Los mejores barcos ... ¿españoles?

[anboro]

Un gran para tod@s


Posiblemente franceses, ingleses u holandeses pero nunca podrían ser los españoles, diríamos la mayoría cainita, haciendo caso al tópico generalizado de nuestra escasa preparación hacia la investigación técnica.

Nosotros, nos repetiríamos remachando este cuadro patológico, estamos dotados de una natural inclinación por las actividades de tipo artístico y literario.
Nuestra desidia en la tecnología se refleja en la conocida frase de Unamuno !que inventen ellos!.



Aunque ahora estemos hablando del siglo XVIII.

Yo no estoy de acuerdo y aunque en el siglo comentado nos suenen los nombres de Fahrenheit, de los Hermanos Montgolfier, Michael Faraday, Benjamin Franklin, James Watt o Alessandro Volta que sin duda tendrán dedicadas muchas calles en España, estoy seguro que, por ejemplo, a Jerónimo de Ayanz no lo conoce nadie y casi nadie tiene ganas de conocerlo.

Nuestra debilidad se debe a que nos deslumbramos por los éxitos ajenos y nos olvidamos de los nuestros cegados por una propaganda que constantemente nos vituperaba y lo sigue haciendo ahora por inercia.

Un psiquiatra no diría complejo de inferioridad sino esquizofrenia cuando analizara ese masoquismo que se complace en el autoodio mezclado con el disfrute sádico de verse arrastrados por el fango.

Papanatismo histórico.

Pues no; fuimos muy buenos en el pasado construyendo los mejores galeones del mundo y éramos muy buenos con la tecnología naval. Es más ,en ese siglo, el XVIII, el mejor navío, con diferencia, fue el español y si no lo sabemos es porque no queremos.

Voy a intentar explicaros por qué.


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La historia de ese porqué comienza con la muerte de Carlos II el Hechizado.

Murió sin descendencia y las dos casas reinantes en Europa, la de Borbón y la de los Habsburgo alegaban derechos a la sucesión del bombón español que quedaba huérfano por lo que se desencadenó una guerra llamada de Sucesión Española de que hemos hablado en otros hilos.

Los borbónicos y los austracistas se dieron cera durante casi 15 años en Europa y América muriendo una cifra inexacta de personas pero se calcula entre 400.000 y 700.000.

Al final se hace un pacto (El tratado de Utrecht) y sube al trono de lo que quedaba de las Españas europeas el Borbón Felipe V.

Y digo de lo que quedaba porque con las anteriores guerras ,La guerra de los Treinta Años (la paz de Westfalia)y la guerra con Francia (la paz de los Pirineos) más este Tratado se pierden toda los dominios que podéis ver en este mapa :




A España ,sobre todo, le quedaba ultramar así que el reciente rey ordena multiplicar y reformar el tema naval.

Pián pianito José Patiño, Intendente General de Marina, lo primero que hizo fue fundar los astilleros de Cádiz y Ferrol y puso a su lado un jovencísimo chaval llamado Zenón de Somodevilla (que más tarde llegó a ser el Marqués de la Ensenada) y fue aprestando una fuerza naval que causó sorpresa cuando se desplegó por el Mediterráneo y conquistó la arrebatada Cerdeña.

Ya animados se preparó otra expedición al mando de Antonio Gaztañeta, del que hablaremos más tarde, y con 40 navíos y más de 300 trasportes que pusieron en Sicilia 30.000 hombres que conquistaron la isla en pocos días.

El resto de los dirigentes europeos se pusieron las manos en la cabeza con este sorpresivo rearme naval con tan agresiva política exterior.

Inglaterra ,sin mediar declaración de guerra, entra en acción y por sorpresa se carga la mitad de los navíos de Gaztañeta y por otra parte se inician una serie de ataques a puertos españoles que ocasionaron el efecto contrario pues las dependencias de marina creadas por el nuevo rey fueran creciendo y los tratadistas diseñaran y promovieran con más entusiasmo expedientes navales que aun están en vigor en las marinas del mundo.

Gaztañeta formó parte de este desarrollo porque no sólo era capitán de mar y guerra sino diseñador y constructor de barcos además de ser hombre de ciencia; pero tuvo la visión de aplicar a sus diseños su propia experiencia desechando principios rigurosos.

Su pragmatismo le llevó a construir barcos de guerra más alargados en busca de velocidad y maniobra que plasmó en diversas obras una de las cuales aquí os señalo gráficamente llamada Norte de la navegación hallado por el cuadrante de reducción.




que se imprimió en Sevilla en el año de 1692.

En su libro llamado El Arte de Fabricar Reales por primera vez en la historia naval se relacionó esmeradamente todas las piezas de un galeón y los que nunca antes se había explicado: los trucos para construirlos.





Cuando murió el Borbón en 1746 dio paso a su hijo llamado Fernando VI que no tenía gran talento, pero sí escogió a unos colaboradores muy eficaces y sobre todo les dejó hacer.

Estos se apoyaron en la neutralidad, el pacifismo y la cultura por la que la ilustración entró en esa España aislada desde 1559.

El sistema Gaztañeta ,lógicamente no era perfecto, tenía una serie de defectos debido a que no estaban basados en principios matemáticos sino en prácticas empíricas, no tenían la solidez completa, sostenían una desmesurada arboladura para mover esos enormes cascos que por otra parte navegaban bien de bolina y aguantaban divinamente el Cantábrico y los huracanes americanos y esa capacidad les permitía de disparar, bajo estas condiciones, con la batería baja.



Aquí tenemos a la fragata de Blas de Lezo cortando la popa de inglés para atizarle por su babor.

Pero se trataba de construir el mejor barco del mundo, era la idea del Marqués de la Ensenada y para alcanzar esa perfección, el Marques decidió hacer lo que hoy se diría espionaje industrial. Ver y copiar lo bueno que se hacía en los astilleros a otros estados europeos líderes en la construcción naval.

A Jorge Juan lo mandó a Inglaterra.

Jorge Juan no era la primera vez que hacía de espía. De pimpollo ya había estado en Quito como astrónomo y matemático de una misión científica francesa montada para medir un arco de meridiano bajo el Ecuador para obtener exactamente el valor de un grado terrestre. De paso elaboró un informe de cómo estaba la cosa política y social en América y tuvo vigilados a los franceses.

Era además un excelente marino ,no en vano entre sus maestros estaba Blas de Lezo, y no tardó en darse cuenta de la debilidad de los imponentes buques franceses frente a los veloces y maniobrables ingleses.

Los había sufrido en sus propias carnes y le informó al Marqués que si no se creaba un nuevo tipo de barco y construía al menos 60 navíos y 65 fragatas, serían barridos por la fuerza naval inglesa.

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Lo siento,seguiré más tarde.