Cita:
Originalmente publicado por gilinas
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Pues partiendo de este punto, con las velas ya trimadas para la ceñida máxima, al timonel le queda una holgura de rumbo que va desde que se desventan las lanas de sotavento hasta que las de barlovento se ponen verticales. Yo estimarla esa holgura en unos 10-8 grados de viento aparente.
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De hecho, las lanas que valen son las de sotavento y son las que hemos de mirar. La holgura a que te refieres depende de varias cosas, entre ellas la tensión de la driza, de lo cual habremos de hablar tarde o temprano.
Cita:
Originalmente publicado por gilinas
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Cuanto mayor es el ángulo, mayor es la velocidad. Pero esa mayor velocidad hace que el viento aparente aumente y se vaya hacia sotavento, por lo que habrá que caer unos grados para mantener el ángulo con el aparente y así la velocidad.
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Efectivamente, aunque creo que es más propio decir que el viento aparente se aproa, más que se va a sotavento. Este fenómeno evidente es el que hace que las grandes máquinas de velocidad marinas, prácticamente siempre van de ceñida, venga de donde venga el viento real.
Cita:
Originalmente publicado por gilinas
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Particularmente prefiero ir más cercano a un rumbo cerrado (ceñida a rabiar) que a ir más abierto, siempre y cuando el barco tenga la suficiente arrancada. Sobre todo si el viento es fuerte y racheado. Este rumbo cerrado permite controlar el barco cuando carga la racha y evitar el tener que meter mucha pala para no irse de orzada.
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A mi también me gusta ir muy pinchado, pues eso implica más juego y atención. También implica más posibilidad de ganar barlovento, aunque a costa del peligro de parar en demasía el barco, lo cual puede ser nefasto.
El tema de gobernar "al límite" es un tema apasionante del que tendremos que hablar, así como de los truquillos para buscar esos graditos de más.