No todo en verano son comportamientos poco considerados de usuarios de embarcaciones que disfrutan del mar sin reflexionar si al hacerlo como lo hacen pueden molestar a otros usuarios, o incluso algún especimen de orca humana que interactúan intencionadamente, para echarse unas risas, con quien, o mejor dicho, a costa de quien tambien esta disfrutando del mar y que prefiere que no interactúen con el.
Tambien se producen casos de camaradería de la buena, de gente que sin conocerte te ayuda como solo los buenos amigos hacen.
Hace unos días entramos en Cartagena, con el pinzote de la botavara roto. 4 remaches que habían saltado durante el fondeo de la noche anterior, bastante movido, y que amenazaban, si no podia solucionarlo rápido, con oscurecer el resto de días de vacaciones. Curiosamente también un inglés estaba con el mismo problema, buscando donde comprar remaches. Y la solución llegó de los vecinos del pantalán donde me habían dado amarre. Tuve la suerte de que allí estuviera Pepe, que al oirme preguntar a otro vecino si tenía una remachadora, me presentó a Juan, que me dejó la remachadora. Pero es que Pepe, además, dejó los bricolajes que estaba haciendo en su barco y me llevó en su coche primero a una nautica y después a una ferreteria industrial a las afueras de Cartagena donde conseguimos los remaches del tamaño requerido, y a la vuelta al puerto no se fue tranquilo hasta que mi botavara estuvo nuevamente operativa.
Mil gracias Pepe (Libra), estoy en deuda contigo y con Juan, y todos los que me ayudasteis a poder disfrutar del resto de nuestra travesía veraniega
