Enfermedades de los armadores deportivos

[anboro]

para tod@s


Por mi consulta han pasado los más y los menos granado de los propietarios de embarcaciones deportivas y por mi experiencia en este tema puedo describir determinadas enfermedades endémicas que puedan padecer estos adictos al placer marítimo.

Algunas se han podido curar pero otras, contumaces y persistentes en el tiempo no se han podido erradicar a pesar de que disponemos del conocimiento y los instrumentos para su virtual desaparición.

A continuación voy a explicar alguno de estos trastornos, a mi parecer los más importantes, con descripciones claras de las distintas categorías diagnósticas con el fin de que los clínicos y los investigadores de las ciencias de la salud náutica puedan diagnosticar, estudiar e intercambiar información a fin de tratar estos importantes trastornos mentales.

Este vademécum se elaboró a partir de datos empíricos y con una metodología descriptiva para no caer en la pretensión de proponer líneas de tratamiento psicoterapéutico sino simplemente de informar de las diversas patologías.

En Principio me centraré en las siguientes enfermedades :
a) Acutus Extrovertrium
b) Ofuscatus Insistensibus
c) Romanticus Severus
d) Corpus Efitientia
e) Nostalgicus Adflictorum
f) Atraporum Nautica
　

ACUTUS EXTROVERTIUM
Este paciente manifiesta su enfermedad en cuanto llega al parking del puerto deportivo.

Saluda al posible jardinero que estuviese trabajando en sus parterres; se detiene para contar un chiste al guardia de seguridad. Su destino primero es el bar; pero antes desvía un poco su camino y se pasa por la marina seca, donde saluda a Mariano, el mecánico,amigo desde que instaló su taller a que le cuente las últimas novedades.

A continuación ,ya que está casi al lado, a pegar la hebra con Paquito, el electricista, para hablar del diseño de la red suplementaria de 220 V que quiere instalar a bordo.

Desea antes sopesar los pros y los contras de esta instalación y para ello le lleva un croquis con el que trabajarán en el futuro.

Con las manos en la cintura recorre con la vista los barcos varados y descubre a Jaime que está baldeando con la Karcher su "Penélope".

Se dirige a saludarlo y hablar un rato con él ya que hace al menos una semana que no lo hace y aprovechará la ocasión para darle su opinión: El KH7 y el Viakal protegen más que esa agua a 160 bares de presión.

Rumbo al bar saluda al de la electrónica, para preguntarle si su mujer ya se había recuperado del catarro y si ya ha recibido si la VHF portátil que flota cuando se cae al agua de la que hablaron ayer.

En el bar ya le tienen reservado su silla en la tertulia mañanera. Entre cafés, palomitas de aguardiente, carajillos y brandis repasan la vida y milagros de los usuarios de los pantalanes ; desde el funesto atraque de ayer de D. Enrique que ya ha pasado a Enriquito , el que se las da de enterao y siempre atraca a trompicones , hasta el lío de cuernos entre tres propietarios del pantalán B.

Más tarde ya a bordo pone su música como reclamo y a partir de la una y media empiezan a aparecer los profesionales que están trabajando en los barcos y los pocos usuarios para saludarlo.

Él es un anfitrión consumado; inmediatamente saca de su nevera latas de cerveza heladas y dispone sobre la mesa de la bañera unos platos con charcutería selecta.

Se discute de lo divino y de lo humano pero sobre todo triunfan el futbol y los chistes verdes.

Por la tarde se da la vuelta por el Club para jugarse la partidita de dominó o la partida de mus con los habituales y de camino poner a caer de un burro al Comodoro.

Y siempre hay batallitas que contar como cuando navegaron entre olas de veinte metros o cuando cayó la corvina de treinta kilos o cuando le ganó la apuesta al difunto padre del rey.

Los de la mesa de al lado dice que mienten, se forma el alboroto y terminan apostando las acciones más absurdas ante el regocijo de nuestro paciente que disfruta y su hipófisis, estimulada, genera grandes cantidades de endorfinas que actúan a nivel cerebral produciendo experiencias subjetivas parecidas a los efectos de una droga opiácea por lo que hacen difícil la erradicación de esta afección.

El fin de semana es diferente porque viene la familia.

Una multitud llena la bañera de tal forma que el barco está totalmente apopado tanto que incluso la plataforma está ya bajo el agua.

El escándalo va aumentando conforme se van con consumiendo las bebidas y el acabose se forma cuando aparece un camarero del restaurante con una enorme paellera cubierta con papel de aluminio.

Este paciente, y termino, normalmente no es peligroso es al contrario un ser amistoso, extrovertido, jovial, campechano, agradable y cariñoso; en fin lo que se dice , aunque con algunas reservas, buena gente.

FICHA TECNICA

Su barco : Por supuesto con bañera enorme y un toldo espectacular

Si es de vela será tipo Elam 434 o el Dufour 405 Grand Large.
El catamarán podría ser su solución ideal en vela

Si se decide por motor sería un crucero con fly de al menos 40 pies.
El Astondoa 44 podría es un ejemplo.

Distintas patologías
a) Los logreros , que subrepticiamente utilizan las amistades logradas para una cierta promoción de sus negocios.

b) Los cocineros, que tienden a la gastronomía y organizan sardinadas, paellas, carnecitas a la brasa y cocinan el pescado capturado …

c) Los activos, que precisan organizar algo constantemente.

d) Los tontitos , que dejan que los amigos profesionales le tomen el pelo hinchándole las facturas.

e) Los pretenciosos que son importantes porque tienen amigos importantes.
Dieta

Caviar de Beluga, gambas y jamón (¡por supuesto de Huelva!) puros Cohibas, Foie-gras Bizac y no digamos de los necesarios buenos vinos y licores.

Tripulantes habituales

Todos lo que encuentra.

Cuando sube a bordo

Comprueba si hay bebidas en la nevera.
Mira a los barcos vecinos para saber si hay alguien a bordo.
Llama por el móvil a quien sea.

Barcos famosos en los que se fija

El Giralda , donde se formaban unas tremendas tertulias.

La Nao Victoria o el Galeón Andalucía que han atraído miles de personas y
en cuyas cubiertas se podía dar de comer a muchos invitados.



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Hasta el próximo que será el Ofuscatus Insistensibus.


SaludosAndrés
　

[Al_Tanllaui]

Ya era hora de que alguien "hablara con propiedad" sobre "las cosas del navegar"...

y sigue, sigue...

[GermanR]

Jer,je ....
Pues si ... hay muchos de esos "enfermos"
Sigue, por favor ...

[Juanitu]

¡MUY BIEN! ¡MUY BIEN!


Ya era hora de que un doctor spientísimo nos retratase... aunque miedo me da cuando me vea identificado en esos síntomas y características.

¡Ay que risa!, sigue por favor.

[pierre nodoyuna]

Ya estas tardando,

Yo de momento no estoy en la primera, pero ya he "encasillado" a alguno que yo me sé.

[PulpoPaul]

Seguro que con la pila enfermedades que hay en la nautica de aqui salimos todos los cofrades contagiaos e intentando disimular los sintomas

[Sufax]

Has descrito a MUCHOS "navegantes de recreo". Yo los llamo, "navegantes de pantalán".

Otros - menos afortunados - son el extremo opuesto.

Pero, claro, la Administración vuelve la mirada al PRIMER grupo. Es una mirada, deformada, pero que a sus fines, le viene "de puta madre"

¿Y cuáles son sus fines?.....RECAUDAR...siempre RECAUDAR.

Cuánto más nos bajamos los pantalones, más a la vista quedan nuestras vergüenzas. No te olvides de eso, admirado e histórico cofrade.

Te felicito, por el alarde de imaginación. Unas

[HALCON MILENARIO]

je je je . Creo que por ahora no me afecta el "virus" de esta "enfermedad".

Espero ansioso las caracterísiticas del resto de "enfermedades".

Salud y birras

[limia]

otro compendio que acabará en la publicaciones tabernarias, bravo!!!

[bureba]

Se te ha olvidado decir y cito a mi amigo Tiwanaku,
que éstos enfermos son ocasionalmente aquellos que "Tienen el dinero por castigo..." ahí radicará el primer brote de la enfermedad...

¿Es contagiosa...?

[ikaro]

No sé si será contagiosa, pero seguro que la vacuna costará un huevo
Muy bueno cofrade, a la espera de la siguiente entrega, ya noto ardores, ya, ¿es grave doctor?

[Trisquel]

Esta no la tengo... pero tengo uno en el pantalan

A ver si nos cuentas la proxima

[anboro]

Bueno , encaro al siguiente especímen el Ofuscatus Insistensibus



Este paciente también es fácil distinguirlo de una simple ojeada por la forma como va vestido.

Si va a zarpar y el tiempo está revuelto llevará su pantalón de peto con las hebillas de los tirantes perfectamente ajustadas. Cuando se pone al timón ya llevará su marinera con visera y capucha, naturalmente con doble cierre y con los puños elásticos.

Si el tiempo recrudece ya llevará sus botas de poliuretano y el chaleco salvavidas hinchable hidrostático con el arnés incorporado; pero siempre tendrá a mano un chaleco tradicional de espuma que tenga una flotabilidad de 275 Newtons y que cumpla la norma EN 399 y ya tendrá armada las líneas de vida.

De todas formas aunque sólo saliese para asomarse a la escollera con un tiempo bonancible llevaría tanto el material de armamento como los de navegación y seguridad como si zarpase para un crucero de seis meses, porque según dice a quien quiera escucharlo "La mar es el campo de la relatividad generalizada" y nunca se sabe.

La mar, sigue diciendo, es igual para todos y tanto da si navegas en una Zodiac que si llevas el ferry de Denia a Palma de Mallorca porque te enfrentas a los mismos elementos náuticos y exactamente a la misma incertidumbre del tiempo.

Su barco siempre está a son de mar y es una delicia, y un cargo de conciencia para el espectador, pasear la vista por su barco y observar las piezas de recambio ordenadas en su envoltorio original perfectamente etiquetadas, con las tres cajas de herramientas, para motor, electricidad y aparejo, con inusual orden y cumplidamente engrasadas para que el óxido no aparezca.

Causa admiración las notas en tinta indeleble que tiene pegadas en los aparatos con el procedimiento a seguir en su uso así como en los mamparos para la gestión de los servicios domésticos como el inodoro o la forma para convertir la dinette en cama.

Por el orden y la limpieza que observamos parece que estamos ante un individuo que padece el síndrome anancástico, pero más adelante nos daremos cuenta que es tolerante y con una imaginación espontánea lo que contradice esta primera impresión por lo que nos daremos cuenta que estamos ante un espécimen de demencia náutica.

Aunque estudió Derecho y Economía y en su vida terrícola lleva el departamento de personal de una enorme industria química consistiendo su trabajo en la creación de un ambiente de trabajo positivo, agradable y productivo, en su barco no entiende el laissez faire porque ni muerto dejaría a ningún tripulante atracar o desatracar o confirmar por la radio el zarpe o corroborar su ETA y nadie, sino el, con su precisa y preciosa letra, anotaría en el cuaderno de bitácora los acaecimientos y los registros.

Tanto a bordo como en su casa repasa constantemente las materias náuticas estudiados y se foguea con las preguntas de los exámenes de todas las categorías que se plantean en cada convocatoria e incluso se atreve con los de Marina Mercante.

No hay pregunta por lo enrevesada que sea que él no sepa responder aunque sean tan peregrinas como las del código Q de radio; las banderas del CIS o las normas de evacuación en caso de abandono.

Afrontar con él una travesía larga y dificultosa sería asombroso, porque todas eventualidades estarían ya previstas aunque en las guardias se hubiese que soportar los discursos sobre sus conocimientos ya que sobrellevar constantemente lecciones es desconsolador y sumamente penoso.

Debemos destacar, en esta conducta asociada con la disfunción náutica del síndrome de Ofuscatus Insistensibus, que el fenómeno está al tanto de las novedades en material marinero para lo cual se informa en revistas internas de las compañías fabricantes.

A la que aparece un transponder AIS o un radar con trazadora, nuestro paciente ya conoce para qué sirve si es útil y si hay que comprarlo para sustituir un aparato trasnochado porque en su barco sólo se instalan los aparatos que mejor rendimiento tienen en cada instante.

Jamás la Guardia Civil , en una inspección muy , muy a fondo, encontraría en su barco cualquier tipo de fallo.

Llevaría , y de la máxima calidad, los cohetes ,las bengalas, las señales fumígenas en regla; contemplararían atónicos los agentes de la Benemérita, su balde de zinc pintado en rojo con las letras de fuego y fire en blanco lleno de arena, sus bombas de achique con su manómetro para comprobar que trabajan a una presión de 10 kPa. para tener una capacidad de desagüe de 30 litros/minuto y si le dan por abrir el cofre del botiquín se sobrecogerían al comprobar que se podría equiparar a los de un superpetrolero.

Hace del barco su segunda profesión, si no la primera y uno es incapaz de imaginárselo vestido con traje y corbata en su despacho del departamento de personal y no de blanco con gorra y galones en el puesto de mando de un barco de Costa Cruceros.

Esto nos da la idea primigenia de su enfermedad mental. Es en su barco donde realmente se divierte, se lo pasa bien y se olvida de los sinsabores de su vida profesional y para ello se lo toma a su manera o sea tan correctamente como puede, sin dejar ningún resquicio a una duda y bordeando la patología obsesiva.

Aunque sea tan reglamentista, es un verdadero enamorado de la navegación y de todo lo que la rodea, por lo que esta disciplina rigurosa se la puede reconducir con una técnica de terapia del comportamiento con los consabidos métodos de relajación y de hipnosis.


Aunque, según nuestra opinión, creemos que esta flaqueza se le puede perdonar ya que no entraña un comportamiento tan insólito en esta actividad donde puede acechar la inseguridad.

　
　
　
FICHA TÉCNICA


Su Barco :

Será un barco que tenga mucha autonomía, con máquina sobrada de potencia y muy accesible para las reparaciones. El puesto de timonel estará protegido por una buena capota o en su caso por una caseta y con una eslora de sobre 36 pies.

En motor se decidiría por el Gran Banks y el vela se iría por un motovelero; quizás un Nauticat .


Distintas patologías:
a) Los morsianos, que están pegados a la rueda con la mano en el mando.

b) Los prudentes, que solo izan las velas cuando el viento sopla en la dirección correcta al rumbo y con fuerza de tres o cuatro. O sea , nunca.

c) Los hacendosos, que trabajan tanto en el barco que no tienen tiempo para navegar.

d) Los catedráticos, que tienen tendencia al discurso arrollado y a la lección.

e) Los varapalos, que ven mal todo lo que hacen los demás ya que es el único que lo hace correctamente.
Dieta :

Mucha Coca-Cola, café negro, Red-Bull y toda clase de bebidas para mantenerse despejados.
Platos ligeritos.

Cuando sube a bordo :

Desconecta la alarma, enciende el ventilador del recinto del motor, comprueba el nivel del agua de la sentina, del agua dulce, del circuito refrigerante, del aceite comprobando a base de toquecitos en el cristal de los indicadores que las agujas no se han atascado, el nivel del voltímetro de las baterías para a continuación arrancar el motor e irse a popa a comprobar qué tipo de humo sale por el tubo de escape y por si acaso comprobar con la mano la temperatura del agua que sale por él.

Tripulantes habituales:

Un compañero de trabajo pelota.

Un vendedor de electrónica y efectos navales.

Un familiar aficionado a la náutica ,teniente de ambos oídos.


Barcos famosos en lo que se fija:

La goleta Bluenose manejada por una tripulación perfecta.

La Club Mediterranée que con sus cuatro palos lo convertiría en un verdadero capitán.

El barco en el que más se fía y conoce: el suyo


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Seguiremos con el siguiente fenómeno : el Romanticus Severus

[armensis]

maeztro, me quito er zombrero...

[Sachi]

Te han faltado los omnipresentes guantes de neopreno o similar sin dedos...hasta en pleno mes de Agosto con sol de justicia...

[ikaro]

Lo clavas cofrade, lo clavas

[Templanza]

jajajaa muy bueno!!!!! esperamos el resto de enfermedades con ansia!!!

[Rebellin]

¡ANBORO!, la enfermedad que padezco, enfermedad de armador velero, no la describes en tu lista, quizá porque sea de las catalogadas "raras".

Dicha enfermedad procedente de lejano oriente se llama 我家旁精, conocida en Espáña como abilismo.

Rebe

[anboro]

para tod@s

En este afán de tipificar el perfil psipógrafo de la vesania náutica nos lleva ahora al Romanticus Severus.

Este espécimen, para satisfacer sus necesidades, utiliza una fuga de la realidad y para su puesta en escena, utiliza elementos expresivos emergentes de su experiencia, pero inconscientemente, la rellena con una fantasía desbordante que desarrolla una imagen plástica idealizada que expresa, enriqueciéndola posteriormente, con una palabra ilustrada, llena de matices y datos ciertos, expresados con la convicción de lo ya vivido.

Este proceso de competencia entre la realidad empírica y realidad ilusoria se contraponen tan enconadamente que dan, como resultado final, la construcción , con estos dos materiales, de una peripecia vital tan fuerte que su desaparición implica la destrucción completa de la personalidad del paciente y por ende la ausencia de un proyecto de vida factible.

Esta idealización excesiva está vinculada con la negación mágica omnipotente: sentir que la acción le pertenece y que él la creó pero sin ningún rigor temporal.

Habla desde que se compró el primer velero, de retirase del trabajo y vivir en su barco navegando lentamente de puerto en puerto y después, a la menor insinuación, describe su periplo prodigiosamente pormenorizando las costas, las escalas, los puertos junto con las costumbres de los lugareños.

Un relato estremecedor preñado de aparatosas y coloristas descripciones al detalle.

Aunque es un pozo de sabiduría en cuanto a teorías y procedimientos, que van de la obtención del agua dulce en un trópico de cielo azul a la ácrata educación de los hijos a bordo sin el cementerio de contenidos que es un libro de texto, se le ve capaz, y al mismo tiempo, de instalar un timón de viento o reparar el fogón de la cocina pero desconcertantemente resulta insólitamente idiota a la hora de ejecutar lo que realmente le gustaría: zarpar de una vez por todas.

Los analistas de este fenómeno, estos ingenieros de la conducta que nunca descubrirán la fecha del zarpe, lo describen como amigable, entusiasta, generoso y enamorado de la mar pero no se ponen de acuerdo en la forma en la que enriquecen sus desvaríos toda vez que hay suficiente evidencia clínica que sustenta las diversas teorías.

Unos sostienen que el sujeto se complace en leer relatos de libros aventureros y revistas, donde encuentran los paraísos que alcanzará cuando se decida.

Otros se sustentan en los pacientes abordan a los extranjeros que atracan en el puerto deportivo y les invita para hacerles contar sus singladuras y que les expliquen los detalles para poder rellenar los espacios vacantes de peripecias en sus mentes calenturientas.

Y los últimos se apoyan en que el enfermo genera estas fantasías espontáneamente, sin estudio previo, y confabulan de motu proprio sus quimeras con un arte muy de admirar pero con peligro; ya que son capaces de narrar en bares y reuniones sus viajes como si ya los hubieran hecho, contestando prestamente y con seguridad a las preguntas de los contertulios, llegando a convencer a más de un incauto.

Estar presentes en las disertaciones del alienado, le hará vivir lo mismo en dársenas populosas y rancias de los viejos puertos del Mediterráneo, donde las escalas se alargan en la pesada atmosfera azul de un destartalado bar con una apagada música de acordeón alrededor de una desportillada mesa en animada conversación con los mal encarados viejos marineros o cubierto de collares de flores en una isla polinesia siendo el hijo adoptivo de un jefe rechoncho teniendo a tiro a las jóvenes más bonitas e impúberes ,después de trasegar la bebida más horripilante hecha con la destilación del fruto del noni donde flotaban trozos de lagarto y escuchando una suave melodía a ritmo de pate, flautas nasales y ukeleles.

O simplemente navegando día y noche en comunión con el océano, renegando a las escalas en tierra, sólo con la compañía del viento y los peces voladores.

Mientras que la mente de nuestro paciente se ocupa de estos menesteres, el tiempo sigue pasando y las páginas del calendario continúan cayendo; pasan los meses ,los años y las sucesivas fechas claves para encontrarse con los vientos favorables o las corrientes ecuatoriales benéficas.

De cualquier manera el enfermo siempre está ocupado ya que tiene que preparar los juegos de respeto de las velas, un nuevo estudio de la ruta, la forma de conservación de los huevos de gallina en yeso, el aprendizaje de la salazón del pescado, la instalación del nuevo aerogenerador … en fin tantas cosas que no precisa de hecho largar amarras nunca.

Su sello propio le hace despreciar al navegante corriente y moliente, el que zarpa pero al cabo del tiempo vuelve.

Algún romántibus puede ser que navegue durante sus vacaciones o fines de semana y regrese pero todos tienen alguna excusa que disculpe esa vileza ya que cuando ellos zarpen de verdad no tornarán.

De vez en cuando se produce el caso insólito de que uno de esos especímenes suelte amarras de verdad.

Realmente es un hecho inaudito y peregrino pero es extraordinario presenciarlo.

Sus taquillas de estribor estarían repletas de paquetes de espagueti, arroz y legumbres al vacío y las de babor a reventar de latas de las más diversas especialidades, galletas, panes de molde, chocolates y cafés.

De los baos, y suspendidos por escarpias, colgarían bolsas hechas con un trozos de red, con las vituallas frescas.

Incluso la sentina tendría la misión de llevar las bebidas.

No faltarán varios los bidones amarados a los obenques y en el recién instalado arco, repleto de las más diversas antenas, tendría espacio para arranchar también el garfio de coger atunes que le compró a un transmundista el año pasado.

Acostumbra a zarpar de noche, tras una sudorosa jornada de estiba y carga, agradecido de esta oscuridad que le permite evitar las despedidas y promesas de contactos y correspondencia.

Le seguirán, de todas formas, durante las primeras millas un par de amigos que atracarán más tarde maravillando a la tertulia del bar del Club con sus descripciones del empaque del barco viajero, aunque no faltará alguno que critique el estado del barco, con un casco de 15 años de vida, para tan gran proyecto o quien se pregunte quién ocupará su buen puesto de atraque en el mejor pantalán del puerto, el que menos viento y resaca tiene
.
Van pasando los días y ya apenas se habla de él.

Al cabo del tiempo llega una postal de la isla del Fogo de Cabo Verde que delata su existencia y eso da para seguir hablando y para que su leyenda se agrande pero al mismo tiempo, a medida que el navegante se aleja, a su vez crece también el olvido porque ya no resuena su voz en el pantalán y no se pueden escuchar sus tremendas y elaboradas historias.

Ahora ya prestan atención a otro que comienza a explicar sus proyectos de aventura a viva voz; ha aparecido en el puerto un nuevo romántibus.
　
FICHA TÉCNICA
　
Su barco:
　
Casco y cubierta salieron de un astillero en crisis.
El mástil, botavara, tangón y motor de otras empresas que cerraban.
El interior se ha hecho él, en colaboración con el técnico, al igual que la instalación eléctrica, la mecánica y la fontanería.
　
Distintas patologías:
　
a) Los que construyen su propio barco, ganándose así un plazo más largo
　
b) Los que ya viven a bordo con sus plantas, su gato o perro y el loro.
　
　
c) Los que ya hablan como si ya hubiesen vuelto de todos sus viajes.
　
d) Los que siempre dejan para mañana lo que podrían hacer hoy.
　
　
e) Los que tienen el barco repleto con las cosas más peregrinas e inútiles.
　
Dieta
　
Arroz y cebolla a la Moitessier
Falafel con puré de maní
Maracuya,granadilla,mangostán o rambután
　
Cuando sube a bordo
　
Abre su mesa de cartas para sacar la de Moorea y echarle un vistazo.
Revisa su equipo submarino y engrasa su fusil.
Da de comer al loro unas pipas de girasol.
　
Tripulantes :
　
No tiene tripulantes. Navegará en solitario para encontrar a la polinesia que le dará un regimiento de chiquillos.
　
Sus barcos famosos :
　
El Spray en el que Slocum navegó en solitario.
El Joshua donde Moitessier escribió sus relatos.
El viejo Pen-Duick donde Eric Tabarly se desenvolvía como si fuera una extensión de su cuerpo.


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La siguiente enfermedad que toca describir será la de Corpus Efitientia.


SaludosAndrés

[sumeke]

¿Quien no ha sufrido, alguno de los síndromes que acertadamente describe el cofrade Anboro?

Van tres, y me veo un poco retratado en cada uno de ellos.

Lo peor de este diagnostico, es que no tiene cura....¿ o será lo mejor?

[anboro]

para todos


Vamos a descubrir el síndrome del Corpus Efitientia que se caracteriza por tener en la cabeza una sola palabra grabada a fuego: ganar.

Y de todas las formas posibles de expresarlo como triunfar,derrotar,someter,conquistar,dominar,derro car,reducir,aniquilar,aplastar,
subyugar,finiquitar,eclipsar,noquear,superar,avent ajar,adelantar,batir…

Esta adición a salir vencedor de las regatas es un trastorno psicológico del control de los impulsos que no está considerada como una adicción porque no interviene ninguna sustancia como en la drogadicción o el alcoholismo pero gracias a mis arduas investigaciones se puede descubrir a un Efitientia si se tiene al menos tres de los siguientes síntomas :


 Abstinencia : Si no regatea muestra irritabilidad o inquietud

 Revancha: Si pierde busca la revancha sin parar hasta que consigue ganar.

 Evasión: Cuando regatea se evade de todos los problemas habidos y por haber y su estado de ánimo es excelente.

 Mentiras: Cuando pierde, el resultado de la regata que comunica a sus familiares y amigos no obedece a la verdad.

 Actos ilegales : Si no se dan cuenta y va mal en la regata ,se viola el reglamento sin contemplaciones.

 Recursos ajenos : Embarca como tripulante en un barco que seguro que va a ganar.

 Tolerancia : Cuando cruza primero , a gran distancia del segundo ,las boyas de llegada, le gustaría que la regata fuese más larga para sentir la misma emoción durante más tiempo.

 Preocupación : Piensa con frecuencia en las regatas y en las experiencias que ha tenido, ya sean pasadas, presentes o producto de un sueño.

 Pérdida de control: No es capaz de dejar de regatear por más que lo intenta.


Por lo que si el lector cumple al menos tres de estos síntomas ya sabe que padece esta dolencia.

De todas formas cabe preocuparse cómo alguien tan apasionado por la velocidad se dedica a la vela por lo que ya, de principio, se observa la anormalidad del fenómeno.

Pero si ya nos metemos en profundidades todavía se nota mucho más ya que este espécimen, para ganar un par de segundos en un tramo de cinco millas de ceñida, es capaz de modificar tres veces seguidas el bulbo de plomo de la orza de su barco.

Y eso cuando no cambia el barco entero que lo ha hecho tantas veces que ya ni los amigos recuerdan la lista.

Este insensato normalmente inicia su afición con el velero familiar aunque primitivamente se picardeó con los Optimist y Laser del Club, pero – juventud divino tesoro- consideraba estas regatas como lo que debían de ser siempre : un juego divertido donde lo mismo se ganaba que se perdía porque lo importante era eso, jugar.

El primer veneno se lo inoculó un experto que le prometió que vencería fácilmente en su zona con algunos truquillos como un palo especial y unas velas de casi última generación.

Pero su fiebre comenzó de verdad en su primer fracaso : un triángulo de ventolina, en el que varios competidores sacaron del cofre velas tan finas como la piel de una cebolla que se hinchaban con el menor soplo de brisa y desesperado vio como le sacaban más de media hora en la llegada y además ellos con una amplia sonrisa displicente.

Allí descubrió,impotente,la importancia de tener el mejor material y el rating mejor que el resto de sus competidores.

La obsesión por acercarse al tope de cada nuevo elemento que adquiría, tomaba ya tintes de ceguera, quería codearse entre los campeones y entre ellos ser el mejor o sea el más rápido y se apasionó, por otra parte, a las carreras de motos y coches o cualquiera otra actividad humana en la que primase la velocidad.

Pero no se daba cuenta que su bólido sólo alcanzaba los 15 km/hora.

Tampoco comprendía la corrección de tiempo que al final de las regatas aplicaban los jueces mirando una hoja de papel llena de números de ordenador.

Lo mismo lo colocaban más alto o más bajo en la clasificación y además el mismo barco que era en una temporada competitivo en la siguiente cambiaban las normas y los coeficientes y se convertía en una patata, por lo que o se gastaba una fortuna en remodelarlo o tenía que comprarse uno nuevo.

Se ahí salió su apasionamiento por entender de francobordos, coeficiente de estabilidad, pruebas de escora, proporción entre génova y tangón, penalti de hélice…

las jeroglíficas siglas IOR,ORC/IMS,IRC/CHS,RI,CIM,PHRF ya tuvieron sentido para él y en vez de entrenar o probar las nuevas velas, se pasaba las horas haciendo números para que los valores del rating lo beneficiase o investigando para descubrir la fórmula secreta de los certificados.

Con todos estos problemas dejó el timón a un campeón olímpico igual que las decisiones tácticas, que las tomaba un reconocido experto; del mismo modo que el reglaje del palo y del velamen en cada bordo de ceñida, las tomaba un sabio de la vela.

Su participación en el barco se cincunscribía en instalarse a popa, para no molestar, apoyarse en el backstay con las rodillas flexionadas para no perder el equilibrio, y con un crono en la mano y la lista de compensaciones en la otra, controlar las diferencias de tiempo en los pasos de las balizas.

Cuando implantaron el IMS y ese rollo de vientos implícitos y diferencias entre el primero y el resto, lo hundieron en la miseria ya que ahí sí se ganaba la regata en el papel del certificado y no en el agua.

En las competiciones los especialistas de su equipo lo único que le dejaban ya era simplemente mirar, por lo que cogió una depresión que le impedía embarcar y seguía las regatas desde tierra.

Ya estaba a punto de dejar la náutica y buscar consuelo en algún deporte que tuviera un hándicap comprensible como el golf, cuando se le iluminó su mente náutica.

Vendió su último pepino y compro un velero parecido a aquel con el que comenzó a regatear.

Se gastó dinero en mejorar su maniobra, pulió su casco hasta el brillo de la obra viva y eligió unas buenas velas de mylar y taffeta core.

Ahora era posible divertirse además de ganar porque el rating aplicado en aquellas regatas era mucho más fácil de controlar y mejorar.

Mediante jamón, gambas y otras exquisiteces así como buenas bebidas tuvo que sobornar a su antigua tripulación, que aceptó encantada esas nuevas reglas del juego, y pronto se hallaba de nuevo en las primeras posiciones.

Desgraciadamente otros aquejados del mismo mal, vieron su truco y siguieron sus pasos.

Lo malo es que, por culpa de estos enfermos, las regatas domingueras están llenas de barcos trucados, manejados por estrellas de la vela olímpica.

Y claro, siguen ganando los que ponen más dinero.


FICHA TÉCNICA

Su barco :

Es un sloop clásico aparejado en Marconi que construyó astilleros Storebro Buks en los 60 y que diseñó Olle Enderlein.

Naturalmente no tendría el palo de aluminio ni las velas 3DL que ahora utiliza pero ya destacaba en su tiempo en las regatas.

El diseño del casco recuerda a los de Sparkman & Stephens.

Ha logrado un rating CHS cómicamente pequeño.


Distintas patologías :

a) El cuenta-victorias que con un optimismo desbordante magnifica regatas aburridas.

b) El obsesotecnicón que está pendiente del último invento llegado de EEUU.

c) El amargoenvidioso, quejoso de las razones por las que otros le ganan.

d) El chipichanga que deja todo para escuchar la conferencia de un diseñador naval, en inglés, que no entiende.

e) El abdicatus que pierde la noción del precio de las cosas.

Dieta :

Comida deshidratada que ahorra peso a bordo.
Muchas infusiones de tila, Agua del Carmen y elementos tranquilizantes para rebajar la ansiedad.

Cuando sube a bordo:

Mira al palo para ver su adrizamiento y a continuación comprueba con los prismáticos si las drizas pasan por las roldanas.

Estudia el nuevo certificado

Busca por el espartano interior algún objeto que no debía de estar a bordo.


Tripulantes :

Todos deben tener menos de 25 años, que viven mejor que él y que al final le tratan como un ignorante que sólo sabe soltar pasta.


Barcos en los que se fija :

En el Bribón, que no le afectan las adversidades de la medición y siempre está en candelero.

El Morning Cloud, el hundido barco del ministro Edward Heat, legendario líder en las regatas oceánicas.


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La próxima descripción será el síndrome del Nostálgicus Aflictorum.

[bureba]

Ja ja ja...
Amboro, ha medida que describes las enfermedades, más de uno se sonreirá por dentro, otros fruncirán el ceño, otros nos descojonamos...
hasta que nos toque

Ahora, una vez realizado el diagnóstico... ¿el tratamiento qué...? ¿o entran en el catálogo de enfermedades raras?

Gracias, últimamente pocos se lo curran en el foro para hacernos sonreir...

[Javi-Miss Regina]

Si señor, muy acertado

[Jadarvi]

Todavía me duele la cara de tanto reír tras volver a leer el hilo desde el principio ...

A vuestra salud, Maese Anboro!!!

[olaje]

Estamos más enfermos de lo que pensaba .

Salu2. Carmelo ( O L A J E )