros barcos salían al mando de un muchacho de 30 años, o menos, con unos oficiales más jóvenes aún, y se largaban a viajes que duraban seis meses fácilmente con períodos de desconexión del mundo que duraban semanas. Las tripulaciones eran muy numerosas, las condiciones muy duras (ya he hablado de la comida) y todo lo que ayudase a mantener el orden y la efectividad del trabajo era imprescindible. Solíamos ir bien vestidos y en muchas navieras era obligatorio el uniforme aún en los barcos de carga y , sobre todo, al llegar a puerto. Está claro que a la hora de dirigir a cuatro o cinco manos de estibadores al mismo tiempo, procurando que aprovecharan el espacio de las bodegas al máximo y que no robasen demasiado, toda apariencia de "autoridad" era bienvenida. También, los cargadores y aseguradores dormían mejor y pagaban con más diligencia el flete si la gente a la que le habían encomendado sus mercancías tenía un aspecto disciplinado y un poco "militar". Recuerdo a un compañero que decía que si existían los galones en la marina era porque resultaba imprescindible señalizar a los gilipollas, ya que de otro modo nadie podría imaginarse que ellos eran los que estaban al mando. Y creo que el esfuerzo de mi generación fue mucho en esa dirección. Había que intentar llegar a ser el capitán aunque se estuviera en pelotas dentro de un burdel incendiado. Muchos consideramos que el tratamiento era, muchas veces, una barricada que servía a dos trincheras y que propiciaba a los vagos y los emboscados. Había que dejarse de cuberterías y cristalerías y exigir que la gente comiese bien. Dejarse de dones y de señores y hacer que la gente trabajase de forma efectiva y segura. Nos pagaban por llegar a tiempo y con pocas averías, no por ser guapos. Puede que algunas cosas cambiasen porque cambiaron los tiempos y la tecnología. Poco a poco los maquinistas fueron disponiendo de cuartos de control con aire acondicionado, los marineros dejaron de dormir en sollados y pasaron a tener sus camarotes, los contenedores hicieron que el trato con los estibadores fuese muy tangencial y los propietarios de la mercancía dejaron de saber en qué barco iba ésta a cruzar la mar. Cambiaron las condiciones y los tiempos, y en consecuencia los uniformes, los tratamientos y muchos de los rituales quedaron fuera de su tiempo. Quedaron anacrónicos. En cuanto a los honores patrios, qué puedo decir. Cualquiera que, yendo embarcado en un candray español, ganando un sueldo español y con la Ley Penal y Disciplinaria de la Marina Mercante en vigor, haya compartido muelle con barcos alemanes, franceses, ingleses, italianos o en general cualquier cosa menos griegos (pobre gente) creo que desarrolla la tendencia a pensar que las banderas son de tela y a cada cual le toca la que le toca, como el ser alto o tener el pelo negro. Uno sólo puede sentirse legítimamente orgulloso de aquello en cuya creación ha participado. Si yo estuve mis mejores años apartando agua y subiendo o bajando olas, creo que lo hice por mi futuro y por mi familia. No creo haber hecho nada por mi bandera ni que ella haya hecho por mí nada que no hubiera hecho cualquier otra a cambio de mi trabajo. En este sentido coincido mucho con Theodor Heuss, primer presidente de la República Federal de Alemania, que cuando le preguntaron con insistemcia si amaba a Alemania contenstó que amar, amaba a su mujer. Pero supongo que esto es independiente de que yo haya sido marino o relojero. Es sólo mi sentir. A veces miro las fotografías, no muchas, que tengo de aquella época y me encanta ver lo guapos que estábamos todos. Recuerdo el ambiente de la cámara de oficiales de algún barco de hace casi 40 años, aquellos uniformes de lana gruesa que olían a rayos, y me enternece nuestra lucha por mantener la dignidad y la elegancia. Pero aquello ya pasó y, como dice mi querido y denostado colega en este mismo hilo, si algo echo de menos es el levantarme sin que me duela nada. Por mi oficio actual sigo en contacto con los marinos de hoy, y me parecen tan valientes, tan capaces y tan marinos como lo fuimos nosotros. Y un poco más altos, en general. Será que se alimentan mejor. Y todos se tratan de tú a tú sin que se hunda el mundo (ni el barco, claro está). Por último, vaya rollo estoy largando, hay que comprender que quienes han vivido estas cosas en propia carne se sientan un poco sorprendidos o tal vez incómodos ante quienes intentan mantener aquellas cosas que ya están muy rancias y que, en su momento, no existieron por placer, sino porque no había otro modo de hacerlas. Vaya una ronda a mi cuenta. Y perdón por el tocho! ![]() |
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#43
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Compañeros, por fin un foro que me ha tocado el alma.
Soy partidario de la electrónica, siempre tengo la última generación. Vivo de ello cómo algunos sabeis, y muy bien por cierto, no me puedo quejar. Me gusta un barco de madera clásico, como una buena mujer, pero nunca me casaría con ellos. Demasiado mantenimiento. Un motor de los de antes, se les podía hacer algo, si sabías, hoy pasa lo mismo; yo he arreglado mi coche esta semana con un portatil y un programita que me he agenciado. Sólo han cambiado los conocimientos, no las cosas, antes había averías y hoy también, menos mal, porque sino de que iba a currar. Es para que todos lo veamos claro, un barco de madera o uno de fibra. ¿cual es mejor? No seais malos, e invertir en electrónica. La electrónica es buena o es que sos pegó de pequeñitos una tele de válvulas. Editado por tatoperez en 24-10-2010 a las 10:58. |
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#44
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¡Qué magnífica reflexión, Werke! (y la de Heuss, que no conocía)
Ya no importa tanto la idea con la que Prometeo inició este bendito hilo, porque algunos de vosotros estais volcando en él unas experiencias hermosamente narradas y sumamente emotivas. Sin duda sois dignos herederos de Prometeo, el de Homero, el de Byron y el de Sheley, el que se enfrenta al mismísimo Zeus en nombre de la dignidad humana. Mi relación con la mar no es casual, sino intencionada y buscada, pero nunca ha sido mi pan ni el de los míos. No puedo aportar un punto de vista tan valioso como el vuestro. Gracias Prometeo por tu inciativa y por mantener este hilo vivo. ![]() |
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#45
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Señor Werke, ha sido delicioso y emocionante su relato y si me permite solo quisiera puntualizar que en ningún caso quise expresar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Creo que hablé que el mundo profesional tiene muy poco de romántico. Solo trataba de reivindicar lo simple frente a lo artificioso. Derivamos en generaciones de motores, hablamos de electrónica y acabamos en tratamientos y en respeto. Quiero también decir que nunca he denostado a nadie, al revés mi intención fue defender y justificar la intervención que comenta, dado que yo practicaba un juego que no se conocía hasta que lo expliqué. Quería desvelar la paradoja de que lo que debería ser normal se convierte en excepcional. No quiero aquellos tratamientos decimonónicos que usted describe, pero reclamo una recuperación del buen gusto, de la elegancia verbal, que va ligada con una cierta sobriedad. Por desgracia esta actitud es bien escasa, por no decir excepcional y la falta de ella desemboca en la vulgaridad que en cierto modo es sinónimo de brutalidad. Insisto en que nadie de este foro debe darse por aludido, en otras entradas lo he explicado.siempre me he sentido tratado con mucho afécto
Con relación a los símbolos, solo estoy en parte de acuerdo con usted. Es cierto que las banderas solo son trapos, pero tienen su utilidad. Somos un pueblo iconoclasta empeñado en destruir símbolos para inventar o imponer otros. Los símbolos son necesarios, expresan sentimiento de pertenencia, valores compartidos…como usted opino que solo se ama a la mujer, pero ¿Cómo le llamo a los que son y se sienten mis camaradas? Algunos lucen un ancla, otros una hélice, me da igual, pero pongámosle nombre. Dicen que los esquimales disponen de muchas formas para denominar a la nieve. Ese dato muestra la importancia que para ellos tiene ese estado del agua para su supervivencia. Aquellos que no les ponen nombre a las cosas, lo primero que denotan es desprecio o ignorancia sobre su valía. Por eso, con todo el respeto a su experiencia, comprendiendo el rencor que pudiera tener a los que le hablaron de orgullo patrio ( y no confundo patriotismo con nacionalismo) mientras despreciaban sus derechos, insisto en los ritos y los símbolos pues como decía en otras entradas, esos son los instrumentos para conectar aquel mundo que algunos vivimos con el ahora impera. Son muy distintos, es cierto, pero para mi forman un todo y sin querer suplantar su criterio, me da la impresión- por el respeto que manifiesta a los jóvenes-, algo parecido a mi siente. ![]() ![]() |
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#46
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He tenido ocasión de releer las ultimas intervenciones y sinceramente pienso que todas tienen mucha mas calidad que mis textos atropellados. Las referencias que se citan, los cuidados argumentos, me indican que detrás de ese apodo o nick, hay profesores y marinos eruditos repletos de experiencias.
Y si me permite otro atrevimiento el señor Hopetos Después de ser tan superficial y poco cuidadoso en el tratamiento del pasado según el romanticismo que no tiene disculpa aún a pesar del poco tiempo y el ansía de ser cortés y contestar en la medida de lo posible a todos. El hecho de que use el nombre del mito para mi velero y también como nick es un homenaje, como lo fueron algunos de mis travesías que tenían como fin, dar a conocer las figuras de algunos navegantes de la antigüedad. No pretendo tal honor para mi ni mucho menos. Si acaso me imagino como Pigmaleon y su Galatea. He conocido muchos marinos. Dentro de mi familia donde ha habido marinos mercantes y del sector de la pesca, no todos han entendido mi dedicación. Cada uno ve el mar a su manera. Algunos están deseando buscar un trabajo en tierra y no me extraña, los comprendo muy bien. Otros como mi viejo Pancho, trabajó en el mar toda la vida y ya jubilado cuando volvía a salir al mar, parecía un comanche en su pradera, un Yanomami en su selva. Enfermo de cáncer, a las puertas de la muerte, quiso acompañarme a traer el Prometeo desde el Mediterráneo. Comimos con nuestras familias en navidad y salimos disparados para poder llegar a tiempo a Galicia antes de Reyes. Pasamos las doce campanadas ciñendo en el Estrecho. Las poblaciones de la costa celebraban con fuegos artificiales una noche tan señalada. Como aquella otra noche de fin de año en Cabo San Vicente de ruta al Caribe, - que casualidad- nos sentimos unos privilegiados. Pasando frío, en regata con una baja que nos había anunciado Rafael y que después nos zumbó en la costa portuguesa. Aquel hombre enfermo debería de estar en su casa, rodeado por su familia, con una manta sobre sus piernas, pero el quería estar allí. Por primera vez hablamos claramente de su enfermedad, siempre lo había engañado o el nos había engañado a todos haciéndonos pensar que no sabía nada. Me dijo que el mar le había dado mucho sufrimiento, pero también le había otorgado la emoción de un buen lance tan intensa como encontrar un tesoro, tan apasionante como sentir como se conjuran el mar, el viento y el barco para hacerte volar. Es evidente que Pancho no sentía como otras personas. El mar era su Galatea, la fuerza de su imaginación que daba vida a alto totalmente distinto a la manera de verlo por los demás. Una creación de su mente que tomaba vida propia alimentando las ganas de vivir de él mismo. Un ente imaginario cobrando vida por culpa de su portentosa sensibilidad. Porque tan importante como lo vivido es lo imaginado o contado. Tan importante como una gesta es su crónica. Nunca diga usted que no puede aportar nada. Montones de vocaciones se han forjado por culpa de la literatura. Creo firmemente en que la imaginación como impulso fundamental del crecimiento humano. Con la imaginación, con la visualización incluso entrenan los deportistas de élite. Por culpa, o gracias a la imaginación se han alcanzado las mayores empresas. No creo que sea usted un Marcel Proust describiendo la vida social parisina desde su buhardilla. ha descrito sentimientos que solo aprecian con la experiencia y como profesor usted bien sabe que enseñando también se aprende. Es cierto que hasta ahora corrían tiempos en los que dictaminaban tenían escasa práctica sobre la vida real, pero también es cierto que hay que prestigiar el estamento académico, por la misma razón que defiendo los símbolos sobre todo ahora que el conocimiento se ha universalizado pero también vulgarizado. Lo mismo que es importante en la ciencia la labor de divulgación, es importante la labor de quien aún sin tener la experiencia de Pancho, no renuncia a su pasión por sentir, soñar, imaginar, contar, enseñar como usted hace. Al citarlo en una entrada anterior me viene a la mente un suceso de la vida de Luís Camoens, cuando se embarco en Macao con todos sus bienes, con destino a Goa. Una noche cuando la nave iba a entrar en el Golfo de Siam, una violenta tempestad, arrojó el barco contra la costa y lo hizo pedazos. En los momentos de pánico que precedieron al tremendo choque, el poeta no pensó en sus bienes, se preocupó de salvar, a la vez que su vida, lo que juzgaba su mayor tesoro, el manuscrito de “Los Lusiadas”, y llevándolo en alto, nado hacia la costa y logó salvarse y salvarlo. Aquélla elección, fue la causa del sórdido fin de su protagonista, mas los legajos salvados, al servir para divulgar aquellas épicas gestas quinientistas fueron mil veces mas valiosos que el tesoro perdido aquella noche a la entrada del Golfo de Siam. Editado por Prometeo en 24-10-2010 a las 02:45. |
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