Mi primera regata. Ruta de la Sal 2010 (con fotos)

[Sunrise]

Gracias a los dos Voy a intentarlo a ver que sale.

Cuando el horizonte ocultó los últimos rayos de sol, ya estábamos perfectamente enfilados rumbo a Berbería. Para mí, como ya os habréis dado cuenta por el relato, era la primera vez para muchas cosas, y, también para pasar la noche a la intemperie en el mar. Ya había dormido varias noches a bordo, asi que no me pareció que el asunto fuera muy distinto desde cubierta, aunque, lógicamente, sin dormir. Había buen ambiente a bordo, nos estábamos tronchando de la risa todavía con la maniobra de rotura del génova, e íbamos por el trigésimocuarto chiste contado acerca del incidente, tan versionado que cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia. Aparentemente el asunto indicaba que podría estar perfectamente pasando la noche al aire del mar... El puñetero aire de mar, húmedo, frío, tenaz, persistente... que poco a poco empezó a calar en mi cuerpo...
Llegó la hora de disfrazarse para afrontar lo que ya me parecía que iba a ser un momento duro. Soy especialmente friolera, y además de eso, lo llevo muy mal, asi que bajé al camarote para comenzar la operación "capas de cebolla" ... Unos leguins (no tenía nureyev), unos calcetines de algodón y otros térmicos por encima, un pantalón de esquí antipibóndeyate (no se puede estar mona siempre ), una camiseta de algodón, un jersey térmico, una chaqueta con forro polar, un forro polar y, pasando estreches, el plumas encima de todas estas capas. Me miré en el espejo del aseo (al menos lo que me daba de tamaño) y después de comprobar que parecía el muñeco Michelin, me dispuse a subir a cubierta. Primer problema, llevaba tanta ropa encima que me costaba subir la pierna para alcanzar el primer escalón. Tiré del mono hacia arriba todo lo que pude y logré liberar un poco una pierna, y así procedí con la otra. Logré subir. Cuando aparecí en cubierta con el disfraz, todos me miraron, pero ningumo hizo el más mínimo comentario, ya los hice yo todos por ellos. Poco a poco el resto de la tripu fue bajando para colocarse prendas y otros accesorios, como por ejemplo el Patrón, que parecía un sherpa typical spanish:



Nuestra expectación esa noche era ver aparecer la luna. No teníamos ni idea de calendario lunar pero más o menos sabíamos que si no era luna llena, poco le faltaba... Pues no. Cuando apareció, nos dimos cuenta de que ya estaba menguando, y a pesar de ello, el espectáculo que nos brindó fue maravilloso. No hay fotos del momento, o las hay pero muy malas, siento mucho no poder ilustrarlo

¡Tan contenta que estaba yo con mi atuendo del Himalaya! Seguimos conversando, hasta que dos de nuestros tripulantes se bajaron a dormir. Quedábamos cinco en cubierta, asi que seguimos con nuestras chorradas. Al rato bajó otro, esto sin que nadie dijera nada de turnos, en principio con la idea de echarse un par de horas. Los primeros que se fueron a dormir subieron a las 9 horas, asi que como véis, una tripulación perfectamente coordinada para lo que sea menester.

Poco a poco empecé a sentir frío de nuevo, pero no tenía arreglo, me había puesto todo lo que llevaba en el equipaje, y me sentía dentro de una escayola, asi que, poco podía hacer. El frío estaba produciendo bajas a un ritmo, a mi modo de ver, demasiado alto. Yo miraba al Patrón, para que sacara un cuadrante con las guardias, pero el seguía tan feliz con su... ¿gorro? en la cabeza y el GPS en la mano con la que no llevaba el timón.

Más frío, más humedad, no sentía los dedos de los pies. pensé en devolver los calcetines térmicos que me habían vendido cuando volviera a Madrid. Estaba empezando a ponerse el tema jodido (perdón por el taco, pero no se me ocurre otra palabra mejor para definir el momento). Quedamos cuatro. Yo me imaginaba a los de abajo calentitos en sus sacos. El Patrón me miró; había desparecido la sonrisa de mi cara y eso le preocupó. También cuenta que como sabía que jamás me dejaría al mando del barco, me sugirió que me bajara a calentarme

Aguanté un poco más, menos mal, porque habría estado a punto de perderme la segunda faceta de mi Patrón que todavía no conocía: su macarrez.

Vimos que un barco se aproximaba por la popa. Era regatista (lógicamente, a quién se le iba a ocurrir salir a pasear con ese frío). Cada vez estaba más cerca, a lo que el Patrón, a modo de sugerencia soltó un delicado "¡¡¡¡NO SERÁ GRANDE EL MAR QUE EL TÍO TIENE QUE PASAR POR AQUÍ!!!!".
Se acercaba cada vez más, hasta que nos dimos cuenta de que pretendía rebasarnos por barlovento. ¡Increíble!, no sabía por qué era increíble, pero yo también me puse a despotricar a diestro y siniestro y como si se me fuera la vida en ello. Cuando le teníamos, no sé, a diez metros, el Patrón volvió a soltar una de sus delicadas sugerencias y mientras extendía el brazo hacia el barco enemigo, cerró un círculo con su dedo pulgar e índice, se lo mostró al Patrón del otro barco y susurró un "¡¡¡¡¡¡¡Por aquí no pasas!!!!", que se convirtió en la frase de a bordo, y que introdujimos en cincuentaysiete conversaciones a lo largo de la travesía.
Ante una amenaza tan contundente, aunque educada , el barco viró y decidió pasarnos por sotavento, mientras le mirábamos entre muertos de la risa y cabreados.

Pasado este momento, me acordé del frío que tenía y decidí bajar a calentarme, no sin antes mirar a mi Patrón para pedir permiso con mi mejor cara angelical... Surtió efecto, total, para qué me quería arriba pasando frío si no le iba a resolver nada... Eso es lo bueno de ir de tripusol en un barco, que te vas a dormir cuando quieres...
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