Aventuras y desventuras de un patrón principiante.

[Javi]

Como tantos otros cofrades, aquí acudo a compartir mis experiencias en la mar, acodado en la barra y regando estas palabras con fresca cerveza. Que cada uno tome lo que desee, esta ronda es mía

Primer charter del verano:

Puerto: Club Nautico Campomanes (Altea).
Velero: Vino Tinto (Empezamos bien ) Oceanis 393 del 2006, el sueño de un LSB (Liga de los Sin Barco), winche eléctrico en el piano, enrollador de mayor…

Viernes

Nos reunimos seis tripulantes, nos entregan el barco y tras rauda estiba salimos a navegar un rato. Izamos velas a pesar del escaso viento, pero los cinco nudos iniciales bajan a dos y no somos capaces de movernos.
A regañadientes arrancamos el motor para dirigirnos hacia el sur, con intención de fondear en la misma ensenada de Altea. Por lo que nos han dicho ha estado soplando levante todo el día, con lo que queda algo de mar de fondo que hace muy incomodo el fondeo, así que, de nuevo a navegar, de vuelta al puerto, “a poca máquina”.
A pesar del incordio del motor, que resulta insoportable a todo buen trapero, disfrutamos de una de las mejores travesías del fin de semana. Sentados a babor pudimos ver la puesta de sol tras la costa de Altea, para inmediatamente cambiar a la banda de estribor donde vimos salir la luna llena, naciendo roja desde el horizonte y tornándose cada vez más blanca en su ascensión.
Se dio uno de esos momentos de paz en los que el silencio se adueña del barco, sin resultar en absoluto incómodo, pues todos compartíamos y disfrutábamos esa paz que nos desconectaba del estrés, del ruido de la ciudad, del trabajo y en general, del mundo.
Fue poco después cuando me quité el reloj y lo abandoné en el fondo de la mochila hasta el lunes.

Entrada a puerto y maniobra de atraque sin complicaciones, dada la ausencia de viento
.
Cenita, sobremesa y a dormir pronto que la semana ha sido dura para todos.

Sábado

A las ocho de la mañana se levanta el patrón que está en su barco (por un fin de semana es mío, solo mío ;-) ), como un niño el día de reyes . Me voy a desayunar al bar y poco a poco van apareciendo tripulantes. Acuden otras dos “tripulantas” que no pudieron acudir el viernes y tan pronto estamos listos y con el barco “a son de mar” salimos.
Nos alejamos un poco de la bocana, 8 nudos de viento NE, izamos mayor, 12 nudos, izamos génova, empezamos a navegar y de repente…18 nudos, la regala en el agua y la tripulación agarrada donde puede, y yo flipando por lo rápido que entró la racha. Enrollamos un poco de mayor y de génova, teniendo en cuenta que no soy ningún experto y que la mayoría de mi tripu navegan por primera vez, prefiero pecar de exceso de prudencia, así que seguimos con la vela justa. Navegamos toda la mañana con viento entre 18 y 23 nudos y volvemos a comer al puerto.
Ahora viene cuando la matan. La maniobra de atraque. El viernes fue muy fácil, pero con ese viento se complico un poco. Según el que me alquilo el barco, era mejor entrar de popa el último tramo porque el barco no maniobraba muy bien. Ya me direis si opinais lo mismo, o realmente leyó en mi cara que el que no maniobra muy bien soy yo
La maniobra para entrar de popa, que el viernes fue facilisima, esta vez parecia imposible, pero como uno es un cabezón, pensé que el único Imposible que conozco es de aluminio y navega. Asi que con paciencia y buena letra, al tercer intento me dirijo al amarre de popa. Pero…¿y meter la popa en el hueco? ¿y conseguir que el barco vaya donde yo quiero? Si no doy arrancada puede mas el viento, si se la doy y me equivoco necesito aun mas arrancada para corregir….
En el barco del costado se prepara su armador, con pinta de anglosajon jubilado, que sujeta acongojado una defensa en la proa.
Otros espectadores llaman a los marineros que se acercan a echar una mano.
El barco se atraviesa pero, poco a poco, y con la ayuda de los marineros va entrando donde debe. Aun así no puedo evitar que en un momento el candelero a popa se acerque demasiado al balcón de proa de otro velero golpeando una de las luces que sale disparada y baja a descansar al fondo del puerto, aunque no es grave, el susto no me lo quita nadie.
Por fin conseguimos amarrar. Aguanto un minichorreo de los marineros por no llamarles antes, aunque resultan ser muy enrollados. Me aconsejan entrar de proa cuando haya viento, en los próximos días les haré caso.
Tras la maniobra, cerveza fresca. La tripulación se esfuerza por animarme después lo acontecido, ¡son geniales!

Una vez tranquilos comemos, echamos una siestecilla y al calmar el viento salimos de nuevo un rato. De nuevo vamos hacia el sur para intentar fondear, esta vez con mas comodidad. El viento ha calmado tanto que no nos movemos a vela, asi que…otra vez a motor. Fondeamos, nos relajamos y dos valientes nos bañamos. La electrónica dice que el agua está a 20 grados, pero deben ser Kelvin porque a mi ahora me cuelgan dos cubitos. Después de disimular un rato y mostrar unas cuantas sonrisas de satisfacción, nadando, salgo de un salto y me enrollo en la toalla.
Todo el mundo está a gusto a bordo, unos leen, otros sestean mecidos por la mar, otros conversamos. Es interesante compartir estos fines de semana con gente tan variada, unos compañeros de trabajo, otros amigos de la infancia, compañeros de colegio a los que hacia veinte años que no veía, otros amigos de un amigo. La mayoría nos hemos conocido este fin de semana.
Es un grupo curioso el que hemos reunido en esta ocasión, y afortunadamente, todos hemos congeniado muy bien, el ambiente ha sido estupendo y todos hemos disfrutado, de la navegación y de la compañía.

Volvemos a puerto para salir a cenar ya que la intendencia se ha quedado corta y no tenemos víveres. De nuevo el maldito motor…
Esta vez llamamos a los marineros para que nos ayuden. Puesto que no hay viento, atracamos de popa, pero la maniobra de antes ha dejado sus secuelas y esta no sale a la primera. Aparecen cabos a los muertos por todas partes , y todos quieren enredarse en la orza o en la hélice . De nuevo con paciencia y buena letra, atracamos, de popa y esta vez sin incidentes.

Cenamos tranquilamente en el puerto y al regresar al barco, cava fresco para celebrar el cumple de una “tripulanta” y tertulia relajada hasta que nos vence el sueño.

Domingo

Repetición de la jugada del dia anterior. Reunión en la cafetería desayunando y decisión de ir hoy hacia el norte, hacia Moraira.
Aunque en el puerto parece que no sopla casi viento, esta vez no nos pillan por sorpresa los 18 nudos. Rapidamente reducimos vela y a navegar. La tripu ya va conociendo las maniobras y sale todo mucho mejor.
Navegamos toda la mañana y en torno a las cuatro de la tarde volvemos a puerto, comida ligera y a casa que se termina el finde. Por cierto, la última maniobra de atraque, a la primera, eso si, de proa que soplan 20 nudos.

Y como no me queda mas tiempo, termino la narración, que menudo ladrillo me ha salido :-P

Conclusiones:
Ademas de pasarlo estupendamente, he aprendido que con viento se atraca de proa, he aprendido a llamar a los marineros, he aprendido que los seguros de charter tienen franquicia y he navegado tres dias más como patrón. Ya se un poco mas. Por lo tanto, el resultado del fin de semana es mas que satisfactorio.