Valencia: variable con brisas

. Me explico: hay un empleado de los más jóvenes que se toma su trabajo como un trabajo, es decir, explica de la mejor forma posible todos los trámites. Hay otro más mayor que quiere cargar sobre las espaldas de todo el que pase enfrente suyo su frustación vital. He llegado a irme si no había más opción que hablar con él. El resto depende del día, a veces te puden hacer un favor enorme y otro ni caso. En cualquier caso son extremadamente lentos, hasta el punto de incumplir sus propias normas (como ejemplo aún no he recibido la LEB pedida en Julio de 2009) y en general para conseguir algo hay que dar bastante la lata. Mi sensación cada vez que voy allí (y han sido muchas, muchísimas) es de estar en un ministerio de película de Berlanga.

