Hace años navegando al norte desde Cabo Verde a la altura del Banco sahariano contacté con el Esperanza del Mar porque mi compañero se había cortado y tenía una importante infección en su mano derecha que presentaba muy hinchada y amoratada.
Repetíamos la derrota de un navegante gallego de la auntigueeae en un Yol de acero de velas cangrejas. El capitán - gallego de origen- conocía nuestro viaje por los medios y a la profesionalidad de su tripulación, se sumó un trato muy afectuoso que recuerdo con mucho cariño.
Recogieron a mi compañero en una zodíac mientras yo me mantenía al pairo. Esperando a que operaban la mano de mi tripulante, me suministraron comida fresca, incluso un cartón de tabaco y volvieron con un bidón, se abarloaron a mi costado y una bomba manual llené rápidamente los tanques sin derramar una gota de combustible
Es obvio que era una maniobra bien ensayada y con los medios adecuados tanto para trasladar a un herido como para suministrar a una embarcación en alta mar, porque había mucho mar de fondo y todo se hizo de forma impecable al socaire del barco hospital siguiendo las instrucciones del Capitán del Esperanza del mar
