Historias de la pesca del atún tropical

[TXELFI]

Bueno, vamos a ver, no es fácil pero a petición del respetable intentaré hacer memoria aunque son vivencias de antaño y la cabeza de uno aunque tenga muy buena memoria no es un libro que lo leerán dentro de tres siglos.
Seguro que el coco acabará echando humo pero lo intentaré.

He puesto ahí arriba que la convivencia no siempre era fácil con los senegaleses, que se malinterpretaban cosas y tal. Vamos a ver, los senegaleses no son peores ni mejores personas que nosotros, tienen su religión y sus costumbres como nosotros tenemos las nuestras y punto pero hay una diferencia entre ellos y nosotros, nosotros aguantamos de mejor o peor manera una broma pesada dirigida a nuestra religión, ellos no.
El imbécil que ose hacer una ofensa verbal grave sobre Mahoma o Alá en presencia de un musulmán está cosechando una cuchillada sobre todo si es en su terreno. Esto era especialmente acusado hace cuatro o cinco décadas, pero desde hace ya unos cuantos años este estado de cosas se ha suavizado bastante.
Los senegaleses tienen aún grabado a fuego de generación en generación la ignominia que los europeos y los gringos hicieron con sus antepasados y en la isla de Gorée en Dakar tienen el recordatorio vivo de ello en forma de fortaleza-prisión donde los esclavistas confinaban a los aborígenes capturados hasta reunir la carga de su barco anclado en la bahía...…..

En aquellas lejanas tierras al igual que en estas si una madre inculca a su hijo a base de repetírselo a diario desde que está en la cuna que tal o cual raza son muy malos, unos demonios, el enemigo a batir, aquel otro aunque sea la mejor persona del mundo automáticamente se convierte en un demonio, y en este caso el demonio éramos nosotros.
En las décadas de los 60 y 70 teníamos que andar con pies de plomo. Por ejemplo, ellos no pueden probar ni siquiera tocar nada que contenga cerdo o alcohol, esto era y es una jodienda para el cocinero porque obviamente si incluye costilla de cerdo en el cocido éste no pueden comerlo ellos y en consecuencia el cocinero tiene que hacer otro puchero aparte sin cerdo(ellos lo llaman "galufo" en Uolof). Más de un cocinero avispado preparaba el cocido para todos en un gran puchero y después cuando estaba hecho apartaba a otro más pequeño el condumio sin galufo para los senegaleses y santas pascuas.
Ay amigo, hasta que se percató un interesado y se montó la de San Quintín.
En los años setenta recuerdo perfectamente 2 casos de barcos que tuvieron que ir a puerto porque los nativos se habían amotinado...….. pero hubo bastantes más casos.
Imaginaos que por ejemplo mientras se estaban embarcando víveres cuando venían las bebidas alcohólicas ellos se apartaban porque no querían tocar ni las cajas. Si un neófito las cogía sin saber el patriarca le echaba una bronca de campeonato e incluso le castigaba.
Por no hablar de peleas a hostia limpia porque uno de aquí había salpicado sin querer a uno de ellos con su cubata en alguna celebración.
Pero como he puesto más arriba las cosas se han suavizado mucho estas últimas décadas y la convivencia con ellos ha ganado un montón. Yo creo que se han dado cuenta de que no somos tan malos como nos pintaban.

Un día de 1979 estaba yo de oficial de puente cuando se me presenta en el puente de mando un marinero joven acompañado del patriarca(siempre venían al puente acompañados del patriarca para reclamar algo) quejándose de fuerte dolor en la región lumbar. En aquel entonces lo más usual para estos casos era precribir supositorios de Cibalgina y así hice. Cuando los saqué de la caja y se los enseñé dentro de su envoltorio el marinero se extrañó de que las "pastillas" fueran tan voluminosas, al momento le expliqué que no eran pastillas, que tenía que sacarlas de su envoltorio e introducírselas por...….. e hice el gesto con la mano.
El campesino se me echó al cuello, menos mal que era más pequeño que yo.

Estaba ya ejerciendo de capitán cuando otro de estos simpáticos muchachos se me presenta en el puente y me suelta <<capitán, yo mucho dolor en tripa, ahora una semana yo no caca>>.
A los nativos africanos les encanta el arroz, con pollo, con cordero, con pescado o con lo que sea e incluso solo, pero lo que les chifla es el arroz con leche y si es con mucho azúcar mejor. Una mezcla nada digestiva hecha para ingerir en pequeñas cantidades pero para complacerles el cocinero les preparaba un balde, sobre todo cuando estaban de Ramadán.
Los angelitos se atiborraban y el aparato digestivo se convertía en un bloque difícil de diluir..
ccc

-
+